martes, 30 de septiembre de 2008

> Como no pasa nada ni el dinero es mío

Cuando viajo al extranjero me sorprende que las calles estén más limpias que las de mi ciudad, que los macizos de flores no se los lleven a casa y que las riadas no arrastren las casas construidas en cauces secos.

Hace un año, la Junta de Andalucía valló primorosamente la ribera de un río cercano. Eran cientos de postes de madera y centenares de metros de tela metálica, varios grupos de obreros con maquinaria moderna. En una semana estuvo terminado. Al cabo del mes, en una mañana, plantaron centenares de árboles en el terreno cercado. Ya habían acabado el trabajo y se fueron. Nadie se preocupó de regarlos, y ahora todos están secos.

A apenas un kilómetro de allí, a alguien del ayuntamiento se le ocurrió la feliz idea de hacer un merendero público justo detrás de unos contenedores de basura que siempre tienen a su alrededor más de la que les cabe a ellos. Vinieron los obreros y levantaron una cerca de piedra muy bonita, vinieron los carpinteros y colocaron bancos y mesas, vinieron los jardineros y plantaron cuatro grandes árboles. Hoy los árboles están secos hasta la raíz y nadie ha tenido la ocurrencia de tomarse un bocadillo mientras huele la basura a veinte metros de distancia.

El gestor que decidió estos planes estará contento porque serán actuaciones en la memoria de actividades que haga a fin de año, los contratistas estarán contentos porque han tenido trabajo, a la gente que pase por allí le dará igual porque no está peor de lo que ya estaba (y si estuviera peor, daría también igual, es la costumbre). A nadie le pasará nada malo, nadie pensará que con su dinero se ha pagado eso. A algunos nos seguirá sorprendiendo el extranjero.

domingo, 28 de septiembre de 2008

> La hegemonía de la pasión

Cuando uno pasea (es un decir) por el sur de Manhattan y ve esos imponentes edificios de líneas severas, grandes alturas y cristales recién afeitados por un subcontratado costarricense puede pensar que son el producto de la razón, las cifras, la previsión: que dentro hay personas que toman decisiones sabiendo lo que hacen, y que lo hacen tan bien y son tan altas sus sedes que seguirán en el negocio por siempre. De vez en cuando, sin embargo, una empresa eléctrica con millones de clientes se encuentra en bancarrota por la codicia de sus gestores, y desaparece. Y la empresa multinacional que la auditaba, complacida en su grandeza, es arrastrada también a la nada en pocos meses.

Ahora, bancos de inversión que asesoraban a empresas y países resulta que sabían bien poco de sus propias inversiones, y que sus decisiones estaban guiadas no ya por el interés de sus clientes, sino ni tan siquiera por la razón. La pasión de ganar dinero (cuanto más, cuanto antes) les hacía asumir riesgos cada vez más altos, les hacía inventar instrumentos de inversión que no controlaban, les hacía vender con nombres aparatosos y científicos las deudas de incapaces.

No hay que fiarse de las apariencias. El más grande director general, con suerte, va al baño varias veces al día, y tiene en el cajón de su mesa del despacho de la planta 35 una revista de chicas desnudas. Un día le preguntan dónde van a situar la nueva fábrica; le dejan solo y mira por la ventana y se acuerda de su infancia en Minnesota, y ahí va la fábrica seguida de papeles que argumentan con cifras lo acertado de la decisión. O un líder político decide invadir un país diciendo saber cuando luego se desvela que no tenía ni ligera idea, o que dice que va a dar en ayudas a ese país lo que sabe se repartirán sus amigos en una orgía de desvergüenza.

viernes, 26 de septiembre de 2008

> “Hola soy rumano”

Acabo de ver por televisión un anuncio promovido por el gobierno rumano para mejorar la imagen de sus inmigrantes en España. Me parece muy loable el esfuerzo, pero supone que hay un problema con los rumanos en España.

En el anuncio habla el dueño de una explotación agraria que va cada año mejor y subraya la aportación de una pareja de rumanos contratados hace diez años. El anuncio es demasiado tópico y muy poco ambicioso. Como anuncio que es, representa escenas irreales (un alegre picnic de patrón y empleado), todo sonrisas y buen rollo y trabajo bucólico al aire libre.

El leit-motiv del anuncio es que “juntos hacemos un gran equipo”, pero unos (los rumanos precisamente) subordinados a otros (los españoles). El enfoque creo que debería ser otro, porque nadie aumenta su respeto por quien precisamente se esfuerza en mostrarse subordinado para no atraer problemas. No digo que el esquema fuera al revés (en tiempos de crisis algunos pensarían que los rumanos vienen aquí a quitar el pan a los naturales), pero sí quizá destacar que eligen a España como país de acogida porque les gusta su gente y sus constumbres, porque son católicos y que, en fin, están dispuestos a trabajar duro para mantener a sus familias.

