jueves, 24 de abril de 2014

> El día del libro en blanco

Ayer me invitaron amablemente a participar en una lectura pública de El Quijote para conmemorar el Día del Libro. Éste era el panorama del salón de actos. No eran las cuatro de la madrugada; no era una empresa que fabricase bombas de racimo. Eran las once y media de la mañana y era el auditorio de una universidad.

Siempre he creído que celebrar este aniversario con El Quijote es un error. Es un libro maravilloso y sin duda tiene muchos méritos, pero en estos tiempos de ciento cuarenta caracteres resulta arisco. Sus largos periodos, sus frases subordinadas y circunloquios no son un buen compañero para unos lectores poco bregados en atriles y devotos de la rapidez y la brevedad. Pero una cosa es que no invite y otra el unánime desinterés, el clamoroso desprecio.

Vean el panorama y lloren conmigo. Luego vayamos a construir pisos y a servir copas a los turistas, y a quejarnos.

martes, 22 de abril de 2014

> García

Recuerdo que vi el libro 'Cien años de soledad' en la casa de vacaciones un verano. Mi hermano lo estaba leyendo, pero el título me sonaba a novela romántica, y yo no estaba para esas efusiones.

No sería sino bastantes años después, quizá diez o quince, que la leí vorazmente después de haberme iniciado con 'Ojos de perro azul' y 'El amor en los tiempos del cólera', mi preferida. Su lectura sólo la puedo comparar con la de Juan Rulfo.

Hace unos días, en plena semana santa, murió en México, aunque para sus lectores hacía ya unos años que falleció cuando dejó de escribir. El mismo día, un terremoto se dejó sentir en el DF, y Vargas Llosa pronunció desde Perú una cicatera y calculada despedida.

miércoles, 16 de abril de 2014

> Reuniones

Me han convocado a una reunión, a una reunión entre íberos. Tengo por bien aprendido que son una pérdida de tiempo, energía y confianza en el ser humano, pero cedí a la molécula optimista que aún habita en lo más hondo de mi ser, y fui.

Qué reiteraciones, qué empanadillas de Móstoles... qué cansancio. No había un orden del día, no había un turno de palabra que se respetase, no había otro interés distinto de decir el discurso que cada uno se traía de casa. Después de horas, las propuestas se podían haber hecho en Whatsapp, las conclusiones se podían escribir en un solo tweet.

Da igual que sea una reunión de la comunidad de vecinos, de una asociación de filatelia o del comité de dirección de una empresa de servicios. Es una invariante, que cansa mucho. No aprendo de mis errores.

miércoles, 2 de abril de 2014

> La maleta vacía

En todas las películas que aparece una maleta, ésta está siempre vacía. Se nota en el balanceo, en la inadvertida dejadez que hace el actor por sostenerla...

Mi padre ser fijaba mucho en eso, y en el nombre de los pescados (eso le irritaba, como experto que era: siempre nombraban, decía, lo más fácil). Seguro que todos los directores y buena parte de los actores se han dado cuenta de esa costumbre de realización, pero como siguen haciéndolo creo que ya se ha convertido en un lugar común e irrenunciable, como los McGuffin.