martes, 30 de diciembre de 2008

> Otra vez

No creo que descubra nada nuevo para los que siguen este blog si escribo que no me gusta la navidad. De hecho, nunca me ha gustado, salvo cuando era muy niño y esperaba con ilusión la llegada de los reyes magos. A partir de ahí todo fue naufragio.

Mi mujer sin embargo disfruta mucho de estas fiestas, y mis niños esperan la llegada de los reyes magos (y de Papá Noel) como la esperaba yo con sus años. También estas fiestas parecen gustarles a Carrefour y a El Corte Inglés, a los fabricantes de bombillas de colores y al rey de España, lo que ya hace sospechar.

En casa siempre hay un plato de mantecados y turrones sobre la mesa camilla que sólo de mirarlo se siente uno empachado. Hay árboles de navidad por todos lados y belenes con niño Jesús pasando frío. En la puerta de la casa cuelga una corona de hojas de algarrobo, y en la cancela de la finca un cordel animado de luces de colores se enreda en una higuera. Para cenar hay langostinos y roastbeef con costra de hojaldre, vino de reserva y queso mascarpone con mermelada de arándanos. Y este año por suerte suenan pocos villancicos en los centros comerciales.

Todo esto debería significar algo. El recogimiento del clima frío hace que busque mi sitio en el mundo, pero hay que preparar copiosas comidas, hay que hacer varias veces interminables compras de regalos, hay que vestirse para la ocasión y pasar digestiones pesadas. Pero no significa nada, salvo la falsa promesa de que el próximo año la pasaré junto a la chimenea con un buen vino y leyendo El llano en llamas.

domingo, 28 de diciembre de 2008

> A ver si lo podemos arreglar antes de fin de año…

Leo en el periódico que el presidente del gobierno cree ‘razonable’ que las comunidades autónomas con lengua propia reciban más dinero que aquellas que no la tienen. Esto tan razonable lo dice después de la entrevista con el presidente gallego, antes no había caído.

No sé si es razonable o no, pero por si las flies le propongo a Manuel Chaves que vaya modifying el estatuto de autonomy para incluir el english como lengua co-oficial en Andalucía. Si luego no se habla, it doesn’t matter (el vasco tampoco se habla mucho, y ahí tienen al País Vasco), pero al menos recibiremos una pasta gansa (a lot of money) para pagarle la house oficial a Chaves.

Y ya puestos, sin duda aquellas comunidades que tengan bailes propios con proyección internacional deberían recibir más dinero (ele, ele, arsa, arsa), porque mantener eso cuesta una pasta (gansa). De hecho, en Andalucía hay una agencia del flamenco dependiente de la Junta que llevaba antes l@ actual ministr@ Bibian@ Aíd@.

Bueno, y lo que no se puede olvidar es que Andasulía soporta sobre sus hombros el mantenimiento de un patrimonio histórico todo hecho de piedra que necesita una ayudita, por favor, que pesa mucho en nuestras cuentas (pasta, pasta, gansa, gansa).

¿Y qué me dicen de los consejeros de la comunidad autónoma, de las diputaciones provinciales y de los ayuntamientos, de las empresas públicas, etc? Si no fuera por este esfuerzo inversor todos estos señores estarían en la cola del paro, por lo que espero que el presidente del gobierno crea ‘razonable’ financiar esta ingeniería imaginativa con un buen sobre (de pasta gansa).

Y lo que no tendría ya disculpa es que Andalucía tuviera que sufragarle a España el haberle cedido a andaluces ilustres como Picasso, Velázquez, Murillo, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Machado, Lorca… ¡como si esto no nos costara una pasta gansa (a lot of money)!


Referencia: http://www.elpais.com/articulo/espana/Tourino/pide/incluir/financiacion/autonomica/coste/lengua/elpepuesp/20081223elpepunac_2/Tes

viernes, 26 de diciembre de 2008

> ¿Dónde está Bibiana Aído cuando se la necesita?

Hace unos días fui a la celebración de la Navidad en el colegio de mi hijo. Pese a que era una hora pésima para los que tienen que ir al trabajo a ganarse la vida, no faltó ningún padre (por aquello del remordimiento).

Los niños iban vestidos de pastorcillos, y las niñas de lavanderas. Los niños estaban sentados en sillas de plástico y las niñas en el suelo. Las monitoras animaban a los niños a tocar la pandereta y a las niñas a lavar los trapos. Los niños estaban todos bien abrigaditos, pero el grupo de niñas más salerosas que había conseguido evitar el papel de lavandera tenía que ambientar la escena con un baile flamenco que las obligaba a llevar desnudos los brazos y hombros (y hacía frío).

Como soy muy malo hice en voz alta comentarios sobre el papel asignado a niños y niñas, pero los padres de alrededor, ay, me miraron con condescendencia.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

> El fin

Un día de invierno te da frío y te pones el jersey de cuello vuelto. Pinchas en “Leer el siguiente blog” y te encuentras con una mujer que declara que actualiza su blog para mantener informados a los amigos de su marido, enfermo de cáncer, de la evolución de su enfermedad. Las páginas son de color pastel, llenas de fotos de mantas patchwork y cuadros hechos de encajes. Ésta es la visión de la muerte: un tejido de raso rosa que nunca se consume ni avejenta, como las flores de plástico del cementerio.

Siempre he vivido la vida que correspondía a diez años más allá, por lo que es normal que ahora me asalte el helor de los cincuenta. Un día un dolor en el costado, dos semanas más tarde las palabras de un médico, y ahí empieza el fin de una vida. Pero el mundo seguirá rodando y nadie se acordará de la muerte hasta que te pille el cuerpo frío y la casualidad te lleve a un blog que no querrías haber leído.

lunes, 22 de diciembre de 2008

> Reseña: “Tristram Shandy” de Laurence Sterne

Se pueden contar con los dedos de una oreja los libros que una vez empezados no he querido terminar. Recuerdo uno insufrible de Francisco J. Flores que aún me mira indignado desde el estante.

Hace meses leí una lista de los libros preferidos de cien escritores españoles, y uno de los que se repetían era el de Tristram Shandy. Nunca había tenido noticia de él, pero cuando hice el pedido de libros lo incluí en la lista. La curiosidad mató al gato. Es un libro extenso, original (cambios en la tipografía, páginas en negro, y todo ello del siglo XVIII), pero aburrido a más no poder. No extraña que casi no se haya traducido al castellano en casi tres siglos.

Al día de la fecha reconozco que no he pasado de las primeras doscientas páginas (de unas setecientas), y he tenido que puentearlo con otras lecturas para no sucumbir al desánimo. Me parece una lectura poco recomendable porque de ella sólo se puede alabar lo que ya he dejado escrito en el párrafo anterior, lo que no es mucho. En estas doscientas páginas no pasa nada, no trata de nada en concreto, da una y mil vueltas sin ninguna gracia sobre motivos sin importancia para no llegar a ningún sitio.

Suponiéndoles buena intención a los cien escritores españoles, debí haber advertido que eran sólo cuatro los que lo citaban, y noventa y seis los que lo obviaban: debí haber pedido Moby Dick.

sábado, 20 de diciembre de 2008

> La muerte de Stefan Zweig y Charlotte Elisabeth Altmann

El escritor Stefan Zweig y su mujer se suicidaron en la habitación de un hotel de Petrópolis, Brasil. Dejaron pagada la habitación, todo recogido y en orden, cartas escritas para sus amigos ya ensobradas y timbradas. En la foto del suceso se les ve tenuemente abrazados en la cama, y sus cuerpos, aunque fríos, parecen sudorosos por el calor del trópico. Pensaban que el nazismo se extendería por todo el mundo, y antes de que les arrasara esa ola, prefirieron dejar esta vida con el orden y la decencia de unos buenos centroeuropeos.

En la descripción que hace Rosa Montero de la estancia donde encontraron los cadáveres, se refiere a las varias cartas que estaban ordenadas en una mesa pendientes de enviar. Todas con las señas del destinatario y con su sello correspondiente, para que las enviaran los que encontrasen sus cuerpos. Me llamó la atención este detalle, porque me indicaba que aquello no fue un suicidio, sino una representación. ¿Por qué no echaron ellos mismos esas cartas al correo? ¿por qué dejaron esa simple tarea a otros cuando ellos se habían tomado tantas molestias con detalles más disculpables? También está el hecho de los motivos del suicidio, de no dejarse capturar por el terror. Una persona puede tomar esa determinación, pero ¿dos al mismo tiempo? ¿De quién partió la idea, quién convenció a quién? Aunque sólo fueron dos cadáveres, parece un suicidio colectivo. Podían haber esperado, podían haber luchado, pero quizá estaban terriblemente cansados y sólo se dieron el gusto de una última escena.


Referencia: artículo de Rosa Montero en “El País Semanal” del 30 de noviembre.

jueves, 18 de diciembre de 2008

> Reseña: “Esperando a los bárbaros”, de J. M. Coetzee

Un alto magistrado, ya entrado en años, administra un pueblo fronterizo en un lugar apartado en los confines del Imperio. Siempre consideraron que los bárbaros les acechaban desde las montañas lejanas, y un día tropas imperiales hicieron una batida por la región. No consiguieron nada, salvo torturar a unos pobres desgraciados que subsistían en las estribaciones del desierto.

Partiendo de este escenario, y con el hilo conductor de la tortura y el miedo a lo desconocido (los bárbaros), Coetzee describe la caída en desgracia de este magistrado y la ruptura que supone en el pequeño pueblo la llegada de los militares.

Un libro interesante que recuerda por el escenario a “El desierto de los tártaros” de Buzzati.

martes, 16 de diciembre de 2008

> El zapatazo

No me dirán que no fue increíble la escena: un periodista iraquí tirándole no uno, sino dos zapatos, al presidente de los EE.UU. Y éste evitándolos como jugador empedernido de Wii en escurrir marrones.

Primero hay que reconocerle originalidad al periodista porque un zapato no es algo que solamos tirarle a la gente (si acaso las zapatillas al perro), pero además tuvo la lírica de acompañar sus palabras con un “¡Toma este beso de despedida, perro!”. Hay que tener valor, porque le podían haber pegado un tiro allí mismo (no está el horno para bollos), aunque pasado el estupor inicial no creo que sean muy severos porque el pueblo iraquí se ha identificado con él. Ayer vi unas imágenes de una manifestación que era todo un mar de zapatos en alto: ¡como en la famosa escena de “La vida de Brian”!

Lástima que esto no pueda consolar a las decenas de miles de muertos, los mutilados, las mujeres violadas, el hambre, el terror y la humillación de un país. Esto sólo nos compensa a nosotros.

domingo, 14 de diciembre de 2008

> Un país raro

España es un país raro:

El rey que parece que impulsó la democracia fue nombrado por un dictador.

La constitución que nos gobierna fue producto, no de unas Cortes constituyentes, sino de unas generales que se dieron cuenta que hacía falta una constitución y se pusieron manos a la obra.

El presidente de Andalucía lleva dieciocho años en el cargo y a nadie le parece raro. Este mismo presidente (Manuel Chaves), después de tantos años ocupando el cargo, declara que sólo tiene 4.000 euros en una cuenta corriente, aunque su sueldo en 2008 fue de 81.155’04 euros brutos anuales.

Vivimos en democracia pero nadie se acuerda de alguien que dimitiera ni a alguien a quien cesaran.

¿Alguien conoce los nombres de dos parlamentarios de su comunidad autónoma? Pues hay 109 que elegimos cada cuatro años.

¿Alguien conoce los nombres de dos senadores? Son 264 y también los elegimos cada cuatro años.

¿No le sorprende a nadie que el padre de la ministra Bibiana Aído sea asesor de la diputación de Cádiz (nombrado a dedo) con un sueldo de 65.094’06 euros?

¿Alguien ha rellenado una hoja de reclamaciones?



Referencia: “No hay nada más bello que lo que nunca he tenido / nada más amado que lo que perdí”. “Lucía”, Joan Manuel Serrat.

viernes, 12 de diciembre de 2008

> Cuatro historias

Leo en la prensa que el sistema electrónico de aviso que llevaba un tal Couto que hace unos días asesinó a su novia e hirió a otras dos personas y estuvo a punto de matar también a su mujer no funcionó porque el encargado de vigilar las alertas quitó el pitido “porque molestaba”.

El recepcionista de un hotel de las afueras de Madrid no intervino para defender a un cliente que a su vez trataba de defender a una mujer de su agresor. El cliente estuvo dos meses en coma.

