lunes, 30 de noviembre de 2009

> Allí donde fueres, haz lo que vieres

James Douglas tuvo una vida agitada. Estando fuera de su país, Escocia, Eduardo I de Inglaterra le confiscó sus tierras. Cuando se entrevistó con el rey para reclamarlas, tuvo que salir corriendo.

Desde entonces, y para desgracia de Eduardo I, Eduardo II y, cómo no, Eduardo III, Douglas ofreció sus servicios al nuevo rey de Escocia, Robert Bruce, y junto a su hermano Edward Bruce recorrieron su país y el norte de Inglaterra causando grandes estragos a los invasores ingleses con su táctica de guerrillas. En más de una ocasión el rey y la reina tuvieron que ser evacuados a toda prisa para no ser capturados.

Cuando el rey Robert murió en 1330, encargó a Douglas que llevara su corazón a Tierra Santa para ser enterrado. Cuando el escocés llegó al continente desde su isla, no debió tener muy claras las prioridades y partió rumbo sur para atender la llamada de Alfonso XI de Castilla en su lucha contra los moros.

Las técnicas de combate del impulsivo y valiente Douglas eran muy distintas de las de sus colegas cristianos. Los musulmanes, en clara desventaja en la batalla de Teba (Málaga), salieron huyendo de los cristianos en una táctica conocida como ‘torna e fuye’. Douglas pensó que la huida era sincera y se lanzó al ataque, pero al pronto, al mirar atrás, vio que aparte de sus hombres ningún otro cristiano les seguía. Los moros le rodearon, y Douglas, viéndose perdido, lanzó el estuche que contenía el corazón de su rey Bruce lejos del alcance musulmán. Aunque luchó con bravura, no le sirvió de nada. Pocos escoceses sobrevivieron. Algunos piensan que la muerte de Douglas fue el regalo interesado de Alfonso XI al rey Eduardo III.

Cuando Muhammed IV conoció la identidad del escocés y encontró el relicario con el corazón embalsamado del rey Bruce, lo devolvió todo con guardia de honor al campamento cristiano. Los escoceses supervivientes devolvieron el cuerpo de Douglas y el relicario con el corazón a su tierra escocesa. El corazón no descansó nunca en Jesuralén y el valiente Douglas, terror de los ingleses, sucumbió tontamente cerca de Málaga por no hacer lo que hicieron todos, adaptarse a las costumbres locales.

viernes, 27 de noviembre de 2009

> Un general entre el micrófono y la obediencia

El día 18 de noviembre el jefe del estado mayor de la defensa (ya saben lo de las mayúsculas), general José Julio Rodríguez, compareció en rueda de prensa junto a la ministra de defensa, Carme Chacón, para explicar el fin del secuestro del pesquero español Alakrana frente a las costas de Somalia.

“Para las fuerzas armadas liberar el Alakrana y proceder a la detención de sus captores ha sido durante los cuarenta y siete días que ha durado este secuestro su prioridad. Sólo ha habido una prioridad mayor: no poner en riesgo la vida de un solo tripulante.”

¿Se puede tener una prioridad junto a otra, más prioritaria (sic), que es casi prácticamente incompatible con la primera? ¿Contaba la armada con que los piratas se rindieran, se suicidaran, que desistieran del secuestro que habían comenzado?
“El helicóptero, debidamente autorizado, primero abre fuego por la proa y al no detenerse posteriormente se dirige el fuego hacia la zona del motor intentando inutilizarlo”.

Aparte del ministerio de defensa, nadie más asegura que se produjo esa persecución. Pero ¿esperaba el helicóptero que ante la primera ráfaga delante de la lancha los piratas se rindieran? ¿No vieron los del helicóptero que estaban cerca de tierra por lo que deberían haber empezado inutilizando el motor o disparando a matar? ¿Tiradores de élite y comandos fallaron todos los disparos? ¿Se tarda tanto en disparar de nuevo? ¿Alguna norma obliga a disparar de uno en uno y a esperar un ratito entre medias cuando el que huye está tan cerca de la playa?
“A nuestro empeño en la lucha contra la piratería y la protección de nuestros pesqueros se añade la captura de quienes han tenido secuestrados a los treinta y seis tripulantes del pesquero español Alakrana.”

