lunes, 16 de febrero de 2009

> A una amable lectora

El artículo que publiqué hace un par de semanas en el que decía que había asistido tres días a un curso de FPO organizado por la Junta de Andalucía hace preguntarse a una amable lectora si por (des)ventura pertenezco al colectivo de parados: sí, señora.

Después de esta cura de humildad, haré un breve esbozo de mi vida más reciente. Hace algo menos de año y medio dejé voluntariamente (sic) mi trabajo de directivo medio en una multinacional porque me aburría soberanamente, y desde entonces trato de emular a Ovidio, incluso en el destierro. Por eso puedo disfrutar de un curso de FPO, si fuera el caso, que no lo es.

Ahora me dedico a ganarme la vida un par de horas, no más, y a todo lo restante para luchar contra el aburrimiento (es cosa de carácter): cuidar a los niños, trabajar en mi finquita, dormir la siesta, leer, quejarme, preocuparme estérilmente y escribir en mi dietario. Nada del otro mundo (¿o sí?).

Los días son largos, y aunque no todo es de color de rosa, me quejo menos que antes. Se lo recomiendo a los que les cueste levantarse por las mañanas después de diecisiete años en la misma empresa.

Pero antes echen un rato con Excel y atisben el horizonte por si viene alguna crisis económica global. Y siempre pónganse en el peor de los casos, que para el mejor ya está el Presidente.

1 comentario:

  1. ¿Sería una imperdonable impertinencia pedir más precisiones? ¿O sólo una impertinencia perdonable? Si la respuesta es sí, no pasa nada, que hay ya cierta confianza. Lo siento, reconozco que me pica mucho la curiosidad. Esto es cosa que no se lee todos los jueves.
    Otra tontería: ¿Tristia o Epistulae ex Ponto?
    Micro.

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