martes, 30 de junio de 2009

> La tarea de los hijos

La mayoría de los dictadores suelen ser personas hoscas y torpes en el trato con la gente (por eso son dictadores y no políticos). Piensen en la cara de perro de un Pinochet con gafas oscuras, o un Videla de cuello estirado, o un Obiang de reojo nervioso y sudado.

Sus hijos sin embargo son los grandes beneficiados. Pueden salir elegantes como los de Pinochet o pendencieros como los de Gaddafi, pero siempre tienen el verbo fluido, la cartera llena y la memoria interesada. Sus padres se llevarán la mala fama, y si acaso el juicio indulgente ante una corte penal internacional. Los padres tendrán que mirar debajo de la cama todas las noches, y dormirán con una pistola bajo la almohada y la luz del pasillo encendida.

A ellos nunca los conducirán ante un tribunal ni los llevarán de noche a un estadio de fútbol: las culpas de esos padres no las heredan sus hijos. Serán educados estos cachorros de perro en los mejores colegios, estudiarán si les place en una buena escuela de negocios, y entrarán directamente en los consejos de administración sin pasar por recepción. Luego pueden venir revoluciones, carestías o elecciones, que ellos ya no se mudarán del barrio. En sólo una generación habrán lavado el apellido que sacó del anonimato su padre manchándose las manos, aunque no fuera para esto.

domingo, 28 de junio de 2009

> Obediencia debida: Carme Chacón

Me alegré cuando nombraron a Carme Chacón ministra de Defensa, pero al poco pensé que su nombramiento era más una lección de ciudadanía que un obligado ejercicio de buena gestión. Era catalana, mujer y estaba embarazada, y si con estos antecedentes desempeñara el cargo con eficacia para todos los españoles hubiera sido especialmente maravilloso para catalanes, mujeres y embarazadas. Sin embargo su nombramiento en ese puesto quería resaltar el acento en la igualdad que propugna el gobierno y la primacía de lo político sobre cualquier otra consideración en el mando del ejército. Y así se encargó de subrayarlo ella con vestidos no convencionales en la Pascua Militar y con deslices como el de la retirada de las tropas de Kosovo. Era una forma de decir: porque puedo.

Ella está donde está porque es la imagen tenue de varios grupos sociales y el presidente Zapatero la emplea como mensaje. Ella se amolda a la disciplina de partido, pero en este caso creo que el cargo le viene a trasmano. Desde hace meses, en sus comparecencias públicas, parece como si acabara de tener una llorera o estuviera a punto de empezar otra. Está seria y tensa y siempre la pillan las cámaras con la piel brillante, como si viniera de pasar un mal rato. Zapatero no la puede cambiar porque sería tanto como reconocer el fracaso de las ideas que la llevaron a ese cargo, y mantenerla sólo le supone que las cosas marchen por su dinámica propia.

Creo que no todo el mundo vale para ministro, por muy inteligente y obediente que se sea. Y si para serlo hay que contraer esfínteres todos los días, menos.

viernes, 26 de junio de 2009

> Las amigas de los amigos

La camaradería de los amigos de la adolescencia se va diluyendo con el tiempo. Puede que se vayan lejos, puede que la amistad se rompa por una noche de alcohol que no llega a borrachera o puede que se emparejen con alguien que no nos cae bien. Los amigos son en parte como los hijos: pensábamos que iban a escoger mejor, aunque no tenemos más remedio que soportarlo.

Al principio uno intenta contemporizar y no prestar oídos a esa voz interior que nos dice “qué pesada” o “cuánto habla”. Pero con el tiempo esa voz de la realidad acaba imponiéndose, y nuestro esfuerzo ahora se centra en resistir ese inconveniente (pues en eso se ha convertido) para conservar apenas unos instantes de la desvaneciente relación con nuestro amigo.

Más tarde o más temprano un incidente, una palabra de más o de menos, y ya entendemos que el esfuerzo no compensa. Por un instante pensamos que podemos hablar con él y decirle “qué pesada” o “cuánto habla”, pero sabemos que eso no valdría para nada.

Así que dejamos pasar el teléfono, acaso se nos olvide un cumpleaños y por aquello de la conciencia nos acordaremos en Navidades con un ‘a ver si un fin de semana de éstos nos vemos’. Suele ser fácil, porque nosotros tenemos pareja, y puede que también les resulte pesada y habladora a ellos.