¿Espera la armada capturar a los piratas en tierra o en el mar cuando en la mejor situación posible no lo consiguió? ¿Se inicia ese empeño retirando las dos fragatas para acompañar al pesquero? ¿Conocen la identidad de los piratas? ¿Tienen pruebas de su implicación que puedan ser presentadas ante un tribunal?

Creo que la ministra dijo lo mínimo que debía decir y dejó al obediente general que dijera las tonterías que debía decir para intentar justificar la incompetencia y la falta de criterio de un gobierno, o de unos generales o de una armada que no merece un país razonable. Pero a lo peor es que no lo somos, ésa es la duda que nos queda y por la que somos tan susceptibles.

martes, 24 de noviembre de 2009

< Con palabras: Restaurar el pasado














En el mejor de los casos con buena voluntad, particulares y organismos públicos a veces restauran edificios. Otros se dejan caer a pedazos con las ventanas abiertas para construir apartamentos en los solares vacíos: en Málaga hay muchos ejemplos.

Las imágenes que acompañan este artículo son del centro histórico de esa ciudad. En la calle San Agustín, a menos de cien metros del Museo Picasso y a cincuenta de la Catedral, han restaurado una fachada (otras al lado esperan), y se han encontrado con que los balcones originales tenían cerramientos de moldura y estructura de madera. No sé si ha sido por precio o porque ya no quedan artesanos que hagan esos trabajos, pero han cambiado la elegancia y la delicadeza de las casas burguesas de hace cien años por las líneas frías, blancas y rectas del aluminio de hace media hora. Otra Disneylandia barata.

sábado, 21 de noviembre de 2009

> Para qué queremos un ejército

Mimbre: los españoles se declaraban masivamente objetores de conciencia, por lo que el gobierno decidió profesionalizar (neolengua) la defensa. Hoy en día, la inmensa mayoría de los jóvenes considera el alistamiento la última opción para tener trabajo, y a veces ni eso, ni tan siquiera los que carecen de la más mínima cualificación para hacer otra cosa. Se ha tenido que recurrir a muchachos de otros países (más pobres) para cubrir las plazas vacantes, y ni así. El reducto de la patria es ahora el fútbol. La defensa nacional no goza de buena fama ni despierta pasión: “paso”.

Mimbre: cuando la razón de estado (lo siento) permitía considerar una intervención militar, razones de opinión pública la descartaron: llame al 905 y vote, aunque ya sabemos que no tiene ni idea, pero esto es una democracia, yo necesito hacer caja y sé que usted es tonto. Ya hablé de esto (de lo otro) aquí.

Mimbre: dos fragatas, varios helicópteros y aviones, más de quinientos hombres, un equipo reforzado de intervención especial, satélites, espías, tecnologías y sueldos que cuestan millones de euros, y la armada española (las mayúsculas hay que ganárselas) no es capaz de capturar una lancha que huye, ni perseguirlos en tierra. De lo que sí son capaces es de acompañar, dos fragatas, al pesquero en su viaje a las islas Seychelles, alejándose por el horizonte: vámonos de aquí rápido (no nos vayan a secuestrar las fragatas también, con la mala puntería que tenemos).

Mimbre: ¿qué coste para qué beneficios?

Con estos mimbres, ¿qué cesto hacemos?

miércoles, 18 de noviembre de 2009

> Los analistas técnicos

Si se quieren reír un rato, suscríbanse a la ‘newsletter’ de Bolsamanía. Incomprensiblemente, para la gracia que tiene, es gratis. Aparte de los asépticos datos de cierre de mercados, el comentario de la sesión es de lo mejor. Siempre hablan de ‘nuestros expertos de Trader Watch’, que dicho sea de paso no aciertan ni una.

Son analistas técnicos, y están fascinados con las bonitas y sugerentes formas que dibujan las cotizaciones (velas, hombro-cabeza-hombro, martillo), y según eso se arriesgan a decir lo que parece que va a pasar…pero nunca pasa. Si fueran analistas fundamentales tendrían trabajo para todo el día y no podrían ensimismarse con la estética plana y chata del chartismo y esas figuras sin imaginación. Pero para todos sus desvaríos encuentran justificación; si no, estarían en el paro. En junio vaticinaban caídas generalizadas en verano, y ya ven cómo está la bolsa a estas alturas; decían que subiría el dólar y… y todo esto sin despeinarse. Basta con dominar una jerga con cierto punto de esoterismo y usarla como si la entendieras, y ya tienes trabajo bien remunerado y sin pasar frío en la calle: o consultor o analista técnico.