Un médico de urgencias de un hospital de Lugo se negó a atender a un accidentado porque se habían acabado los guantes de látex y había sangre por todos lados. El muchacho murió.

Un profesor de Ávila vio cómo tres alumnos suyos apaleaban a otro, pero no intervino porque la víctima no era alumno suyo, los hechos ocurrieron a cien metros del colegio y porque entre sus motivaciones no está exponerse a que le denuncien.

Las dos últimas noticias son producto de la imaginación, pero ¿a que no desentonan con las dos primeras?

Referencia: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/alarma/asesino/Couto/sono/desactivo/pitido/elpepusoc/20081204elpepisoc_7/Tes

miércoles, 10 de diciembre de 2008

> Reseña: “Autobiografía” de John Stuart Mill

Después de leer ‘Sobre la libertad’ tenía interés por conocer algo más de este autor. Abundan en el libro los detalle sobre cómo y cuándo escribió sus libros o las influencias de varios autores importantes (el fundamental Bentham, pero también Carlyle o Comte). Sin embargo lo que más me ha interesado era la educación que le impartió su padre y la relación con Harriet Taylor, la mujer de su vida.

Su padre fue también un importante escritor utilitarista, y parece que educó a su hijo con el único fin de que continuara y acrecentara su obra. Desde apenas los tres o cuatro años le hizo todo un programa de estudios denso y severo sobre el que personalmente se involucró, ya que no fue nunca al colegio. Hablando de la distinta relación que sus hermanos menores tenían con su padre:

“Lo querían con ternura; y si yo no puedo decir lo mismo de mí, siempre estuve entregado a él con lealtad. En cuanto a mi propia educación, no sé si salí ganando o perdiendo como consecuencia de su severidad. Pero ello no me impidió tener una infancia feliz.”

Tal debió ser esta influencia que la primera mitad del libro más parece la biografía de su padre que la suya propia.

Respecto de Harriet Taylor habla de una relación intelectual de años que no pudo pasar (o no pasó) de ahí hasta el fallecimiento de su marido. Cuando por fin se casaron, no disfrutó durante mucho tiempo de su compañía, porque falleció a los pocos años. El autor sitúa a Harriet a una gran altura intelectual y moral, y comenta que no sólo fue un gran apoyo, sino que trabajaban ambos en sus escritos de tal forma que eran una labor de ambos, especialmente en la redacción de ‘Sobre la libertad’.

Aparte estos dos aspectos, y algunos comentarios sueltos sobre temas sociales, el libro no me ha interesado especialmente (lo que no es una crítica). Pero para comer una granada primero hay que cortarla.

lunes, 8 de diciembre de 2008

> Declaraciones de Esperanza Aguirre

La presidenta de la Comunidad de Madrid dijo hace unos días que Miguel Ángel Blanco era un héroe y el ‘Che’ Guevara un canalla. Respecto de lo primero, ya he comentado que en la heroicidad debe haber una decisión personal, decisión que obviamente falta en el caso de Miguel Ángel Blanco (él no fue por voluntad a que le pegaran un tiro en la nuca, ni hizo nada que le pusiera en ese riesgo salvo el de ser un cargo electo). Respecto del ‘Che’, me pregunto qué aspecto de su biografía le resulta tan canallesco a Esperanza Aguirre, debería explicarlo, porque a él se le podría asignar la definición de héroe, esté uno de acuerdo o no con lo que hizo.

Otro día, la presidenta de la Comunidad dijo que el PP no tiene nada que ver con el franquismo ni con la guerra civil española, y que sin embargo el PSOE arrastraba de entonces actuaciones ignominiosas. En esto sí estoy de acuerdo con Aguirre, porque es cierto que el PP es un partido reciente (aunque su presidente de honor fue ministro con Franco) y el PSOE arrastra un siglo de historia. Creo que Aguirre con este comentario no quería resaltar lo obvio, sino descalificar al PSOE de hoy con motivo de su pasado.

Los miembros actuales del PSOE ni habían nacido en los años de la guerra civil, y si la intención de la presidenta es postular que las culpas de los padres las deben heredar los hijos y que la historia de un partido invalida su presente quizá debiera considerar la historia de la Iglesia católica o la continuidad de cualquier gobierno sobre actuaciones bochornosas del pasado.

sábado, 6 de diciembre de 2008

> Incomprensibles: las bibliotecas

Bien mirado (y no digamos si las miramos mal) las bibliotecas particulares no sirven al propósito pretendido. Cuando termino de leer un libro lo dejo en un estante y nunca más lo vuelvo a abrir. Ni yo ni ningún otro miembro de la familia. Se ha dado el caso, incluso, de haber comprado otra edición del mismo libro antes que abrir el antiguo. Aquí no incluyo por supuesto los diccionarios, ni los atlas ni otras obras de referencia.

Hay libros que me han gustado mucho porque me han hecho estremecer o conocer paisajes ajenos, pero una vez leídos, ¿tiene sentido volver sobre ellos? Con la poesía no diré que no, porque las palabras mismas nos conmueven, pero la novela, la literatura de viaje, el relato histórico, no parecen conservar el atractivo de la primera vez.

Sin embargo gusta y está bien reconocido tener una extensa biblioteca. Puede que sea por el ambiente que crea, pero este efecto cuesta muy caro y mejor sería forrar las paredes de billetes de diez euros, también muy inspiradores. Puede que el sentido de las bibliotecas sea el de almacenar los desechos de los libros una vez leídos, pero para eso ya está inventada la papelera o la chimenea.

Creo que la biblioteca tiene más que ver con el orgullo del coche que con el gusto intelectual. Muchos hombres sienten su coche como su orgullo (lo lavan apenas se tiznan en el lateral), y hablan continuamente de él y lo enseñan a los amigos. Los que tenemos una biblioteca también nos sentimos halagados cuando un visitante nos la envidia, aunque sea sólo de palabra y no de pensamiento.

Todos nos comportamos como si tuviéramos cuñados.

jueves, 4 de diciembre de 2008

> Los jugadores de cartas y los conejos

Vivo en una casa en el campo y he criado conejos, gallinas y perros. Siempre me ha sorprendido la indiferencia que muestran ante la muerte de un semejante. No le hacen ni caso, es un objeto inanimado más. No sé si se debe a que están enjaulados y no conocen más de lo que ven tras la valla, o a que su principal distracción es comer.

Ayer mataron a un industrial vasco en Azpeitia cuando iba a jugar cartas con unos amigos. Éstos, a unos metros del cadáver, mientras lo veían tirado en el suelo y la policía acordonaba la zona, buscaron a otro de la cuadrilla para que le sustituyera en la partida de tute. Ya era un objeto inanimado más.

Referencia: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/12/04/espana/1228361420.html?a=f57fd5b8e393e24ab255d88ae06695c8&t=1228386407

> Una vacuna contra la cocaína y la Stolina

Leo que el próximo año se va a probar en varios hospitales españoles una vacuna contra la cocaína, aunque en realidad no se trata de una prevención, sino de un ‘saborizante negativo’: no se le sacará gusto ni euforia a la coca.

Crecí siendo niño enfermizo y escuchimizado, y apenas comía. En los periodos más abatidos me daban un jarabe muy dulce con sabor a fresa que se llamaba Stolina (ciproheptadina), y que apenas media hora después de la primera dosis hacía que me comiera si no las piedras, sí la barra de pan antes de que llegara a casa o los tréboles del descampado que había enfrente. Era un hambre que no entendía de dilaciones ni de maneras, un hambre que no me dejaba pensar en otra cosa. El tratamiento sólo podía ser de un frasco, para desespero de mi madre, y en ese corto tiempo engordaba unos quilos que me valían de reserva hasta la próxima visita al médico.

Me gustaría encontrar una diferencia fundamental entre la vacuna y la Stolina, pero no la veo. Cuando leí la noticia pensé con ironía que se abría un próspero campo de medicamentos que nos permitirían hacer cualquier cosa sin recurrir a la voluntad ni al esfuerzo. Pero luego pensé que a la Stolina, al Calcio20 y a las ampollas de Ferrogen puede que les deba la vida. No hay nada como recordar.


Referencia: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Sanidad/ensayara/2009/vacuna/adiccion/cocaina/elpepusoc/20081120elpepusoc_6/Tes

martes, 2 de diciembre de 2008

> ‘¿Fallamos?’

El pasado sábado escuché a las once de la mañana por la radio, en la cadena SER, unos comentarios sobre una película (no sé cuál, no sé de qué). En un momento dado hicieron un corte en la charla y pusieron un fragmento de la película en la que se oía a una mujer decir ‘¿Follamos?’. No era relevante de nada, no ejemplificaba nada, pero lo pusieron.

No sé si existe también en la radio una franja horaria de especial protección (por los niños, supongo), pero lo que desde luego no existen en la cabeza de ese locutor son dos neuronas conectadas.

El domingo leí en el suplemento de Andalucía de El Mundo una entrevista a Manuel Arias Maldonado, profesor de Derecho de la Universidad de Málaga. Lástima que haya tan pocas personas con ese sentido crítico, aunque lo que queda al final es pesimismo: vivimos en un país cateto y trepa en el que a la gente le importa un pito lo público mientras no le quiten la siesta y la feria.

España duele.

domingo, 30 de noviembre de 2008

> Los nombres de las calles

Hace unos días preguntaban en una entrevista televisiva a viandantes si les parecía bien que la calle por la que pasaban se llamara ‘General Mola’ o ‘Millán Astray’. Cuando respondían que sí, que eran personales históricos, la entrevistadora les preguntaba si también les parecía bien que en el País Vasco les pusieran nombres de etarras a las calles. Todos dijeron que no les parecía bien, que era un caso totalmente distinto. Todos excepto un profesor de instituto que defendió el toponímico del General Mola con tanta vehemencia que para no parecer incongruente, a su juicio, defendió con el mismo ímpetu el dedicar nombres de calles a terroristas.

Si el criterio para dar nombre a una calle fuera el de la bonhomía del ciudadano homenajeado, tendría que empezarse a utilizar la tabla periódica de elementos para cubrir los huecos dejados. Los etarras han matado, los generales golpistas de la guerra civil española han matado, los reyes han matado, el Cid, incluso, mató, por lo que si los desterramos a todos del callejero siguiendo este criterio me parecería razonable, aunque no estaría de acuerdo porque estaríamos cercenando parte de la historia, que no es de color rosa. El criterio, sin embargo, debería ser una mezcla de relevancia histórica y de oportunidad. El general Mola figura en los libros de historia (y depende de en qué libros puede que salga favorecido o no), pero está claro que un etarra mindungui por muchas víctimas que lleve a sus espaldas no pasará del dominical de un periódico independentista.

Por otro lado, si el general Mola, por mucho que aparezca en los libros de historia, hubiera ordenado los bombardeos que ordenó hace unas semanas, tampoco debería recordarse su infausta memoria con una calle en consideración a sus víctimas recientes. El caso es que aún quedan víctimas de la guerra civil que viven en la calle de Queipo de Llano, de Santiago Carrillo o en la de Juan Negrín.

Como ya hemos llegado aquí, dejémoslos estar a todos.

viernes, 28 de noviembre de 2008

> El trastero con nuestra historia

Un viernes pasado las bolsas mundiales volvieron a caer desde posiciones de por sí ya muy abatidas. Ese día, en Almogía, hubo un viento huracanado que se llevó por delante vallas, bolsas de la compra y botellas vacías de agua. Durante la mañana la luz eléctrica también se fue, y ante la imposibilidad de hacer casi cualquier cosa, me puse a arreglar el trastero.

Todas las personas deberían tener uno. En un artículo anterior concluía que la memoria me hizo abandonar una idea equivocada, y con ocasión de mi visita al trastero pensé que allí no se guardan cosas, sino recuerdos con forma de objetos. Alguna vez pensamos que tal cosa ya no nos era útil o no teníamos espacio para ella en nuestra vida, pero por alguna razón decidimos conservarla en vez de tirarla (‘nada más amado que lo que perdí’). La vida cambia, mudamos de ideas, de relaciones, y cuando vamos a buscar el árbol de navidad nos encontramos con los recuerdos del viaje con un amigo al que ya no vemos o con los patines que sólo usamos la mañana que nos lo regalaron. Recordar es vivir dos veces, y como casi siempre nos da sólo por volver la memoria hacia aquello que nos resultó grato, todo lo que nos recuerda nuestra vida nos reconforta.