Nos vamos haciendo mayores, nos vamos quedando más solos.

miércoles, 24 de junio de 2009

< Con palabras: No pienses en nada



"Ahora tienes la excusa perfecta para refrescarte y no pensar en nada".

En verano muchos aburridos leerán esta etiqueta de una conocida marca de refrescos, pero pocos se extrañarán. Estamos acostumbrados. Ya sé que es sólo publicidad, una frase banal. ¿Necesitamos excusas para no pensar en nada? ¿Normalmente estamos pensando en algo? ¿Ansiamos no pensar como ansiamos refrescarnos? ¿Tan pesado es pensar? ¿Debemos evitarlo?

lunes, 22 de junio de 2009

> Enamorarse de un ministro: Ángel Gabilondo

He visto una entrevista al ministro de Educación Ángel Gabilondo (las entrevistas en estos tiempos se ven, no se leen). En los titulares que mostraban en la parte inferior de la pantalla se decía que era “hermano de un conocido presentador de televisión”, y por eso lo conocía yo.

Tiene un aspecto grande y desgarbado, la frente ancha, el labio cortado y los dientes como rotos. Diríase un boxeador retirado. Sin embargo sus maneras son suaves, su discurso fluido y un punto de ironía que se agradece, y por esa mezcla de grandote y pequeñito se le empieza a querer nada más compartir con él un rato.

El caso es que en el transcurso de la entrevista me fue hipnotizando. No dijo nada con lo que estuviera de acuerdo ni en desacuerdo, pero gustaba verlo. Tenía cosas que hacer, pero no apagué la televisión. Al hilo de un comentario sobre la importancia de las palabras, dijo que si una lavadora se rompe no es un drama, si acaso un problema; un drama es el fracaso escolar en España. Ah, ahí me pilló. Ya no puedo dejar de pensar en él ni en su labio partido.

Si consiguieran el mismo encanto seductor en todos los ministros las campañas electorales serían un trámite.

El amor es incondicional, por lo que ya no hace falta que el ministro haga nada más para apreciarle; y si lo hace y sale mal, qué más da, lo justifican nuestros sentimientos.

sábado, 20 de junio de 2009

> Y luego dicen que el pan es caro

Todo el mundo ha leído, visto y escrito sobre el trabajador boliviano al que una máquina le cortó el brazo en un obrador de pan de un pueblo de Valencia.

El Gobierno va a regularizar su situación en España “por motivos humanitarios” (¿por qué no a los que sufren en las pateras?). Las cadenas de televisión hacían cola en la puerta del hospital para entrevistarle y es portada en todos los periódicos. La Fiscalía, sindicatos y ministerios se apresuran a investigar la empresa y aseguran un castigo ejemplar.

Hace unos días le vi en televisión entrando en un plató: la presentadora se apresuró a levantarse para ayudarle con el escalón (curioso, porque ha perdido un brazo y no una pierna), y los tres contertulios que se arrellanaban en el sofá se incorporaron como impulsados por un resorte para saludarlo como si del Rey de España se tratara.

¿Qué es lo que causa sensación en esta noticia? El accidente en sí no debe ser, porque por desgracia hay muchos y más graves y no salen en los telediarios. Que el trabajador no estuviera legalmente contratado tampoco, porque en su situación hay miles. Que le dejaran a doscientos metros del hospital pese a que acababa de perder un brazo, que le amenazaran para que no hablara, que le tiraran el brazo a la basura como si fuera un pistón defectuoso o una correa de transmisión rota, sin duda son los elementos trágicos y surrealistas que justifican la noticia. Pero creo que también hay algo más, algo que nos atañe a nosotros y no al dueño de una panadería de un pueblo de Valencia.

Referencia: http://www.elpais.com/articulo/espana/inmigrante/pierde/brazo/patron/abandona/cercanias/hospital/elpepuesp/20090610elpepunac_4/Tes

jueves, 18 de junio de 2009

> Rostros en el metro

Cada vez que voy a Madrid y viajo en metro, pienso en la infelicidad humana. Es algo inevitable, como coger un avión y pensar, al menos por un instante, en la posibilidad de un accidente aéreo. ¿Quién es feliz? La mayoría estamos tan ocupados entre el trabajo y los compromisos familiares que apenas podemos hacernos esta pregunta antes de dormir. Muchísima otra gente trabaja tanto y con tanta urgencia que simplemente no puede permitirse el lujo de esa pregunta. Hay también, muchísimos, que aunque no son en absoluto felices ni lo saben ni les importa. Puede que incluso hacerse la pregunta implique una única respuesta.