Y además todo esto sin quedarse hasta tarde en el trabajo: a las siete, con la bolsa americana en plena hora punta, chapan el negocio y hasta el día siguiente, que ya han analizado bastante, técnicamente hablando.

domingo, 15 de noviembre de 2009

> Hacer estética de la miseria

Es famosa la foto por la que le dieron a Kevin Carter el premio Pulitzer en 1994. Allí se muestra a una niña famélica tumbada en un campo reseco de Sudán; un buitre la acecha a pocos metros.

A Carter se le reprocha que no hiciera nada para salvar a aquella niña a punto de morir, aparte de espantar al buitre con una palmada, después de hacer la fotografía. A Carter se le reprocha que esperara veinte minutos para conseguir el plano del buitre y la niña, y que luego se fuera.

El fotógrafo se suicidó poco después de recoger el premio Pulitzer. La opinión general es que la niña de la foto agonizaba y el buitre esperaba su oportunidad. Hay otra versión según la cual la niña estaba haciendo caca en los límites del poblado. No sé cuál de las dos versiones es la históricamente correcta, pero lo que sí resulta esclarecedor es que el premio se lo dieron cuando se consideraba que la niña estaba agonizando y el buitre esperando, y que Carter ni hizo ni intentó nada. No sé si se podía hacer algo, si era lógico, útil o racional hacer algo, pero no lo hizo ni lo intentó.

¿Por qué le dieron el premio? Por el riesgo no, porque la vida del fotógrafo no corría peligro alguno. Por la composición tampoco, trivial era. Por la denuncia de la situación en Sudán, quizá como excusa para el argumentario oficial. Creo que le dieron el premio por escalar un peldaño más en el impacto que produce la miseria, que pasa a engrosar una categoría estética con la que se comercia y se adornan paredes desnudas. La miseria tiene fuerza visual y pone una nota de color en un mundo insensible y ya acostumbrado a casi todo lo que pueda producir un fugaz ¡ay! y un sonido de caja registradora.

Hace unos días vi en una revista de decoración el salón de un famoso diseñador español. Una gran fotografía de un gamín, que lo mismo sale de una favela que entra en una pelea de gallos, presidía su comedor. Qué nota de sabor entre blancos impolutos y fríos sillones de diseño.


Referencia:
http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2007/595/1174777207.html

jueves, 12 de noviembre de 2009

< Con palabras: Cada vez más cerca


Ya comenté en su día que los periódicos El País y El Mundo están cada día más cerca. Como ejemplo mostré una noticia ilustrada con la misma fotografía en ambos diarios. Este pasado domingo los dos volvían a ilustrar otra noticia de la misma forma. No sólo se aproximan sus criterios editoriales, sino, lo que es peor, beben de las mismas fuentes. Cosas de la crisis.

lunes, 9 de noviembre de 2009

> Para qué queremos un Gobierno

Cuando somos niños nos protegen nuestros padres, cuando adultos nuestras parejas, y cuando ancianos nuestros hijos. Si tenemos una congoja, no deberíamos nunca buscar consuelo en un ministro; si se nos rompe la cañería, no llamemos a un subsecretario.

Unos piratas somalíes han capturado un barco pesquero español en el océano Índico, el Alakrana. Las familias, como es lógico, anteponen la salvaguarda de la vida de sus allegados a cualquier otra consideración. Este fin de semana he visto una rueda de prensa en la que pedían al Gobierno que no interviniera militarmente, que liberara a dos piratas que están siendo procesados en España, que hagan algo y que les tengan informados a diario.

Qué duda cabe que todas estas peticiones son legítimas, y surgen del noble deseo de proteger a los seres queridos. El Gobierno, sin embargo, aun teniendo entre sus obligaciones proteger la vida de los pescadores, también tiene otras tareas fundamentales que defender que, de no hacerlas él, no las haría nadie y quedarían huérfanas y desamparadas. Entre esas tareas de exclusiva ejecución se encuentran, para el caso que nos ocupa, que España no sea vista como una tertulia de amedrentadas viejas y defender el cumplimiento recto de las leyes.

Respecto de lo primero, si el Gobierno paga un rescate a los piratas, no sólo está sometiendo al país al chantaje de unos delincuentes, sino que además de afectar a la imagen de España, está fomentando futuros ataques contra otros barcos, ya que les está pagando generosamente el trabajo a los piratas.