Pero el viento y las nubes pasaron, y hoy luce un sol de primavera. Dejemos el trastero como bálsamo para otros días más grises.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

> Mujeres sin apellidos

Ayer informaron de un acto en el Instituto de la Mujer de Madrid presidido por la ministra Bibiana Aído. Se trataba de honrar a las más del medio centenar de mujeres asesinadas este año por sus parejas. Se leyeron los nombres de todas ellas, pero sólo se las nombró por su nombre de pila, sin sus apellidos. Me pregunto si el acto fuera en honor de víctimas del terrorismo o de un desastre natural se omitirían también los apellidos. Cuando lo escuchaba parecía que estaban hablando de niñas o de muchachas, no de mujeres, muchas de ellas madres, que han sucumbido al salvajismo y a la cobardía de sus parejas.

Para cambiar las cosas habría que valorar y dignificar a las víctimas, no presentarlas como minusválidas sociales, y sí con nombres y apellidos, porque cada una de ellas tenía una identidad propia que han borrado a golpes.

En el acto se incluyó una pieza interpretada por una gaitera y otra de dos mujeres tocando el xilofón.

lunes, 24 de noviembre de 2008

> Una cuestión de confianza

El día 13 George W. Bush habló en el Manhattan Institute sobre la crisis económica. Como era habitual, nada más ponerse delante del micrófono las acciones del Dow Jones aceleraron sus caídas hasta el 3’5%; pero cuando el presidente empezó a decir que el capitalismo no necesitaba ser refundado y que no eran oportunas medidas regulatorias severas, el mismo índice empezó a entonarse y la bolsa de Nueva York acabó cerrando con una subida de más del 6%. Es lo que tiene la confianza.

Los mercados lo devoran todo. Hace unos meses se explicaba la crisis por el precio del petróleo, por las subidas de los tipos de interés y por la inflación. Ahora ésta última está bajando con fuerza, los tipos de interés caen cada quince días y el petróleo está a menos de la mitad que en julio de este año. Además el sistema financiero se está beneficiando de una lluvia de ayudas públicas y de no se sabe cuántas prebendas más. Sólo tienen que pedirlo (bajando las bolsas) para que los políticos acudan a sus pies.

Pero nada de esto les satisface, quieren más. Y lo que quieren es la confianza de que nadie va a meter las narices en sus asuntos, quieren seguir como estamos porque si están aquí es porque les ha ido bien, quieren que nadie se aproveche de este pequeño caos para ajustarles las cinturas. Y creo que lo van a conseguir sin mucho esfuerzo porque no hay alternativas. Para cumplir con la galería y justificar el viaje, en la cumbre del G-20 leyeron un comunicado de buenas intenciones, en alguna otra reunión cambiarán alguna cosa, y aquí paz y después gloria. ¿A quién se le ocurrió eso de que en Washington iban a refundar el capitalismo?

Cuando tengan claro que los políticos merecen la confianza que han depositado en ellos, volverán a subir las bolsas.

sábado, 22 de noviembre de 2008

> Sin opciones

Nissan ha anunciado una reducción de plantilla que deja en la calle a más de mil trabajadores argumentando que la crisis está reduciendo drásticamente la venta de coches. Podríamos pensar que tal vez no sería mala idea que los ciudadanos boicotearan los productos de esta empresa. Hace años, Gillette se fue de Sevilla y aunque todo el mundo aquí habló muy alto, nadie hizo nada para impedir su marcha. En Francia, unos meses más tarde, la misma empresa anunció lo mismo que aquí, y bajaron tanto sus ventas en el país vecino que renunciaron a sus propósitos.

Sin embargo en el telediario veo que Ford en Almusafes, Citroën en Vigo, Open en Zaragoza y Seat en Barcelona van a hacer exactamente lo mismo que Nissan. Y porque no hay más empresas de fabricación de coches en España, que si no también se apuntarían. La gente compra ahora muchos menos coches, pero si hicieran un boicot socialmente responsable apenas podrían comprar ninguna marca que no fuera Jané (creo que ya los fabrican en China).

En este mismo sentido de responsabilidad hace no mucho tiempo yo mismo mantenía una actitud inflexible con la compra de productos fabricados en países de dudosa catadura laboral. Ahora sin embargo no es que sea más flexible, sino que apenas hago un esfuerzo salvo el de mirar besugamente la etiqueta, porque a un ciudadano normal no le queda más remedio que comprar menaje hecho en China, muebles de Indonesia y esterillas de la India, porque estas cosas ya no se fabrican aquí salvo las de lujo. A esta lista habría que añadir zapatillas de deporte, ropa, productos electrónicos, y un largo etcétera que rodea nuestras vidas.

En fin, que ser responsables cuesta cada vez más trabajo, y algunas veces es casi imposible.

jueves, 20 de noviembre de 2008

> El picudo rojo

Leo en un periódico que la burbuja del ladrillo no sólo ha traído corrupción, fraude y dejadez a nuestro país, sino también una bestezuela que amenaza con comerse todas las palmeras del país, empezando por las de Marbella.

Este bichito de llamativo color venía de polizón en cientos o miles de palmeras que importadas de Egipto suplantaban el déficit de las nacionales a la hora de adornar las aceras de las miles de nuevas urbanizaciones que se han construido en los últimos años.

Supongo que el insecto no sólo no tiene depredadores naturales en nuestro país, sino que además se alimenta del cutrerío nacional: como las palmeras importadas valen un potosí, los dueños de las infectadas no informan a las autoridades (‘informar’ en este caso implica que las cortan y las queman para evitar la propagación del alienígena), y confían en tener suerte y que el animalito decida irse por las buenas a por la palmera del vecino sin acabar antes con la suya. Por supuesto que el insecto hace uso del principio de razón suficiente de Leibniz y decide acabar primero con la actual y luego irse a la del vecino.

Así las cosas, parece que el problema no para y pone en riesgo los palmerales españoles (¡tiembla Elche!). Como el cutrerío nacional tiene más difícil arreglo, sólo nos queda esperar que el picudo rojo sucumba de éxito antes de infectar a nuestra última palmera. Por desgracia nuestras costas y nuestros campos no han tenido esa suerte con la plaga del ladrillo.

martes, 18 de noviembre de 2008

> Niños de veinte años

Hace unos días fui a la comisaría de policía para renovar mi DNI. No estuve mucho rato, apenas una hora, pero en tan poco tiempo pude ver a cuatro jóvenes que rondaban los veinte años acompañados de sus madres. Vestían ropa de marca y parecían los cuatro recién duchados. Su madre era la que hablaba con la funcionaria que los atendía, pero quien ponía la huella dactilar en el escáner era el hijo.

Luego fui a un hipermercado Carrefour, y observé en poco rato a dos niños de unos cuatro años que aún iban en carrito de paseo con sus madres.

Hace unos meses tuve un accidente de coche y el muchacho que conducía la moto, de unos veinte años, tuvo que ir acompañado de su novia (que era “la que entendía de letras”) para que le leyera los papeles que debía firmar (el parte amistoso de accidentes).


Tomado de Plutarco, Vidas paralelas: Alejandro, 9, 1-2.(Traducción de Emilio Crespo):

En la época de la campaña de Filipo contra Bizancio, Alejandro tenía dieciséis años, y habiendo quedado en Macedonia como depositario del poder y del sello real, subyugó a los medos que se habían sublevado y tomó su ciudad, expulsó a los bárbaros y repoblándola con gentes de procedencia diversa le dio el nombre de Alejandrópolis. Tomó parte personalmente en la batalla de Queronea contra los griegos, y se dice que fue el primero que se arrojó contra el batallón sagrado de los beocios”.

Vale que fuera Alejandro Magno, pero ni calvo ni con tres pelucas.

domingo, 16 de noviembre de 2008

> Obama

En muchas películas de catástrofes el presidente de los EE.UU. es negro o mujer. Si es negro es tan bueno que resulta inoperante o tan malo que hay un blanco que se le enfrenta y lo arregla todo. Ahora ya hay un presidente electo negro en la Casa Blanca, y seguro que ha visto muchas películas como éstas, por lo que ya está advertido.

En las imágenes de la celebración de su triunfo se veían jóvenes negros bailando por las calles, jóvenes blancos estilo ‘indie’ o ‘techie’ coreando a los que bailaban, y personas de clase media baja con los ojos húmedos pronunciando para sí el mantra de ‘sí, podemos’. En otros países del mundo la victoria de Obama ha sido acogida con gran entusiasmo y simpatía. ¿Se verán defraudadas tantas esperanzas? Son tiempos de crisis, y Obama ha ganado por su carisma pero no menos por el cambio que representa respecto de los que han alimentado la actual situación. ¿Abandonarán los negros el gueto?, ¿aspirarán los jóvenes a ser Bibiana Aído? ¿Otros países tendrán un consuelo en los EE.UU.?

Obama no ha salido de un gueto aunque sea negro, tampoco es un ‘indie’. Por esfuerzo y valía personales pertenece a una elite cultivada con inquietudes sociales. Ahora además es el presidente de los EE.UU., que tiene una historia de continuidad y de innovación políticas nada desdeñables. Hará cosas que no hubiera hecho McCain, pero tendrá que demostrar a cada paso que es igual que un blanco (lo que tiene asumido él pero no todos en su país), y tendrá que luchar por aliviar la situación actual y el papel menguante de EE.UU. en la economía mundial. Y no es poco, así que no creo que esto vaya a ser un calcetín.

viernes, 14 de noviembre de 2008

> La actualización

Con bastante frecuencia sigo la información económica en un periódico digital. Desde primera hora de la mañana van actualizando noticias y comentarios, y así durante todo el día. A las seis las nuevas noticias empiezan a escasear, porque los mercados europeos ya han cerrado y Japón todavía no ha abierto. Sin embargo, aún hay alguien que añade algo de cómo va el dinero en los Estados Unidos. A las diez y media, hora española, cierra Wall Street, y ya no espero encontrar ninguna novedad en este periódico. Sin embargo muchas veces hay noticias que se publican a las once o a las doce de la noche, y no son noticias urgentes ni importantes que justificarían que el redactor se quedara hasta tan tarde para hacerlas llegar al público. No, son noticias del tipo ‘Mañana sabremos quién ha ganado las elecciones’ o ‘La producción de acero cae por segundo trimestre consecutivo’.

Me imagino la sala de redacción vacía, los salvapantallas activados y las señoras de la limpieza haciendo la ronda. Un redactor solitario trabajando hasta tarde para escribir eso. Cuando salga tendrá que caminar un buen rato para coger el coche (no tiene aparcamiento en la empresa) o cogerá durante una hora uno de los últimos metros. ¿Cómo se sentirá esta persona cuando llegue muy tarde a su casa de las afueras y sus hijos ya lleven horas dormidos? ¿qué le dirá a su mujer después de un beso? Aunque no soy periodista, he trabajado en circunstancias parecidas como para preguntarse qué hace uno allí aparte del tonto.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

> 1 persona = 2 cajeros

Leo en el periódico que se ha dictado sentencia contra dos jóvenes que quemaron viva a una indigente en un cajero de Barcelona. Les condenan a diecisiete años de cárcel y al pago de una indemnización de 46.000 euros a los familiares de la indigente y de 26.000 a la Caixa por los daños en el cajero.

Menos mal que la sentencia sale ahora, porque si saliese dentro de unos años igual tendría que titular este artículo como “1 persona = ½ cajero”.


Ref.:

> ’Sí, podemos’

Lo he visto en un anuncio de la obra social de Caja Madrid. Es parecido a lo que proponía Endesa hace unos meses, y no muy distinto del eslogan de la campaña de Obama en EE.UU. Hay muchos más ejemplos.

Con un poquito de música enaltecedora, un colectivo apropiado y puro (niños) y una imaginería de proximidad (color de los años setenta, blanco y negro o personas de la calle como usted o como yo), la señora que está en casa con la costura y el señor que está en el sofá cansado del trabajo levantarán los ojos y verán durante veinte segundos (hasta que empiece el anuncio de las sopas de sobre) lo buenas que son las corporaciones que van a hacer tantas cosas para cambiar el mundo en el que se desarrollan tan prósperamente. Por cada pañal que compremos enviarán una vacuna a los negritos, por cada apertura de libreta encontrarán un trabajo a un subnormal o por cada voto cambiarán para bien su futuro.