En las entrevistas de trabajo no hay que dar la mano blandita.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

> Recuerdo de los apagones

Escribí en mis memorias que haber vivido muchos años en Ceuta y Melilla lo considero una suerte, aunque por supuesto no fuera consciente mientras estuve allí. Y digo que fue una suerte porque no me hizo de ninguna tierra (sentirse melillense o caballa cuando cambiaba cada tres años de ciudad no me resultó posible) y pude ver desde pequeño lo variado que es el mundo de ahí afuera desde el seno de una familia pequeñoburguesa con la casa a cuestas. Además, era un punto de exotismo.

Desde hace varios años vivo en una reductible aldea gala de un pequeño municipio del interior de la provincia de Málaga. Hace unos días se fue la electricidad durante bastante tiempo, y me recordó lo que hacíamos en casa cuando yo era pequeño y se iba la luz, lo que ocurría con frecuencia. Mi padre tenía muchos recursos para entretenernos. Podía hacer sombras chinescas con las manos (el conejo, el sombrero, el águila), contar historias del tío Santos o leer la Biblia a la luz de la vela. Hoy pueden parecer cosas poco interesantes, pero a mí me gustaban mucho en mi juventud de los años setenta. Además, ejercía sobre mí un efecto hipnótico la llama de la palmatoria, la solidificación de las gotas de cera que caían del cabo, y el olor…

Cuando se fue la luz estaba solo en casa con mi hija de dos años que dormía como un bodoque. Desde la cocina se oía el zumbido del avisador, la pantalla del vídeo parpadeaba y se escuchaban, en la calle, las quejas de los vecinos.

martes, 23 de septiembre de 2008

> Medias verdades

El pasado día 18 escuché por la radio (RNE 5) que el Consejo del Poder Judicial, en su última decisión antes de cederles las poltronas a los nuevos miembros, había derogado la multa de 305 euros a una jueza de Denia que se negaba a casar parejas homosexuales.

Al día siguiente en la misma emisora entrevistaron a uno de los jueces del Consejo, precisamente a uno que votó a favor del levantamiento de la multa. El magistrado explicó magistralmente los hechos, que poco tenían que ver con la versión incompleta que habían dado los medios de comunicación. Dijo este magistrado que la jueza de Denia no se negaba a casar homosexuales, ya que de hecho había casado a varios, sino que ante la petición de una pareja homosexual inglesa había tenido dudas jurídicas y había preguntado al órgano jurisdiccional superior para conocer a qué atenerse. Mientras ese órgano contestaba, dejaba en suspenso la boda. Por alguna razón que no conozco, esta decisión levantó cierta polémica, y la jueza contestó por escrito a la fiscal de Alicante para defenserse, pero a la vez criticando a sus superiores y a la ley que permite que se casen los homosexuales, y por esta falta se le impuso la multa que ahora se le ha quitado porque la mayoría del CGPJ entiende que el carácter de la carta era principalmente de defensa, y no de falta de respeto a un superior.

Después de esta explicación, hasta a mí me parece normal que se le pueda quitar la multa (no conozco la carta, no sé más de lo que he escrito), pero con la información del primer párrafo mi opinión respecto del CGPJ saliente no era nada buena, máxime después de la sentencia sobre el juez Tirado que ya comenté en este mismo blog el 10/09.

La información incompleta sobre la actuación de la jueza de Denia seguro que era además interesada, y me pregunto quién y por qué tendría interés en mostrar así las cosas. Aparte alguna animadversión contra la jueza, sólo sacaría provecho de suscitar la inquina contra el antiguo CGPJ los que desean destacar al nuevo, que surgido de un pacto PP-PSOE nace ya triste y desesperanzado, atado y bien atado por las cuotas políticas, según dicen.

Referencias:
http://www.elmundo.es/elmundo/2008/09/18/espana/1221742943.html

http://www.diarioinformacion.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2008031200_12_732770__Alicante-fiscal-advierte-juez-Denia-casa-gays-aunque-sabe-tendra-hacerlo

lunes, 22 de septiembre de 2008

> El plan Ibarretxe

Por lo que leo y oigo, parece que las dos únicas personas que estamos a favor del plan Ibarretxe somos Ibarretxe y yo.

No soy jurista, pero no encuentro mucha justificación a prohibir el famoso referéndum. Por un lado, la segunda pregunta (véanse más abajo) la podría haber suscrito hasta el más pintado atendiendo a su literalidad; en realidad son tan ambiguas y subjetivas que daría igual que el resultado fuera uno u otro para hacer lo que uno quisiera.