Respecto de lo segundo, si el Gobierno libera a los piratas ya detenidos, no sólo incurre en los mismos pecados del párrafo anterior, sino que además está haciendo de la justicia una broma que depende de las cartas del ofensor.

Si se quiere pagar un rescate, que lo hagan los familiares y los armadores. Pero si se le pide al Gobierno que intervenga, que lo haga de acuerdo con sus obligaciones, que no tienen por qué ser las nuestras, y asumiendo que éstas puedan tener un coste que como personas no podemos permitirnos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

> Ni gato blanco ni gato negro, pero cazaba ratones

Leo que el narcotraficante Pablo Escobar quemó billetes por importe de dos millones de dólares para que su hija no tuviera frío cuando estaban escondidos en una casa de las montañas que rodean Medellín.

Dos millones de dólares es mucho dinero, pero en qué mejor se puede gastar si tu hija tiene frío. Claro que puede que su hija no hubiera tenido frío si su padre no hubiera sido un prófugo de la justicia. Y era prófugo porque se dedicaba al narcotráfico, por lo que tenía dos millones de dólares para quemar en caso de que su hija tuviera frío. No hay que olvidar tampoco que de ésta salió, y podemos suponer que no arruinado. Porque ¿uno se lleva toda su fortuna en metálico cuando huye por las montañas? De hecho, aunque los tuviera, no me llevaría dos millones de dólares a las montañas. Lo que sí me llevaría sería un buen abrigo, mucho más barato y útil que los dólares, según se ve en esta historia. ¿Por qué no se llevó Pablo Escobar ropa de abrigo y sí tanto dinero en efectivo? ¿Falta de previsión? ¿Tantísima prisa? ¿Huecos en el guardarropa?

El caso es que él era narcotraficante y por eso su hija tenía frío, y calentar la estancia le costó dos millones de dólares. En Colombia y en otros muchos lugares hay muchos padres y madres que no son narcotraficantes, son gente esencialmente decente, y que seguro ven a sus hijos pasar frío y hambre, pero no tienen dos millones de dólares para quemar, y aunque los tuvieran no lo hubieran quemado: los pobres no se pueden permitir ciertos lujos que sólo idean los que tienen y pueden.

Al cabo del tiempo Pablo Escobar murió tiroteado por la policía en un tejado.


Referencia:
http://www.elmundo.es/america/2009/11/03/colombia/1257231915.html

martes, 3 de noviembre de 2009

> Todo el mundo lo sabía, pero nadie habló

Por ir de lo particular a lo general, les contaré que el primer multicine que se abrió en Málaga se llamaba ‘América’. Yo era pequeño, por lo que ¡ay! fue hace mucho tiempo. Eran siete salas muy concurridas junto a la estación de tren, y era forzoso verlo por sus luminosos de neón y las colas en la acera.

Hace dos o tres años, cuando el negocio del cinematógrafo aflojó, decidieron demoler el cine y construir un edificio en su lugar, y alguien descubrió que el cine había estado funcionando más de veinte años sin licencia. A partir de ese momento se escucharon comentarios de todo tipo de personas que conocían de siempre la irregularidad de las salas: un administrativo que por su trabajo lo sabía, la oposición municipal que siempre había pensado que había algo raro, la inspección de Hacienda que investigaba el caso… Pero nadie hizo nada hasta que demolieron el local para construir un bloque de oficinas.

En Barcelona parece que a todos los que querían conseguir algo le aconsejaban que ‘fuera a ver a Millet’. ‘Conseguir algo’, claro está, es un eufemismo. Félix Millet, presidente del Palau de la Música, ha reconocido ante el juez que desvió varios millones de euros de la institución que presidía para su propio beneficio o beneficio de afines. Todo el mundo lo sabía en Barcelona, pero nadie hizo nada hasta que detuvieron al señor Millet.

El alcalde de Santa Coloma de Gramanet no vivía en el pueblo, sino en el barrio más elegante de Barcelona. Parece que llevaba una vida de oropel ante la ceguera de los que le rodeaban. Ahora que está imputado junto a otros presuntos sinvergüenzas todo el mundo cuenta historias de sus excesos. Pero nadie hizo nada hasta que no cayó en desgracia y pasó una noche en el calabozo.

domingo, 1 de noviembre de 2009

< Sin palabras: Apoyos











Calle Mefistófeles, Málaga