Que me cuenten cómo es ese nuevo mundo.

martes, 11 de noviembre de 2008

> De sabios es modificar (y 2)

Después de escribir y publicar el anterior artículo leí un comentario en el blog de Martin Varsavsky que me pareció muy interesante. Es el número 117 y lo firma ‘las cosas claras’. Viene a decir que un blog no es como la casa de uno, sino más bien como una plaza pública donde uno expone lo que tiene, y como lugar público que es tienes, quizá, que aguantar a clientes inoportunos o a niños que lloran muy alto. De hecho, si uno quiere abrir en internet algo privado como su casa lo que ha de hacer es una página privada con usuarios y claves. El comentario sin duda está bien argumentado y expuesto, y abre un debate enriquecedor sobre este tema.

Al poco de leerlo casi me hizo cambiar de idea sobre lo que yo había escrito en mi artículo (no me gusta el anglicismo ‘post’). Pero como de sabios es (volver) a modificar, tras una ligera reflexión debo decir que no comparto el juicio del comentarista.

En primer lugar, desde el punto de vista técnico, el propietario de un blog puede moderar la información que publica: es el único que puede borrar comentarios que no le gusten, quitar artículos, etc. Estas funcionalidades están a su disposición en cualquier blog, y por tanto forman parte de la definición del mismo.

Sin embargo no es la capacidad técnica de hacerlo lo que lo justifica. Aunque uno esté en la calle no debe permanecer ajeno si alguien veja a otra persona, si la roba o la agrede de alguna forma. No estoy de acuerdo con el ‘todo vale’ ni con el relativismo absoluto, ni comulgo con el ‘laissez faire’ a ultranza porque casi nunca las posiciones de igualdad iniciales de los contendientes que lo justificarían son equivalentes. Desde ese punto de vista, si un comentario en un blog humilla en atención a la raza, descalifica por el sexo o insulta por cualquier otra condición personal, creo que es oportuno ponerle coto. Quizá lo mejor sería argumentar contra tales comentarios pero ¿no estaríamos entonces bailando al son que nos tocan? ¿tendríamos que plegarnos a hablar sobre lo obvio? ¿tendríamos que tener esa cortesía con quienes no suelen tenerla?

Ref.:

> De sabios es modificar

Es la enésima vez que digo aquí que sigo de vez en cuando el blog del emprendedor hispano-argentino Martin Varsavsky. La primera vez que hablé de él lo hice con la idea de cierta presuntuosidad por su parte. Luego, según le leía más, entré a comentar varios de los artículos que él publica, lo que entre líneas supone abandonar la consideración de superficialidad que antes tenía de él. Matizo esto de la superficialidad: su blog no es ni superficial ni profundo; creo que en éstos adjetivos debe haber una cierta intencionalidad, y en su caso lo que veo es simplemente (que no es poco) una forma (seguro que tiene otras) de expresión.

Ayer leí en su blog un artículo que me gustó porque toma partido. En los últimos días parece que algunas de sus opiniones despertaron críticas y descalificaciones disparatadas, y en la entrada de ayer subraya el carácter personal y arbitrario (en el buen sentido del término) de su lugar de comunicación. Le entiendo totalmente cuando se queja de los descerebrados que se cuelan entre sus comentaristas para insultarlo y ensuciar la pantalla sobre la que escriben. Como dice Martín, su blog es su casa y el mismo respeto que procura a sus invitados es el que exige de ellos.

Todo lo anterior es para decir que me ha gustado el artículo (a él sólo conozco por este ‘avatar’). Como decía Paracelso “quien no conoce nada, no ama nada”.


Ref.: http://spanish.martinvarsavsky.net/general/en-busqueda-de-una-afinidad-con-mis-lectores.html

lunes, 10 de noviembre de 2008

> ¿A quién saludan?

Es algo tan corriente que ya casi pasa desapercibido, pero seguro que se han dado cuenta de lo efusivos que son casi (¿casi?) todos los norteamericanos cuando suben a un estrado. Da igual que uno sea el presidente de los EE.UU. o un actor de Hollywood, da igual que sea la ceremonia de los Oscars o un acto político, pero todos alzan las cejas, abren la boca, señalan con el dedo y ladean la cintura. Entiendo que los que suben a un estrado tengan muchos amigos (por eso suben), pero ¿tantos y tan notorios que aun entre la masa de asistentes destacan entre los flases y el confeti?

En el resto del mundo no ocurre algo parecido. A lo más que llega Zapatero es a mirar a alguien y sonreírle tímidamente, o Sarkozy a atusarse el traje azul marino en respuesta a una mirada embarazosa. En la etiqueta norteamericana está bien visto ser campechano y accesible, juntar en una misma persona el poder de destruir una ciudad pulsando un botón y el hacer un chiste en una presentación. Los demás países somos más comedidos y tenemos un gran sentido de la vergüenza. Pero igual poco a poco llegará el gesto. Lo sé porque hace unos años vi un discurso del presidente de EE.UU. en el que el fondo era un graderío de personas anónimas representativas del auditorio (muchos blancos, algún negro, mujeres, gordos y flacos). Eso era una novedad, porque hasta entonces los fondos del estrado los ocupaban cortinas o los organizadores del acto. A los pocos meses, el invento se afincó entre nosotros para quedarse, y ya todos los líderes políticos colocan tras de sí cortinas de personas que obedecen a un regidor de puesta en escena. A ver cuándo importamos, para quedarse, la posibilidad de que un negro que se llame algo parecido a Barack Hussein Obama llegue a la presidencia del gobierno.

> Reseña: “Sobre la libertad” de John Stuart Mill

Ya comenté en otro artículo la importancia que le concedía a este libro. No diré de él que ha sido una revelación, sino la expresión por pluma ajena de lo que debiera ser el respeto a la libertad individual para formar verdaderos ciudadanos.

Aunque es un libro breve y se lee bien, tiene partes que se me hicieron difíciles de seguir y algunas referencias a hechos de su tiempo (la Inglaterra del siglo XIX) que nos resultan ajenos. Sin embargo la contundente defensa de la libertad individual y al mismo tiempo de la responsabilidad con la sociedad en la que uno vive hacen que se lea el texto como si fueran las palabras constituyentes de un nuevo estado, porque por desgracia no siempre estas ideas resultan tan obvias. Y no hablo de desiertos remotos ni montañas lejanas.

sábado, 8 de noviembre de 2008

> Lo profundo

Con motivo de las elecciones en los Estados Unidos he escuchado por la radio a una periodista decir que el próximo programa lo emitirían desde la “América profunda”, desde el rebelde sur. También se habla de la “Italia profunda” e incluso, aunque cada vez menos, de la “España profunda”.

Sólo lo particular y diferente nos conmueve. No nos sentimos atraídos por la rutina, por la ensalada mixta ni por la siesta. Nos pueden gustar e incluso echarlas de menos si nos vemos privados de ellas, pero para cualquier espíritu mínimamente inquieto sólo la curiosidad y el placer de un mínimo riesgo consiguen despertar la mariposa que tenemos en el estómago. Por eso hay gente que va a Nueva York de compras o a Bali de viaje de novios (y eso que estos destinos son una versión ligera de una verdadera aventura).

Por desgracia cada vez hay menos cosas que nos conmueven, al mismo tiempo que cada vez las cosas (las comidas, los vestidos, los caracteres, los utensilios de uso cotidiano) se hacen comunes a todo el orbe. Cuando Marco Polo escribió su libro de viajes seguro que causó una admiración y un estremecimiento que hoy sólo se podrían imitar con relatos geográficos (una expedición al polo sur), pero no con la descripción de usos y costumbres de gentes lejanas (entre otras cosas, ya nada está lejos como lo estaba antes).

El caso es que esta componente vital que nos estimula, como mercancía que es, no se resigna a la extinción, y se vende en varias presentaciones de fácil uso: cruceros por el Caribe, viajes naturalistas por Marruecos en 4x4 o una semana de agosto en Torremolinos. Pero estos productos tienen la palabra ‘sucedáneo’ impresa en el folleto. Lo que ahora queda de lo que antes era corriente (la diferencia entre geografías humanas), ahora tiene el nombre de ‘lo profundo’. En los EE.UU. serán los campos de tiro, los desfiles del KKK o los bajos fondos del barrio francés de Nueva Orleáns; en Italia será la mafia o los sombreros de los carabinieri; en España los asesinos de Puerto Urraco o los Sanfermines. Y después de escribir esta lista no intencionada veo que en muchos casos lo característico de cada país es cada vez más su violencia específica (y que me perdonen los sombreros). Cada vez menos cosas son como solían.

jueves, 6 de noviembre de 2008

> Reseña: “A salto de mata” de Paul Auster

Le doy mucha importancia al azar. Descubrí a Auster no sé por qué ni cómo hará cosa de un año. Lo primero que leí de él fue “La invención de la soledad”, y me pareció un libro inmejorable, de esos que a uno le gustaría no acabar nunca. A éste siguieron “El libro de las ilusiones”, “El país de las última cosas” y “Creía que mi padre era Dios” (una selección de textos ajenos que enviaron oyentes de un programa de radio en el que Auster participaba).

Cuando escribo que le doy mucha importancia al azar, respecto de Auster significa que si en vez de haber leído en primer lugar “La invención de la soledad”, del que no tenía ninguna noticia ni referencia, hubiera leído “A salto de mata” lo más seguro es que no hubiera continuado con ningún otro. No es que el libro esté mal en algún aspecto, que sea aburrido o recalcitrante: no; pero no destaca por nada en concreto. Así, habiendo leído primero lo que leí, Paul Auster ha ganado un lector de otros libros suyos quizá menos interesantes que el primero. El azar le ha favorecido a él no menos que a mí.

“A salto de mata” es una biografía breve y ligera en primera persona de los años de juventud del autor. Como todos los que luego hacen cosas importantes y son conocidos (y como los que no hacen nada destacado y mueren en el anonimato) Auster vivió la bohemia de París, trabajó en un carguero y nunca tenía un dólar. Todo esto bien descrito e hilado, pero poco más que una relación de “cosas que han pasado”, y además con un final apresurado. No es un libro que emocione.

martes, 4 de noviembre de 2008

> “Camera café”

No me gustaba ‘Camera café’. Me parecía una serie ramplona por el contenido y vaga por la realización (por lo de la cámara fija). Nunca la veía. Pero cuando empezaron a poner después CSI Las Vegas me tragaba los finales, y poco a poco éstos se fueron ampliando hasta casi el inicio. Como ven, soy de gustos simples, porque hay que ser simple para apreciar la altanería sin fisuras de Victoria, la caradura del comercial o el canalillo de la rubia. Y eso que son buenos actores que interpretan bien algo muy flojo.

Hace unos días, además, uno de los diálogos explicaba de pasada qué clase de personas se habían colado de ‘okupas’ en la furgoneta de la empresa: un inmigrante, una alcohólica, una madre soltera y un chico con depresión. Vale que es un programa de humor, vale que nadie puede tomarse en serio esto ni considerar inferiores a personas como éstas, pero igual oírlo tantas veces en diferentes bocas y que encima se suponga que tiene que hacer gracia (millones de moscas no pueden estar equivocadas) contribuye a forjar la opinión de que personas como éstas son efectivamente inferiores y risibles, porque como todo el mundo dice los inmigrantes son delincuentes, los alcohólicos viciosos, las madres solteras putas y, en fin, los depresivos cuentistas.

domingo, 2 de noviembre de 2008

> “Bebé medicamento” (y II)

Escribí el día 23 sobre la irresponsabilidad de los medios de comunicación en este tema (por desgracia no sólo sobre este tema). Se me quedó en el tintero sin embargo comentar algo del hecho en sí, es decir, sobre seleccionar genéticamente al futuro hermano que te salvará la vida. Visto desde fuera, no parece muy ético la utilización de un ser humano para un fin predeterminado por sus padres. También intento ponerme en la piel de la persona que, ya adulta, se entera que su concepción fue manipulada para salvar la vida a su hermano mayor. Es como fabricar a un ser humano para que nos sirva para otros propósitos, y no porque deseemos tener un hijo que nos diga ‘papá’ y ‘mamá’.

En una entrevista, una señora dijo ante las cámaras que uno puede estar a favor o en contra y esgrimir razones en uno y otro sentido, pero que si una madre tiene a su hijo enfermo de muerte y su última solución es ésta, ¿qué debe hacer?, ¿dejar a su único hijo morir?