Cuando viajo en metro no puedo hacer otra cosa que contemplar los rostros de otros viajeros. Los hay nerviosos que parecen no estar en su lugar, con sus corbatas y sus zapatos relucientes. Los hay que leen u oyen música, para estar en otro sitio, distante y quizá con palmeras. Hay gente que se echa un sueño, otros que miran con ojeras cómo pasan las estaciones. No puedo creer que estas personas que parecen tan solas y tristes lleguen después del trayecto a una casa cómoda donde les reciban unos labios o unos brazos abiertos. Seguro que me engaño, muchos dirán que sí son felices y que están en el metro sólo por circunstancias, pero yo sólo veo caras tristes y estaciones que pasan. Es algo inevitable, como el olor a acero mojado de las vías que se te queda cuando sales del metro.

martes, 16 de junio de 2009

< Con palabras: Estrecheces



¿Es posible ir del cuarto de invitados al baño sin pasar por el dormitorio principal? Lo que vemos no tiene por qué ser una casa, puede ser sólo un concepto. Aunque la hayan pagado personas para vivir dentro.




Calle de Alcalá, Madrid.

domingo, 14 de junio de 2009

> Lo pequeño es bello (a la fuerza ahorcan)

La larga marcha hacia la contracción del universo se acelera por la crisis. Los pisos son cada vez más pequeños (incluso los buscamos así, para ‘no tener que limpiar tanto’); los ordenadores pasaron a ser portátiles y ahora son ultraportátiles; la comida, del chuletón de Salteras al plato de autor; los sueldos, con suerte, rondan los mil euros. Verán las dimensiones de los coches eléctricos cuando los comercialicen, porque los ingenieros ya saben que ese tamaño todo lo justifica: hasta los penes pequeños tienen ahora el beneficio de ser ‘juguetones’.

Pero no sólo la tendencia a lo pequeño se manifiesta en los objetos que usamos. También en los caracteres personales e institucionales (que la tendencia convierte en objetos desechables). Cualquiera puede ser ministro, cualquiera alcalde, cualquiera presidente de diputación. Las personas prestigian las instituciones que representan, pero también las menguan, y el problema de las personas moralmente pequeñas es que, como dijo un político hace años, no pueden hacer otra cosa para destacar que pegar saltos para que se les vea. La ministra Aído promociona la palabra ‘miembra’; Miguel Sebastián reparte bombillas por Correos; Camps se parece cada vez más a un maniquí de escaparate; Trillo… ¡cualquiera le dice algo a Trillo!

Todo nos susurra: no ocupemos mucho espacio, no pensemos a lo grande, que no nos lo podemos permitir en estos tiempos pequeños.

viernes, 12 de junio de 2009

> Tan frescos

No sé si en otros lugares más norteños, pero en Málaga hay cierta costumbre de despojarse de la camisa en cuanto empieza a despuntar el buen tiempo. Entiéndaseme: quitarse la camisa en la calle, para pasear. Esta costumbre se circunscribe a jóvenes de sexo masculino hasta los treinta años. Sin embargo es altamente contagioso, porque basta cambiar de barrio o acudir como visitante a la costa para que enseguida desaparezca la camisa.

Uno podría pensar que se debe al calor de estas latitudes: no. Hace el mismo calor para todos y ni las mujeres ni los varones de más de treinta años practican el descamisamiento. A poco que uno vea varios casos, empezará a encontrar un hilo de relación entre todos ellos, y es que no hay ni un torso feo ni uno que no esté menos de tres horas diarias bajo el techo de un gimnasio. Es decir, se trata de una cuestión económica: hay que sacarle provecho a lo que uno (o los padres) se gastan en cultivar el cuerpo. Además, nunca van solos. Les suelen acompañar cadenas y brazaletes de mucho metal y más destello, y un séquito de amigos debiluchos que resaltan más a su líder. Ver dos descamisados juntos es raro, salvo que estén en competición oficial (se nota porque hablan a gritos).

