jueves, 20 de febrero de 2014

> Se busca

Por una suerte de magia simpática las personas intentan recuperar o lograr la prosperidad imitando sus efectos concretos: grandes cenas, buenos trajes y coches… Y, contra toda creencia racional, sí que funciona.

Hemos visto estos días en periódicos imágenes de personas hechas a sí mismas, de baja extracción social, que gracias a gastarse el dinero que no tenían en aparentar que sí lo tenían, y de sobra, llegaron a tenerlo como deseaban. Luego ya estaban en la lista de los socios del club y sólo tenían que dejarse llevar y engrasar apenas la maquinaria en los cumpleaños, bodas y en la navidad de la gente que importa.

Algunos dirán de qué les ha servido, ya que ahora están sometidos a investigación: quiá, no les pasará nada, ¿no ven lo tranquilos que están y cómo sonríen enseñando los dientes?

martes, 11 de febrero de 2014

> Quien no se consuela es porque no quiere

Si usted no vive en Málaga puede que no se crea ninguna de las premisas de este artículo, pero son ciertas. La primera es que es muy frecuente que en pleno invierno, cuando el resto de España y Europa tiritan de frío y los paraguas se vuelven del revés, en Málaga hay muchos días que se puede estar en mangas de camisa y sentir el calor del sol en la cara. La segunda, y última, es que hay en Málaga un pensamiento de que sí, hay problemas, pero ¡qué clima tan bueno tenemos!

En Málaga la última tasa de paro alcanzaba el 36’2% de la población activa, y no menciono otros problemas por no sonrojar con opiniones la web pero ¡qué clima tan bueno tenemos!

miércoles, 5 de febrero de 2014

> Ante el fin

He visto varias personas en el trance de morir. No se acordaron de sus cuentas corrientes, ni de su Audi, ni tan siquiera de sus hijos. Revivían sucesos de la infancia, algunos terribles y otros triviales como el soplar del viento. En vida, sin embargo, nuestros afanes fueron bien distintos; cuando escuchamos música en el sótano de casa se nos vienen recuerdos enredados en los primeros años al compás de las fugas de Bach.

Cuando niños el mundo es eso que está allí enfrente, y estamos solos en el miedo que es imaginarlo y soportarlo. En los últimos sones volvemos a estar desamparados, pero no ante el mundo, sino ante la nada. Morimos como soñamos, solos, y buscamos a nuestra madre.