Creo que más que esto no se puede decir.

viernes, 31 de octubre de 2008

> Cielo y tierra

Siempre gusta encontrar que somos únicos, pero también nos consuela comprobar que no somos tan raros como nos temíamos. Leyendo ‘Tristram Shandy’ de Lawrence Sterne vi una supuesta cita de Aristóteles que dice que “cuando un hombre piensa en algo pasado, mira a la tierra; pero que cuando piensa en algo por venir, mira al cielo”. El hecho es que hace tiempo tenía intención de escribir un artículo sobre lo que yo consideraba algo único, pero parece que al menos Aristóteles lo tenía ya por norma (el que este gran filósofo lo descubriera antes que yo no me supone un gran consuelo para mi vanidad).

Cuando por la noche me acuesto en la cama puedo escoger tres posturas. Si me pongo de lado lo trataré otro día, pero si me pongo hacia arriba o hacia abajo se cumple el comentario del Estagirita. Si miro al techo (es un decir, porque tengo los ojos cerrados) pienso en las cosas que haré, en los planes triunfantes que llevaré a cabo, en lo que me deparará el futuro. Sin embargo, si me tumbo boca abajo sólo consigo recordar lo que he hecho ese día, los problemas que me han asaltado, las miradas que he querido esquivar.

Ya lo he dicho, pero lo repito: pensaba que era más original. Aunque bien pensado no tiene nada de raro, por eso el Paraíso está en el cielo y en el futuro y el Infierno bajo tierra con pantalones de campana. Piénsenlo un momento y luego díganme si Aristóteles también tenía razón en su caso; o dicho de otra forma: ¿es usted tan raro que no ha sido aún descrito?

miércoles, 29 de octubre de 2008

> Internet nos cambia la mente

Leí hace unos días un artículo muy interesante sobre cómo afecta internet a nuestra forma de adquirir y desarrollar el conocimiento. En pocas palabras, internet nos está volviendo más perezosos, concisos, estrechos de miras y superficiales.

Casi todos los días paso varias horas hojeando artículos y leyendo noticias en la web. También me gusta leer libros impresos y le dedico otro buen rato. Sin embargo, cada vez me cuesta más trabajo centrar mi atención en artículos largos o que empleen frases subordinadas muy largas e hiladas, y antes no era así. Si esto es el resultado de pasar tantas horas delante del ordenador, no lo sé; pero si fuera el caso, el efecto en otras personas que no hayan tenido antes una educación tradicional puede ser aún peor.

No creo que tenga mucho que ver el uso de internet con la menguante capacitación de los jóvenes para leer y comprender un texto o expresar ideas correctamente, pero por lo leído parece que no ayuda. Lo que se sigue de esto es una visión pesimista sobre unos futuros ciudadanos más simples, más huecos y más manipulables. La primera lectura para la Educación para la Ciudadanía debería ser “Sobre la libertad” de John Stuart Mill, si no es ya demasiado tarde para poder comprenderla.


Ref.: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Internet/cambia/forma/leer/pensar/elpeputec/20081010elpepisoc_1/Tes

lunes, 27 de octubre de 2008

> Despidos

Ésta es una ley más inexorable que la de la gravedad: cuando las cosas van mal en una empresa lo primero que hacen es echar gente a la calle. Y la empresa al día siguiente sube en bolsa como un barco aliviado de una pesada e inútil carga. Si alguien se pregunta por qué nunca echan a los altos ejecutivos de una empresa en crisis, la respuesta no está en el viento: son ellos lo que toman las decisiones de a quién echar y el domingo tienen planes de ir a Disneylandia con sus hijos.

Siempre me he preguntado cómo es que ante estos despidos masivos las empresas suben en bolsa. Primero, se supone que la imagen de una empresa que echa a sus trabajadores a la calle debería sufrir, y la gente diría al pasar por la acera:

- Mira José: esta sucursal es de Citibank, que ha echado a 11.000 personas a la calle por las equivocadas decisiones en la gestión de riesgos de sus directivos.

Pues no, la gente no dice esas cosas y si las dice da igual porque sigue abriendo cuentas en Citibank.

Pero lo más importante es que nadie se para a pensar que esas personas (11.000 por ejemplo) estarían haciendo algo todos los días en el banco. Serían cajeros, analistas de riesgos, contables… Y son muchas personas. De la noche a la mañana, ya no son necesarias: ale, a la calle. ¿Ningún directivo se dio cuenta antes de contratarlas de que no eran necesarias? Lo cual incide en el convencimiento de que esos directivos no eran unos lumbreras precisamente.

Como a estas alturas de la película ya casi nadie cree que los directivos sean muy espabilados, ¿no podría ser también que la decisión de echar a esas personas también esté equivocada? No creo, lo hace todo el mundo.

sábado, 25 de octubre de 2008

> Los niños invisibles

La lectura reciente de un artículo me recordó la experiencia de no ver niños en la calle jugando. Mis sobrinos vivían junto a un parque y a un descampado, y jamás los han pisado salvo cuando yo iba en verano a jugar a la pelota con ellos; no conocen a ningún otro niño en el barrio, y sólo se relacionan con los compañeros del colegio. Otro sobrino mío vive en una zona de chalets de clase alta, y tampoco tiene amigos en el vecindario ni sale a la calle a jugar.

En el artículo que leí se presentaban varias ideas para explicar este comportamiento tan distinto al que vivimos en nuestra infancia los que ahora rondamos los cuarenta. Sin embargo me parece que la explicación hay que buscarla en el comportamiento social de los padres, ya que el miedo de éstos a un secuestro o a un abuso sexual (que se esgrime como la causa principal de no dejar salir a los niños solos a la calle) no sólo es algo estadísticamente rarísimo, sino que los casos que desembocaron en este miedo son posteriores al fenómeno del que hablo. Mis padres saludaban a los vecinos, sabían cómo se ganaban la vida y cómo eran. Aunque nos mudamos muchísimas veces de casa por el trabajo de mi padre, a cada sitio que llegábamos mis padres procuraban conocer a los otros padres del entorno. El conocimiento genera confianza, y aunque no había un pacto explícito sobre esto, en algún momento todos los vecinos se preocupaban de los hijos ajenos, y mis padres podían enviarme a la calle sin demasiado temor.

Hoy creo que esto no sucede. En el caso de mis sobrinos, sus padres no tienen ningún trato con ningún vecino (ni siquiera saben sus nombres, sólo les suenan las caras de cruzarse en el ascensor). Los padres de mi otro sobrino, me temo que tampoco. Los niños sólo han desarrollado relaciones en el colegio, lo que obliga a los padres a llevarlos para que tengan contacto social. El resto del tiempo lo pasan en casa viendo televisión o jugando con videoconsolas.

También creo que influye la disminución del número de hermanos en las familias. Tener un hermano es un seguro contra la soledad, el abuso y el rechazo. Lo más difícil es tener el primer amigo, y un hermano hace este papel hasta que los dos puedan volar por su cuenta.

El resultado de todo esto es que los niños se relacionan menos con otros niños, sus relaciones son menos variadas, y los padres tienen que invertir mucho más tiempo en vigilar a sus hijos del que seguro les apetecería y del que sin duda necesitan como niños.

Ref.: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/generacion/ninos/paredes/elpepusoc/20081014elpepisoc_1/Tes

jueves, 23 de octubre de 2008

> “Bebé medicamento”

María Casado lo dijo como la cosa más natural del mundo en el Telediario de las nueve de la noche del pasado día 19 de octubre: “Ha nacido el primer bebé medicamento español”. A veces dan ganas de exiliarse.

Ni tan siquiera me cupo la duda de que era un error momentáneo o individual: lo repitieron varias veces en el reportaje y rotularon con este infame nombre la entrevista a la madre. ¿Se dan cuenta esta gente que están hablando de una persona, de un bebé? ¿Cómo se puede cosificar a un ser humano sin pestañear? La respuesta: porque no pasa nada.

Antes hablaban de los ‘sin papeles’, hasta que varios dijeron que los inmigrantes ilegales no eran sólo entes con un solo atributo (los blancos, los negros, los chinos, etc.), sino personas a menudo desesperadas que tienen la mala suerte existencial de no poder estar legalmente en España. Ahora ya casi nunca lo dicen, se inventan eufemismos menos traumáticos. Estos bebés nacidos para salvar a un hermano quizá sean muy pocos para que alguien se preocupe de qué nombre darles.

martes, 21 de octubre de 2008

> Psicomaquia

En interpretación artística el tema de la psicomaquia se refiere a la escena en la que un personaje duda qué opción elegir, pues las que se ofrecen parecen semejantes.

En el comentario del día 19 puse como ejemplo de irresponsabilidad las vacaciones que unos altos ejecutivos de AIG se tomaron en un balneario de California poco tiempo después de que el Gobierno norteamericano inyectara dinero público en la empresa para evitar su quiebra. Para ejemplificar la irresponsabilidad se pueden poner otros muchos ejemplos, pero éste lo traigo a colación ahora porque no es tan simple ni maniqueo como parece.

Un portavoz de AIG declaró que estas vacaciones pagadas (en las que se gastaron cerca de medio millón de euros) estaban planificadas desde largo tiempo atrás y eran una recompensa a los objetivos conseguidos por estos altos ejecutivos. Aparte de lo cuestionable que con carácter general pueda parecer este tipo de retribuciones a los ya de por sí más beneficiados de una empresa, se puede considerar que es de justicia cumplir con lo prometido; sin embargo, por otra parte, quienes van a pagar esas vacaciones son los contribuyentes norteamericanos que no tienen culpa de nada. ¿Qué habría que hacer? Si no das el premio, estás incumpliendo un pacto, dejas de ser creíble y la desmotivación se extenderá entre tus empleados; pero si les pagas las vacaciones parecerá (y acaso sea) una muestra de frivolidad e irresponsabilidad intolerables.

Parece que de las opciones tendremos que escoger la menos mala. Hoy me parece, aunque me pese, que es la que escogió la empresa.

domingo, 19 de octubre de 2008

> Comme il faut

Si tuviera que escoger un leitmotiv de nuestro tiempo diría que es la falta de responsabilidad (no niego que quizá sea porque me estoy haciendo viejo y todo tiempo pasado fue mejor).

Estamos en medio de una crisis económica que todos consideran la definitiva, y vemos que las empresas se hunden en bolsa. Sin embargo no todas han cometido los excesos y las irresponsabilidades de las malas, pero sí todas sufren las consecuencias. Luego, además, viene el estado y reflota con dinero público a los que han hecho las cosas mal (y los directivos, para celebrarlo, se van a un balneario de lujo en California como han hecho los de AIG).

La conclusión que saca uno de esto es que da igual que hagas bien o mal las cosas, siempre y cuando no seas el único en hacerlas mal.

viernes, 17 de octubre de 2008

> Pornografía

En origen la palabra pornografía no sólo hacía alusión a asuntos relacionados con el sexo, sino a todo aquello vergonzoso, ruin o repugnante. En esa acepción la empleo aquí.

Ya he dicho con anterioridad en este blog que de vez en cuando leo artículos de Pío Moa, y casi siempre estoy en profundo desacuerdo con él, aunque más que desacuerdo tendría que decir que es como si estuviéramos en diferentes planetas. Me pregunto qué es lo que me hace leer a este señor o escuchar de tarde en tarde a Jiménez Losantos en la COPE (habiendo tantas otras emisoras y tantos otros periódicos en internet). Por una parte está la curiosidad por conocer otras opiniones, aunque sean extraterrestres, pero por encima de esto el éxito de estas personas no está en sus juicios, opiniones o análisis, sino en el espectáculo pornográfico que dan. Buscan la provocación y el escándalo, y eso es lo que me atrae a mí y supongo a otra mucha gente. Es como un “Gran Hermano” unas “Crónicas marcianas” o el reportaje de Nieves Herrero sobre las niñas de Alcáser. ¿Cómo si no habría de calificarse a alguien que no se acuesta un día sin haber escrito al menos tres veces “puterío”, “amigo de la ETA”, “choriceo” y “chekista” en referencia al Gobierno? ¿Qué adjetivo distinto de pornográfico podría aplicarse a alguien que hablando del Estatuto de autonomía catalán dice que como consecuencia de éste “veremos el río Llobregat teñido de sangre”?

La ventaja que tienen es que es más justificable socialmente mostrar estos comentarios amparándose en la libertad de expresión que, amparándose en la misma libertad de expresión, mostrar una felación.

miércoles, 15 de octubre de 2008

> El último ‘trabajo’ de Enrique Bunbury

En honor a la honestidad tengo que decir que nunca me cayó bien este cantante. Su aire de suficiencia y sus permanentes gafas oscuras me hacían pensar que tenía que recurrir a eso para suplir otros méritos de los que carece. Por si fuera poco sus canciones me parecen malas, muy malas (quizá sea cuestión de mala suerte por las pocas que he escuchado).