Todos queremos que nos quieran, pero mientras que unos nos dedicamos a obras de caridad, otros lucen sus torsos bien definidos y bronceados por las calles.

La pena es que este localismo no tiene encanto (de ahí que sólo les dejen entrar descamisados en Carrefour). Si acaso pueden ser el telón de fondo de una novela costumbrista, pero nunca un personaje amado de ‘Muerte en Venecia’ (sobre todo cuando están en competición oficial).

miércoles, 10 de junio de 2009

> Primavera en la economía

Al menos desde el inicio de la crisis actual, las bolsas parecen recuperarse en primavera. Lo que ocurra luego, ya no lo sé, pero el verano pasado cayeron. Los gestores económicos son personas, y las decisiones económicas de envergadura no las toman ordenadores haciendo análisis técnicos, sino individuos que desde la cristalera de su despacho ven la desembocadura del Hudson o las cuatro torres de Madrid. Ellos no son inmunes al aumento de las horas de luz, al desbordamiento de colores en los jardines o a las disputas domésticas. Aunque no lo parezcan tras sus trajes perfectos y sus corbatas de seda, forman parte de la naturaleza como los huracanes y las abejas.

Los políticos ahondan en la metáfora con esa imagen tan repetida de que están viendo ‘brotes verdes’ aquí y allá. Aguadores como Strauss-Kahn o marmolillos como Almunia, que hace poco nos continuaban deprimiendo con sus apostillas, ahora parecen ver luces en los túneles y rosas en las alamedas.

Algún día el invierno terminará y todo volverá a como estaba antes, pero no sé si será esta primavera. Doctores tiene la Iglesia, pero mientras tanto, ¿la cigarra o la hormiga?

lunes, 8 de junio de 2009

> Pederastia y aborto

No sé si será casualidad, pero los grandes escándalos que recuerdo de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes católicos han sido en países de habla inglesa: EE.UU., Australia y ahora Irlanda. No sé si allí se investiga a conciencia o que aquí la Iglesia tiene otros pecados.

Tras el último escándalo irlandés, el cardenal Antonio Cañizares dice que es peor el aborto que la pederastia. La simple formulación de la comparación parece decirnos que una cosa está bien y otra mal, y aunque haciendo un esfuerzo pongamos a las dos en el eje del mal, me da que ni son comparables ni es peor la que el cardenal dice (quizá viendo la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, citando su propio manual de procedimientos).

Ningún sacerdote católico puede abortar por imperativo natural, pero sí está claro que puede abusar sexualmente de un niño, por lo que puestos a pecar parecen decir que incluso sus pecados son mejores que los ajenos. ¿No parecen interesadas sus palabras? ¿Y no parece extraño que los que voluntariamente han decidido no procrear (ejem) opinen sobre la procreación ajena?

Tengo serias dudas en considerar vida humana la de un embrión, pero aun así me parecería coherente la postura eclesiástica si defendiera todas las vidas, especialmente las de los que ya están aquí y quieren quedarse. Quisiera ver a los obispos y a los cardenales en manifestaciones contra la pena de muerte, contra las guerras, pero eso significaría ir con otras compañías, y los placeres tienen un coste.

Referencias:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Vega/afirma/abuso/menores/delito/ley/aborto/garantiza/derecho/elpepusoc/20090529elpepusoc_4/Tes

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Canizares/ministro/Papa/ve/peor/abortar/abusar/ninos/elpepusoc/20090529elpepisoc_4/Tes

sábado, 6 de junio de 2009

< Con palabras: Un conejo sin orejas



Cuando vi el cartel en una marquesina no podía creerlo. Pensé que se trataba de alguna nueva frontera publicitaria o el despecho de un cartelista despedido. Pero la realidad, ya saben, supera a la ficción. Enseguida imaginé con maldad un título para un artículo: “¿Por qué las mujeres no nos escuchan?”, pero me dio apuro por aquello de que parecía machista y porque era un chiste obvio (pero irresistible). Por favor, no me pidan que lo explique.