El caso es que leo que este cantante ha publicado un nuevo disco, Hellville de Luxe. Pero la noticia es que en las letras de sus canciones ha plagiado al menos a dos autores poco conocidos, Joseba Sarrionandía y Pedro Casariego. El cantante, con la suficiencia y el desparpajo que le caracteriza, se ha limitado a difundir una nota diciendo que su proceder es práctica habitual en el mundo de la canción. Y aquí paz y después gloria.

Bunbury ha pasado a engrosar esa lista de consagrados que pueden hacer lo que quieran porque ya están en el ‘candelabro’. Saludos a Ana Rosa y a Sánchez Dragó.


Ref.: http://www.elpais.com/articulo/cultura/Nueva/inspiracion/literaria/Enrique/Bunbury/elpepucul/20081009elpepicul_5/Tes

lunes, 13 de octubre de 2008

> ¿Quién lee este blog?

Empecé a escribir este blog hace sólo unos meses. Cuando tuve publicados más de cincuenta artículos le comuniqué su existencia a mi mujer y a dos amigos. No me he anunciado de ninguna otra forma, ni incluyo publicidad, ni hay enlaces en otras páginas a mi blog, al menos que yo sepa. Por el contador de visitas, en estos tres meses y medio he recibido más de 300, y aunque mi autoestima me dice que son muchas menos de las que merezco, me sorprendo de que sean tantas.

Hay personas que se han conectado desde Singapur, Santiago de Chile, Londres o León: gracias (por favor, no me digáis que llegasteis por teclear mal una dirección). La mayoría de los lectores se conectan desde Andalucía, lo que me sorprende bastante, pues aunque yo mismo vivo en un pueblecito de Málaga no suelo tratar temas específicos de aquí.

Sólo tres o cuatro personas me han dejado comentarios, cosa que agradezco mucho, no sólo por el valor de lo escaso, sino por lo que me han dicho y el esfuerzo que se han tomado.

Mi vanidad me empuja a desear muchos más lectores, pero mi curiosidad me lleva a preferir que, los muchos o los pocos que me leen, sea por afición o por teclear mal una dirección, dejen sus opiniones sobre los temas que trato.

sábado, 11 de octubre de 2008

> Reseña: “Infancia. Adolescencia. Juventud”

El principal interés de esta autobiografía de Tolstoi reside en la descripción de la alta sociedad rusa del siglo XIX. Esta descripción no es exhaustiva ni quizá estuviera en el ánimo de su autor (por eso no es exhaustiva), pero resulta amena de leer porque enseguida nos sentimos identificados con el autor que habla en primera persona, salvando las distancias de clase social y preocupaciones vitales que de eso se derivan (no me quita el sueño parecer desaliñado por quitarme la levita en una fiesta). Además, y no es poco mérito, la prosa es ligera y se estructura en pequeños capítulos (unos cien) fáciles de leer. De alguna forma, como casi todas las autobiografías, me recuerda a “En busca del tiempo perdido”, pero tengo que reconocer que mientras esta última se me hizo pesada y embrollada, aun reconociéndole el mérito general y varios felices hallazgos (sólo he leído “Por la parte de Swann”), la obra de Tolstoi me ha parecido de más interés, aun cuando la vida que relate no presente ningún hecho destacable.

jueves, 9 de octubre de 2008

> La publicidad del miedo, III (escenas personales de la sanidad privada, resumen)

Estoy en la consulta de un cardiólogo privado. Él es un señor de mediana edad, grueso, con bigote, que en mi presencia y en una habitación de unos quince metros cuadrados no tiene otra idea que ponerse a fumar un gran puro. Me dice que debido a mi problema con la válvula tricúspide lo más probable es que abandone este barrio por muerte súbita. Ante la cara que debí poner, me reconforta: es sólo una cuestión estadística, me puedo morir de muchas otras formas.

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Estoy en la consulta de un afamado internista. Me está haciendo un ecocardiograma. Ve algo (y “algo” en un médico siempre es algo malo). Me pregunta cuánto tiempo tardo en recuperarme cuando pierdo la consciencia. Nunca la he perdido. Me pregunta que si sufro calambres. No, no los tengo. Si se me duermen las piernas. Pues tampoco. No se lo explica y se lo achaca al aparato, que es antiguo y tiene poca resolución. Mejor me da cita para dentro de quince días, porque tiene un nuevo aparato en la agencia de transportes pero aún no ha tenido tiempo de ir a recogerlo.

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Estoy al teléfono con la compañía de seguros médicos. Me tengo que operar de una pierna, y me dan cita ¡para el día siguiente! Al cabo de media hora me llaman y me dicen que no me pueden operar porque mi problema con la pierna se deriva de una enfermedad que tuve antes de firmar la póliza con ellos. Lo sienten mucho, pero intentan venderme el suplemento dental.

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Estoy en la consulta de otro internista. Me dice que me tiene que hacer una gastroscopia (no entro en detalles, pero créanme que es muy desagradable). Mi médico de cabecera me advierte que sea cual sea el resultado de la gastroscopia, no se puede hacer nada. El internista se defiende: ¡pero así al menos sabríamos cómo está por dentro!

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Estoy en la consulta del reumatólogo. Me recomienda que si quiero tener hijos, los tenga cuanto antes, porque si no no los podré tener. Después de ocho años sigo su consejo y tengo dos niños (niño y niña) en colaboración con mi mujer.

miércoles, 8 de octubre de 2008

> La publicidad del miedo, II (argumentario)

La sanidad privada ahorra tiempo al usuario”: pidan una cita a un médico particular y luego díganme si han entrado a la consulta a la hora que tenían la cita (ojo que he escrito “a la consulta”, no “a la sala de espera donde están las revistas del corazón”). Mi experiencia particular es que en la sanidad pública tengo que esperar mucho menos que en la privada, con diferencia.

La sanidad privada es más personalizada”: por suerte mi médico privado nunca se acuerda de mí cuando me ve, no sabe mi nombre y le tengo que volver a relatar de viva voz todas mis dolencias crónicas. Eso sí: conmigo se tira veinte minutos, y no diez como en la pública, pero de esos veinte minutos quince son de charlas de cortesía. Si quisiera oír hablar me compraría un loro: yo voy al médico para que me cure la otitis.

La sanidad privada tiene mejores medios”: sencillamente no es cierto. Los aparatos médicos son hoy en día tan caros que muchos de ellos sólo se los pueden permitir las administraciones públicas, y para el resto, hay más en los hospitales que en las consultas.

La sanidad privada es más fiable”: los médicos suelen ser los mismos (por la mañana en la pública, por la tarde en la privada). En las maternidades privadas de Málaga, donde vivo, el protocolo de actuación si surge un problema durante el parto es coger una ambulancia y llevar a la madre, al recién nacido o a ambos al Hospital Materno Infantil (público).

La sanidad privada es más eficiente y barata que la pública”: la sanidad privada, por definición, es mucho más cara que un sistema nacional de salud público (y si no, que se lo pregunten a los estadounidenses). Las medicinas que mandan en la privada son inexorablemente más caras que en la pública, donde con frecuencia recetan genéricos.

La sanidad privada es más bonita”: eso sí que es cierto. El tipo de personas que uno ve en las salas de espera viste mejor que el de los ambulatorios: no suele haber mujeres con mallas, ni hombres con chándal ni niños con gorra. Los jardines de los hospitales privados están mejor cuidados, y de las cafeterías para qué hablar (los donuts son del día). Además, tienen recepcionistas, y los ascensores no hacen ruido ni ademán de caerse.

martes, 7 de octubre de 2008

> La publicidad del miedo, I (arranque)

Cuando era niño mis padres me llevaban a un colegio público, y dormían tranquilos por la noche. Cuando me ponía malo me llevaban al hospital militar, y aún conservo los dos brazos y las dos piernas. En las ventanas de mi casa no había rejas (y vivíamos en un bajo), y nunca se le ocurrió a nadie instalar sistemas de seguridad ni vigilancia privada. Ni que decir tiene que jamás nos robaron, salvo cuando abrieron el Seiscientos en un aparcamiento vigilado de un hotel de Torremolinos y se llevaron los regalos de reyes.

Mis hijos van a un colegio concertado, tienen un seguro médico privado y en casa hay rejas en todas las ventanas. Por suerte no nos han robado, pero por si acaso evitamos pasar por Torremolinos.

Respecto de la salud, hace unos días vi en Telecinco uno de esos deplorables miniespacios (los llaman ‘clips’) que bajo la apariencia de un inocente espacio de divulgación no esconden otra cosa que publicidad inducida. Este ‘clip’ trataba de las ventajas de la sanidad privada frente a la pública, y le seguía un anuncio de seguros médicos Caser que patrocinaba el espacio. El caso es que el realizador del ‘clip’ no hacía otra cosa que sacar médicos muy simpáticos y agradables con los pacientes, dando a entender que éstos eran de hospitales privados porque en los públicos la masificación impedía un trato personalizado. Curiosamente, todas las batas de los médicos eran ¡del Servicio Andaluz de Salud! (es decir, eran médicos públicos). Tan pobre realización hace juego con la tosca (pero eficaz) concatenación de reportaje-que-muestra-un-problema con el anuncio-que-aporta-la-solución. Los argumentos explícitos del anuncio son los que todos tenemos en mente, aunque sean falsos, pero si los tenemos en mente debe ser porque alguien los ha puesto ahí junto con algún zumo de frutas con antioxidantes.

lunes, 6 de octubre de 2008

> El gato de Schrödinger

Siempre había sentido poca simpatía por los gatos, de tan egoístas y suyos que son. Por casualidad, un día tuvimos en casa uno, y desde entonces los perros perdieron definitivamente mi voto. Los gatos son animales que no heredan la personalidad ni las facciones del dueño, independientes, limpios y muy mimosos cuando les apetece a ellos (casi siempre).

Con estos antecedentes, a nadie extrañará la incomodidad que siento cada vez que oigo hablar del experimento del gato de Schrödinger. Para aquellos que no estén familiarizados con la física cuántica les diré que el experimento consiste en una caja cerrada en la que ponemos un gatito, un dispositivo que libera un gas tóxico si detecta la desintegración de una partícula... y una partícula que tiene un 50% de probabilidades de desintegrarse en un tiempo X. Si cerramos la caja y esperamos el tiempo X sin abrir la caja, según la física tradicional el gato puede estar vivo o muerto, pero para la física cuántica, si nos resistimos a abrir la caja, el gato está en un estado vivo y muerto al mismo tiempo. El ojo condiciona el experimento.

¿Por qué no pusieron a la abuela de Schrödinger en vez de al gato? ¿O a la madre o a su hermano? Ah, claro, al tal Schrödinger no le gustaría imaginar a su madre en esa tesitura: madre sólo hay una y gatos, muchos.

Una vez, en Sevilla, un compañero que se había criado en la barriada de Los Pajaritos describió cómo se entretenía llenando un saco de gatos y disparándoles luego con una escopeta de aire comprimido hasta que no se oía a ninguno maullar. Es lo mismo que el famoso experimento, pero con la física de el Toli.

domingo, 5 de octubre de 2008

> Todo lleno de puñetas

Hace unos días eché la siesta viendo por televisión la inauguración del año judicial, y seguro que a nadie le extraña si digo que fue una larga y profunda siesta. Todo el mundo esperaba y era esperado: los magistrados esperaban impacientes al Rey en el vestíbulo, y el Ministro y el Fiscal General del Estado les esperaban a todos en el primer piso. El guardarropa también esperaba al rey, que se tenía que poner la toga.

El discurso más soporífero, en dura pugna con el del Fiscal General, fue el de Carlos Dívar, recién estrenado presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo. Entre sueños escuché una loa a una ignorada “Carta de derechos judiciales de los ciudadanos”, al acercamiento de la justicia (permítasenme las minúsculas) al ciudadano, a la transparencia… y no recuerdo más porque por suerte perdí la consciencia en ese momento álgido de complacencia.

¿Sabe el señor Carlos Dívar del caos que vive la justicia, de la falta de ganas, de la desvergüenza? Sin embargo el discurso fue como siempre, el Rey casi se duerme como yo y las caras de aburrimiento mortal que de vez en cuando mostraba el realizador de los canosos magistrados hacían juego con el decorado. Porque eso era todo lo que había, sólo una tramoya sin nada detrás. De las instituciones del Estado la justicia, incluso por encima de la militar, es la que más adornos lleva (toga, escudos, puñetas blancas en las mangas, collares…), y cuando esto ocurre es que no tiene otra forma de ganarse el respeto por sí misma.

sábado, 4 de octubre de 2008

> Dinero

En los EE.UU. están dando dinero público a espuertas para evitar una debacle económica aún mayor que la que ya hemos visto: dinero que va a rescatar a Fannie Mae y a Freddie Mac, a AIG, a Bearn Sterns, inyecciones de liquidez un día sí y otro también, un plan de 700.000 millones de dólares…

Todas estas empresas tenían miles, tal vez decenas de miles de brillantes ejecutivos con salarios astronómicos y formados en las mejores universidades que no tenían ni idea (o sí) de lo que estaban haciendo, hasta que alguien gritó “¡Pero si el rey está desnudo!” y todos los bancos desconfiaron de los demás porque todos sabían que habían hecho lo mismo que ellos.

Los ejecutivos ganaron mucho dinero cuando el negocio florecía, y ahora con las primas que sus empresas les tienen que pagar si les dan la patada también volverán a ganar. Ellos siempre ganan, y nosotros estamos unidos a su suerte por un duro hilo de avaricia e ilusión, y por eso pagaremos.

jueves, 2 de octubre de 2008

> Los trajes de la Guardia Civil

Leo en el periódico que el gobierno va a comprar los nuevos uniformes de la Guardia Civil a China. A la patronal textil española no le ha hecho gracia, y le ha escrito una carta al ministro Rubalcaba.

Dicen en la carta que ellos entienden y están de acuerdo en que el procedimiento de compras del sector público no puede distinguir entre empresas nacionales o extranjeras, pero que el gobierno debería ser más sensible a lo mal que lo está pasando la industria textil nacional, y más en estos momentos de crisis. ¿Qué proponen? ¿Están pidiendo que el gobierno haga trampas? En la adjudicación del concurso, si se ha hecho bien (y nadie lo pone en duda), deben primar características como precio (los uniformes los pagamos todos los españoles con nuestros impuestos), rapidez de ejecución, fiabilidad del empresario, etc. Y parece que en esto nos han ganado los chinos (supongo que de calle). En vez de pedir medidas proteccionistas, los empresarios harían bien en ponerse las pilas o en dedicarse a otra cosa.

Tengo una parte de liberal económico (que la gente espabile) y por otra de proteccionista sentimental (hay que dar de comer primero a nuestros compatriotas). Pero como hoy he visto otra noticia que retrata a España como campeona de la falta de productividad entre los países desarrollados, hoy le toca salir de paseo al liberal.

A propósito de los uniformes, cuando se les empiecen a soltar los dobladillos, a rasgárseles las costuras, a despintar el verde, verán de qué humor se pone la Benemérita. Yo de usted no superaría el límite de velocidad en carretera.

martes, 30 de septiembre de 2008

> Como no pasa nada ni el dinero es mío

Cuando viajo al extranjero me sorprende que las calles estén más limpias que las de mi ciudad, que los macizos de flores no se los lleven a casa y que las riadas no arrastren las casas construidas en cauces secos.

Hace un año, la Junta de Andalucía valló primorosamente la ribera de un río cercano. Eran cientos de postes de madera y centenares de metros de tela metálica, varios grupos de obreros con maquinaria moderna. En una semana estuvo terminado. Al cabo del mes, en una mañana, plantaron centenares de árboles en el terreno cercado. Ya habían acabado el trabajo y se fueron. Nadie se preocupó de regarlos, y ahora todos están secos.

A apenas un kilómetro de allí, a alguien del ayuntamiento se le ocurrió la feliz idea de hacer un merendero público justo detrás de unos contenedores de basura que siempre tienen a su alrededor más de la que les cabe a ellos. Vinieron los obreros y levantaron una cerca de piedra muy bonita, vinieron los carpinteros y colocaron bancos y mesas, vinieron los jardineros y plantaron cuatro grandes árboles. Hoy los árboles están secos hasta la raíz y nadie ha tenido la ocurrencia de tomarse un bocadillo mientras huele la basura a veinte metros de distancia.

El gestor que decidió estos planes estará contento porque serán actuaciones en la memoria de actividades que haga a fin de año, los contratistas estarán contentos porque han tenido trabajo, a la gente que pase por allí le dará igual porque no está peor de lo que ya estaba (y si estuviera peor, daría también igual, es la costumbre). A nadie le pasará nada malo, nadie pensará que con su dinero se ha pagado eso. A algunos nos seguirá sorprendiendo el extranjero.

domingo, 28 de septiembre de 2008

> La hegemonía de la pasión

Cuando uno pasea (es un decir) por el sur de Manhattan y ve esos imponentes edificios de líneas severas, grandes alturas y cristales recién afeitados por un subcontratado costarricense puede pensar que son el producto de la razón, las cifras, la previsión: que dentro hay personas que toman decisiones sabiendo lo que hacen, y que lo hacen tan bien y son tan altas sus sedes que seguirán en el negocio por siempre. De vez en cuando, sin embargo, una empresa eléctrica con millones de clientes se encuentra en bancarrota por la codicia de sus gestores, y desaparece. Y la empresa multinacional que la auditaba, complacida en su grandeza, es arrastrada también a la nada en pocos meses.

Ahora, bancos de inversión que asesoraban a empresas y países resulta que sabían bien poco de sus propias inversiones, y que sus decisiones estaban guiadas no ya por el interés de sus clientes, sino ni tan siquiera por la razón. La pasión de ganar dinero (cuanto más, cuanto antes) les hacía asumir riesgos cada vez más altos, les hacía inventar instrumentos de inversión que no controlaban, les hacía vender con nombres aparatosos y científicos las deudas de incapaces.

No hay que fiarse de las apariencias. El más grande director general, con suerte, va al baño varias veces al día, y tiene en el cajón de su mesa del despacho de la planta 35 una revista de chicas desnudas. Un día le preguntan dónde van a situar la nueva fábrica; le dejan solo y mira por la ventana y se acuerda de su infancia en Minnesota, y ahí va la fábrica seguida de papeles que argumentan con cifras lo acertado de la decisión. O un líder político decide invadir un país diciendo saber cuando luego se desvela que no tenía ni ligera idea, o que dice que va a dar en ayudas a ese país lo que sabe se repartirán sus amigos en una orgía de desvergüenza.

viernes, 26 de septiembre de 2008

> “Hola soy rumano”

Acabo de ver por televisión un anuncio promovido por el gobierno rumano para mejorar la imagen de sus inmigrantes en España. Me parece muy loable el esfuerzo, pero supone que hay un problema con los rumanos en España.

En el anuncio habla el dueño de una explotación agraria que va cada año mejor y subraya la aportación de una pareja de rumanos contratados hace diez años. El anuncio es demasiado tópico y muy poco ambicioso. Como anuncio que es, representa escenas irreales (un alegre picnic de patrón y empleado), todo sonrisas y buen rollo y trabajo bucólico al aire libre.

El leit-motiv del anuncio es que “juntos hacemos un gran equipo”, pero unos (los rumanos precisamente) subordinados a otros (los españoles). El enfoque creo que debería ser otro, porque nadie aumenta su respeto por quien precisamente se esfuerza en mostrarse subordinado para no atraer problemas. No digo que el esquema fuera al revés (en tiempos de crisis algunos pensarían que los rumanos vienen aquí a quitar el pan a los naturales), pero sí quizá destacar que eligen a España como país de acogida porque les gusta su gente y sus constumbres, porque son católicos y que, en fin, están dispuestos a trabajar duro para mantener a sus familias.

En las entrevistas de trabajo no hay que dar la mano blandita.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

> Recuerdo de los apagones

Escribí en mis memorias que haber vivido muchos años en Ceuta y Melilla lo considero una suerte, aunque por supuesto no fuera consciente mientras estuve allí. Y digo que fue una suerte porque no me hizo de ninguna tierra (sentirse melillense o caballa cuando cambiaba cada tres años de ciudad no me resultó posible) y pude ver desde pequeño lo variado que es el mundo de ahí afuera desde el seno de una familia pequeñoburguesa con la casa a cuestas. Además, era un punto de exotismo.

Desde hace varios años vivo en una reductible aldea gala de un pequeño municipio del interior de la provincia de Málaga. Hace unos días se fue la electricidad durante bastante tiempo, y me recordó lo que hacíamos en casa cuando yo era pequeño y se iba la luz, lo que ocurría con frecuencia. Mi padre tenía muchos recursos para entretenernos. Podía hacer sombras chinescas con las manos (el conejo, el sombrero, el águila), contar historias del tío Santos o leer la Biblia a la luz de la vela. Hoy pueden parecer cosas poco interesantes, pero a mí me gustaban mucho en mi juventud de los años setenta. Además, ejercía sobre mí un efecto hipnótico la llama de la palmatoria, la solidificación de las gotas de cera que caían del cabo, y el olor…

Cuando se fue la luz estaba solo en casa con mi hija de dos años que dormía como un bodoque. Desde la cocina se oía el zumbido del avisador, la pantalla del vídeo parpadeaba y se escuchaban, en la calle, las quejas de los vecinos.

martes, 23 de septiembre de 2008

> Medias verdades

El pasado día 18 escuché por la radio (RNE 5) que el Consejo del Poder Judicial, en su última decisión antes de cederles las poltronas a los nuevos miembros, había derogado la multa de 305 euros a una jueza de Denia que se negaba a casar parejas homosexuales.

Al día siguiente en la misma emisora entrevistaron a uno de los jueces del Consejo, precisamente a uno que votó a favor del levantamiento de la multa. El magistrado explicó magistralmente los hechos, que poco tenían que ver con la versión incompleta que habían dado los medios de comunicación. Dijo este magistrado que la jueza de Denia no se negaba a casar homosexuales, ya que de hecho había casado a varios, sino que ante la petición de una pareja homosexual inglesa había tenido dudas jurídicas y había preguntado al órgano jurisdiccional superior para conocer a qué atenerse. Mientras ese órgano contestaba, dejaba en suspenso la boda. Por alguna razón que no conozco, esta decisión levantó cierta polémica, y la jueza contestó por escrito a la fiscal de Alicante para defenserse, pero a la vez criticando a sus superiores y a la ley que permite que se casen los homosexuales, y por esta falta se le impuso la multa que ahora se le ha quitado porque la mayoría del CGPJ entiende que el carácter de la carta era principalmente de defensa, y no de falta de respeto a un superior.

Después de esta explicación, hasta a mí me parece normal que se le pueda quitar la multa (no conozco la carta, no sé más de lo que he escrito), pero con la información del primer párrafo mi opinión respecto del CGPJ saliente no era nada buena, máxime después de la sentencia sobre el juez Tirado que ya comenté en este mismo blog el 10/09.

La información incompleta sobre la actuación de la jueza de Denia seguro que era además interesada, y me pregunto quién y por qué tendría interés en mostrar así las cosas. Aparte alguna animadversión contra la jueza, sólo sacaría provecho de suscitar la inquina contra el antiguo CGPJ los que desean destacar al nuevo, que surgido de un pacto PP-PSOE nace ya triste y desesperanzado, atado y bien atado por las cuotas políticas, según dicen.

Referencias:
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/09/18/espana/1221742943.html

http://www.diarioinformacion.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2008031200_12_732770__Alicante-fiscal-advierte-juez-Denia-casa-gays-aunque-sabe-tendra-hacerlo

lunes, 22 de septiembre de 2008

> El plan Ibarretxe

Por lo que leo y oigo, parece que las dos únicas personas que estamos a favor del plan Ibarretxe somos Ibarretxe y yo.

No soy jurista, pero no encuentro mucha justificación a prohibir el famoso referéndum. Por un lado, la segunda pregunta (véanse más abajo) la podría haber suscrito hasta el más pintado atendiendo a su literalidad; en realidad son tan ambiguas y subjetivas que daría igual que el resultado fuera uno u otro para hacer lo que uno quisiera.