Avenida Lope de Rueda, Puerto de la Torre, Málaga

jueves, 4 de junio de 2009

> A martillazos (y II)

Releyendo el artículo que publiqué el domingo pensé en tristes ironías. El aspirante a atracador, muerto a martillazos en la calle Pacífico, coincidió con las celebraciones por el triunfo del Barcelona: fue la misma noche y a la misma hora. Los verdugos que usaron los martillos parece que eran magrebíes (antes moros): en este caso han pasado de víctimas a homicidas. Además, ‘atracar’ viene del árabe vulgar y significa ‘acercarse a la costa’, como el desgraciado protagonista de esta tristísima noticia (que no historia) que en su huida se dirigió a la playa.

Cuando Núñez de Balboa llegó al océano, vio un mar en calma, una balsa de aceite como la bahía de Manta en Ecuador. Decidió por eso llamarle Pacífico. Sin embargo es un mar famoso por sus tempestades.

Los griegos llamaron irónicamente Ponto Euxino (mar hospitalario) a lo que nosotros conocemos como Mar Negro, porque sus tormentas y naufragios eran legendarios en la época y se cobraron miles de vidas: el mar las acogía pero en sus negras profundidades. Ésta es la justificación de la calle Pacífico.

Cuando leí la noticia imaginé cómo se levantó ese día la víctima. Si cuando se lavó la cara pensó fugazmente que podía ser su último día. Si cuando salió a la calle el sol le pareció más luminoso, como a los condenados cuando se dirigen al patíbulo. Quién se lo iba a decir.

Quién nos puede decir a nosotros que éste es el último artículo que escribo, o que nunca volveré por culpa de un martillo, un accidente de coche o un idiota cualquiera.

martes, 2 de junio de 2009

> Y tú más

La oposición ha intentado sacarle los colores al Gobierno (lo pongo con mayúsculas porque hace más de una semana que no hacen ninguna tontería) por utilizar el Presidente un avión militar para ir a un mitin de su partido.

Cuando le preguntaron en el Parlamento, el Presidente dijo que no iba a entrar en esa polémica por respeto a los expresidentes y a los futuros presidentes. Soy cortito, por eso no lo entendí bien. Se supone que el Parlamento debe ejercer el control del Ejecutivo, pero con respuestas como éstas, ¿de qué van a hablar?

Como el PP insistía en lo del uso del avión, el PSOE se temió que ocurriera como en la campaña electoral en Galicia, que el mobiliario del despacho del presidente autonómico y el tuneo de su Audi le costaron la poltrona. En el periódico ‘El País’ publicaron una noticia (mejor: información) sobre el uso que el presidente del PP, Mariano Rajoy, hizo de aviones militares cuando era ministro para atender a asuntos de su partido. También en la radio, varios comentaristas recordaron cómo el expresidente Aznar, del PP, se desplazaba en helicóptero militar a Quintanilla de Onésimo a echar unas partidas de dominó con los amigos.

Creo que esto son ganas de liarla para no ocuparse (o que no nos ocupemos) de lo que hay que hacer, como cuando nos demoramos arreglando el grifo para no tener que ir a la comida con la suegra.

Supongamos que el Presidente del Gobierno quiere ir a un mitin de su partido en Gerona. ¿Qué debe hacer? ¿Pedir un taxi desde el palacio de la Moncloa y luego coger un avión de Iberia hasta Gerona? ¡Y también tendría que volver!

Por un lado, el Presidente perdería muchísimo tiempo, y si volara con Iberia aún más y acabaría de los nervios. ¿Deberían acompañarle los escoltas? Se supone que es un viaje privado pero, si no van, igual el taxista, o algún ciudadano cabreado en el aeropuerto, o en el avión, o en el otro taxi, o en el mitin, o en el otro taxi, o en el aeropuerto, o en el avión, o en el último taxi la emprenderían a gorrazos con él. Así que tienen que ir los escoltas. ¿Cuántos taxis habría que llamar?, ¿cuántas plazas de avión comprar? El resto del pasaje, además, debería ser minuciosamente investigado, porque ya que se ha anunciado que el Presidente va a hablar en un mitin en Gerona y los vuelos de Madrid a esa ciudad son pocos, bastarían dos o tres asesinos bien bragados para hacer una noticia.

En fin, que por su seguridad, su salud y por el bien del erario público, que el Presidente siga haciendo uso de aviones militares para sus desplazamientos y que los diputados se dediquen a arreglar el país, que falta hace. Y rápido, que la comida de la suegra se enfría.