Por otro lado, se dice que no está dentro de las competencias del gobierno vasco hacer este tipo de consultas (pues debería estar dentro de sus competencias), y que, de hacerse, correspondería a la decisión de todos los españoles, no sólo de los vascos. Este último razonamiento no me parece muy democrático, porque llevado a sus extremos permitiría legitimar cualquier opresión (que no es el caso). Los ciudadanos de un territorio deberían tener derecho a decidir libremente sobre su futuro, sin tener en cuenta a los ciudadanos, muy respetables, de otros territorios (en las votaciones de la comunidad de vecinos sólo votan los que viven allí, no todo el barrio ni la ciudad). Una vez expresada la voluntad popular, se la podrá calificar de ingrata, insolidaria o lo que se quiera, pero siempre será mejor ponerse una vez colorado que ciento amarillo, que es lo que tenemos ahora.

El problema está en la primera pregunta, que condiciona la segunda y que parece puesta ahí para contaminarla, invalidarla y recordar, una vez más, el “problema vasco”. ¿Es ético dialogar con ETA? En el caso de que no lo fuera (como pienso), ¿es ventajoso hacerlo atendiendo a razones de estado? En cualquier caso, es una decisión que corresponde a un gobernante (que gobierna) y no a un pueblo (que elige).



Preguntas:
1. ¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la violencia para siempre.
2. ¿Está usted de acuerdo en que los partidos vascos sin exclusiones inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?

Referencia: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/05/28/espana/1211968605.html

sábado, 20 de septiembre de 2008

> Irán y las armas nucleares

Cuando Irán hace unos años anunció sus investigaciones (o desarrollos) en el campo de la energía nuclear (de uso pacífico, dicen ellos), tanto sus vecinos como las potencias occidentales coincidieron en que el país había escalado un grado en el podio de las amenazas, un grado dijeron que intolerable. A sus vecinos los entiendo, pero a las potencias occidentales también, aunque lo intenten ocultar con razones.

Irán tiene miedo. Es un país chií en medio de sunníes, que los miran de reojo. Tiene un régimen de gobierno que sus vecinos temen y el resto del mundo casi desprecia. Sufrió la invasión de Irak (apoyada por Occidente) cuando apenas habían expulsado al Sha. Su nivel de vida es bajo, pese al petróleo, y sólo pueden llamar “amigos” a otros parias internacionales como Rusia o Venezuela. Enfrente tienen a EE.UU. y a sus socios europeos. Y a Israel, bastante más cerca, siempre a punto de tomar la decisión de bombardearles.

Visité Irán hace nueve años, y era un país cansado, aunque orgulloso. Muchos jóvenes (en las cafeterías, en los museos, al poco de intimar con ellos) decían que querían emigrar, y me pedían información y referencias. Detestaban la dictadura del Sha, impuesto por Gran Bretaña y EE.UU., pero el régimen de los ayatolás les impedía muchas cosas que saben que existen y que no pueden hacer, y el paraíso para ellos se seguía llamando América. En el interior de sus casas las familias que se lo podían permitir organizaban fiestas espléndidas y sintonizaban canales de televisión por satélite extranjeros, y cuando salían del país las mujeres cambiaban en el aseo del avión el guardapolvos tradicional y el pañuelo por los vaqueros ajustados.

Los países occidentales le niegan el derecho a tener armas nucleares, pero la argumentación es bastante débil: Irán forma parte del “Eje del mal” (del que ya ha salido Libia y está saliendo Corea del Norte, por lo que más que “eje” pasará a ser “punto”) y por tanto son malos, y los malos no deberían tener armas nucleares porque las pueden usar inapropiadamente. Decirle eso a un país soberano y orgulloso es condenar las pretendidas negociaciones al fracaso.

Las potencias occidentales no se cuestionan el derecho a desarrollar ellos esas armas e incluso a utilizarlas (caso de los EE.UU., con 200.000 muertes civiles a sus espaldas que parecen pesar muy poco). Se dice que es un estado que amenaza a sus vecinos, pero no ha empezado ninguna guerra ni ningún ataque en la región (sí ha sufrido varios), aunque sus declaraciones no sean precisamente pacíficas.

Todos los países tienen su orgullo, que es igual en todas partes. Tenerlo en cuenta en todas partes, más allá de mis fronteras, forma parte de la solución, aunque uno prefiera que Irán no tenga armas nucleares.

viernes, 19 de septiembre de 2008

> Cibeles Fashion Week

Como tengo un atisbo masoquista, leo de vez en cuando el blog de Pío Moa, y encontré una afirmación con la que estoy de acuerdo, pero sólo una entre toneladas de opiniones impresentables.

Criticaba este articulista a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, por cambiarle el nombre a la Pasarela Cibeles por Cibeles Fashion Week. No es broma. Supongo que se le quiere dar un aire más internacional, más de altos vuelos. El casticismo ya no vende, y si además se pone un título en inglés sin duda el acontecimiento parece más importante (si no, que se lo pregunten a los consultores). A mí me parece triste, tanto por la claudicación como por lo cateto que me resulta.

Cuando viajamos, ya sea por motivos personales o profesionales, buscamos la diferencia. Si no fuera porque soñamos con ella, nos quedaríamos cómodamente en casa. Los ingleses vienen a España buscando el sol y la cerveza, los italianos la juerga, algunas industrias el precio. Ahora cuando vengan se encontrarán el mismo cartel que en su casa, el mismo idioma, las mismas modelos. Con el tiempo los modistos se cambiarán el nombre si quieren vender algo, porque un Paco pinta tan poco en una Fashion Week como una bailarina del vientre en Helsinki. En el mejor de los casos seremos un exotismo de vitrina, como esa chata reproducción de la torre Eiffel que hay en el centro de Las Vegas.

¡Ay, Francia!

jueves, 18 de septiembre de 2008

> Jeringuillas de la infancia

La nostalgia es el placer de la memoria. Cuando era niño, casi tenía una enfermedad por cada mes del calendario. El nombre a cada una de ellas la ponía un médico del Hospital Militar, y la inyección correspondiente un practicante compañero de mi padre, el capitán Arturo.

Mi madre me acercaba por las tardes a su casa, y él tras unas palabras de circunstancia sacaba una cajita de acero reluciente donde guardaba la jeringuilla de cristal y la aguja. La cajita tenía un pie desmontable que la convertía en hornillo, y con un poco de alcohol, en lo que tardaba en contar un chiste fácil de su gran repertorio profesional, el capitán Arturo conseguía hacer hervir el agua y así esterilizar la jeringuilla y la aguja. Pinchaba en la cápsula que le entregaba mi madre, cargaba el contenido retirando el émbolo, y con un algodón empapado en alcohol culminaba la faena que yo intentaba eludir con el llanto. Como sabía que me dolía más la prevención por la aguja que el dolor en sí, el practicante me golpeaba tres veces con dos dedos en un cachete para despistarme y ponerme la inyección por sorpresa en el otro.

Hoy he visto por televisión un reportaje sobre la vacunación contra el papiloma en las niñas andaluzas. El ATS lo primero que hace es ponerse guantes de látex antes de tocar a la paciente (que se supone aún no tiene ninguna enfermedad, ¿o la tiene el médico?). Luego coge una cajita de cartón donde viene ya preparada la vacuna dentro de una jeringuilla de plástico, también desechable. Le quita el precinto, le pone una aguja (desechable) y la aplica con un algodón mojado en alcohol en el brazo. Todos estos residuos luego los tira a un contenedor amarillo especial de restos biológicos.

Con tan pocas prevenciones no sé cómo antes no nos moríamos en masa. Tampoco los niños hoy lloran mucho; saben que les sirve de poco.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

> Una historia de la posguerra

Ya he dicho en otras entradas de este blog que vivo en una pedanía del municipio casi más pequeño de la provincia de Málaga. Tenemos un colegio rural a doscientos metros de casa, pero desde el principio tuvimos claro que nuestros hijos no lo pisarían, aunque para ello tuviéramos que estar haciendo viajes en coche mañana y tarde. No veíamos mal que los niños, unos veinte, compartieran todos la misma clase aunque tuvieran diferentes edades (excepto los más pequeños, que están en otro aula). Tampoco fue determinante que no hubiera comedor ni, por supuesto salón de actos o gimnasio. A fin de cuentas es un colegio rural y no Eaton.

Por una vecina descontenta con el único profesor del colegio, supimos que las clases de inglés consistían en colorear horses y dogs, pero nunca, ni una sola vez, en escribir, oír o pronunciar una palabra. También supimos que la educación física pasaba por salir al patio (una pista de cemento sin ningún equipamiento y sin ningún árbol) y hacer lo que uno quisiera mientras el profesor leía el periódico. Nunca había un dictado, ni una división de más de tres cifras. Cuando pasaban al bachillerato, en un instituto a diez kilómetros de aquí, el porcentaje de suspensos era del 98%, y eso que el instituo no era tampoco Eaton, sino uno de polígono industrial.

Las madres de los alumnos no hacían nada porque el colegio hacía lo que ellas demandaban en su fuero interno: tener a los niños almacenados durante unas horas y que al final salieran como exactas réplicas de sus progenitores. Como una vez dijo el profesor, qué falta le hace a un niño el inglés si luego va a ser cabrero o albañil, o para qué la gimnasia si vive en el campo.

Este curso, el profesor se ha ido y ha venido una nueva profesora. Convocaron a las madres antes del inicio de curso y una nueva vecina que asistió espantada a la reunión nos comentó lo siguiente. No había opción a la clase de religión; si no quería darla, estaba en su derecho, pero el niño estaría durante esa clase solo, en el patio. El inglés no se daría hasta los cinco años, porque a la profesora que da a los más pequeños, según sus palabras, “se le da muy mal el inglés”. Tuvo que proponer esta vecina que, al menos, los alumnos de tres y cuatro años asistieran como oyentes a las clases de los mayores, lo que levantó protestas de las otras madres que veían en esta vecina un elemento perturbador. Ya puestos, la profesora también le reprochó que hubiera advertido a los padres de un niño disléxico de esta enfermedad (confirmada luego por un médico), pese a que el colegio cuenta con dos horas semanales de una psicóloga que durante tres años había diagnosticado los claros síntomas que presentaba como “cabezonería”.

Las actividades extraescolares las da una empresa privada contratada por la Junta de Andalucía (¿por qué no lo darán profesores?) y, de entrada, desde los tres años, incluyen una de apoyo escolar, lo que también de entrada implica que se asume que todos los niños van a necesitar una ayuda especial. Hay, además, varias actividades que paga la Fundación La Caixa, previa apertura de una libreta de ahorros en la entidad. Por absurdo que parezca, estas actividades sólo las pueden recibir los alumnos por debajo de cierta renta, por lo que los demás, ni aun pagándolo de su bolsillo, podrán estar en clase y se tendrán que ir al patio.

En Andalucía gobierna desde hace treinta años el PSOE. Y así estará por los siglos de los siglos mientras la complacencia de la mayoría haga anecdótica la exigencia de unos pocos.

Por si se les ha olvidado, la “S” de PSOE significa socialista y la “O”, obrero. Pero da igual: la “P” del PP significa popular.

martes, 16 de septiembre de 2008

> No ha pasado nada

Estos días atrás se ha puesto en marcha el LHC, y no ha pasado nada. Se ha perdido otra buena oportunidad de empezar a arreglar algo las cosas. No por casualidad el acelerador está en Suiza (vale: y un poquito en Francia, que si no se enfadaban).

Ha costado un piquito, unos 10.000 millones de euros, pero seguro que le sacan provecho (al final de su vida útil podrían utilizarlo para que se tragara el blog de Pío Moa, si es que para entonces no tiene ya demasiada masa para un agujero negro).

Dicen que van a buscar la partícula de Higgs. Como los nombres en honor de alguien se le suelen asignar a muertos, pensaba yo en mi ignorancia que el tal Higgs estaría alimentando malvas en algún nuboso cementerio escocés. Pero hete ahí que veo por televisión al tal saliendo una mañana de casa como si nada y atendiendo a los periodistas que le esperaban a la puerta con la educación propia de otras tierras que no osaron interrumpirle el desayuno llamando al timbre.

Dijo Higgs que estaba muy ilusionado, y que si al final descubrieran que la partícula de Higgs no existe se sentiría, natural, sorprendido (debe tener las cosas claras) y decepcionado (el mundo de las partículas es particularmente injusto). Pero en ambos casos, no pasará nada.

A propósito, por si el Gobierno prepara otro paquete de medidas económicas: ¿a nadie se le ha ocurrido la cantidad de pisos que se pueden construir sobre el anillo de 27 kilómetros del acelerador? No lo irán a dejar de pasto para las vacas con la de nuones, priones y bosones que van a estar dando vueltas todo el día por ahí, ¿no?