Por otro lado, se dice que no está dentro de las competencias del gobierno vasco hacer este tipo de consultas (pues debería estar dentro de sus competencias), y que, de hacerse, correspondería a la decisión de todos los españoles, no sólo de los vascos. Este último razonamiento no me parece muy democrático, porque llevado a sus extremos permitiría legitimar cualquier opresión (que no es el caso). Los ciudadanos de un territorio deberían tener derecho a decidir libremente sobre su futuro, sin tener en cuenta a los ciudadanos, muy respetables, de otros territorios (en las votaciones de la comunidad de vecinos sólo votan los que viven allí, no todo el barrio ni la ciudad). Una vez expresada la voluntad popular, se la podrá calificar de ingrata, insolidaria o lo que se quiera, pero siempre será mejor ponerse una vez colorado que ciento amarillo, que es lo que tenemos ahora.

El problema está en la primera pregunta, que condiciona la segunda y que parece puesta ahí para contaminarla, invalidarla y recordar, una vez más, el “problema vasco”. ¿Es ético dialogar con ETA? En el caso de que no lo fuera (como pienso), ¿es ventajoso hacerlo atendiendo a razones de estado? En cualquier caso, es una decisión que corresponde a un gobernante (que gobierna) y no a un pueblo (que elige).



Preguntas:
1. ¿Está usted de acuerdo en apoyar un proceso de final dialogado de la violencia si previamente ETA manifiesta de forma inequívoca su voluntad de poner fin a la violencia para siempre.
2. ¿Está usted de acuerdo en que los partidos vascos sin exclusiones inicien un proceso de negociación para alcanzar un acuerdo democrático sobre el ejercicio del derecho a decidir del pueblo vasco y que dicho acuerdo sea sometido a referéndum antes de que finalice el año 2010?

Referencia: http://www.elmundo.es/elmundo/2008/05/28/espana/1211968605.html

sábado, 20 de septiembre de 2008

> Irán y las armas nucleares

Cuando Irán hace unos años anunció sus investigaciones (o desarrollos) en el campo de la energía nuclear (de uso pacífico, dicen ellos), tanto sus vecinos como las potencias occidentales coincidieron en que el país había escalado un grado en el podio de las amenazas, un grado dijeron que intolerable. A sus vecinos los entiendo, pero a las potencias occidentales también, aunque lo intenten ocultar con razones.

Irán tiene miedo. Es un país chií en medio de sunníes, que los miran de reojo. Tiene un régimen de gobierno que sus vecinos temen y el resto del mundo casi desprecia. Sufrió la invasión de Irak (apoyada por Occidente) cuando apenas habían expulsado al Sha. Su nivel de vida es bajo, pese al petróleo, y sólo pueden llamar “amigos” a otros parias internacionales como Rusia o Venezuela. Enfrente tienen a EE.UU. y a sus socios europeos. Y a Israel, bastante más cerca, siempre a punto de tomar la decisión de bombardearles.

Visité Irán hace nueve años, y era un país cansado, aunque orgulloso. Muchos jóvenes (en las cafeterías, en los museos, al poco de intimar con ellos) decían que querían emigrar, y me pedían información y referencias. Detestaban la dictadura del Sha, impuesto por Gran Bretaña y EE.UU., pero el régimen de los ayatolás les impedía muchas cosas que saben que existen y que no pueden hacer, y el paraíso para ellos se seguía llamando América. En el interior de sus casas las familias que se lo podían permitir organizaban fiestas espléndidas y sintonizaban canales de televisión por satélite extranjeros, y cuando salían del país las mujeres cambiaban en el aseo del avión el guardapolvos tradicional y el pañuelo por los vaqueros ajustados.

Los países occidentales le niegan el derecho a tener armas nucleares, pero la argumentación es bastante débil: Irán forma parte del “Eje del mal” (del que ya ha salido Libia y está saliendo Corea del Norte, por lo que más que “eje” pasará a ser “punto”) y por tanto son malos, y los malos no deberían tener armas nucleares porque las pueden usar inapropiadamente. Decirle eso a un país soberano y orgulloso es condenar las pretendidas negociaciones al fracaso.

Las potencias occidentales no se cuestionan el derecho a desarrollar ellos esas armas e incluso a utilizarlas (caso de los EE.UU., con 200.000 muertes civiles a sus espaldas que parecen pesar muy poco). Se dice que es un estado que amenaza a sus vecinos, pero no ha empezado ninguna guerra ni ningún ataque en la región (sí ha sufrido varios), aunque sus declaraciones no sean precisamente pacíficas.

Todos los países tienen su orgullo, que es igual en todas partes. Tenerlo en cuenta en todas partes, más allá de mis fronteras, forma parte de la solución, aunque uno prefiera que Irán no tenga armas nucleares.

viernes, 19 de septiembre de 2008

> Cibeles Fashion Week

Como tengo un atisbo masoquista, leo de vez en cuando el blog de Pío Moa, y encontré una afirmación con la que estoy de acuerdo, pero sólo una entre toneladas de opiniones impresentables.

Criticaba este articulista a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, por cambiarle el nombre a la Pasarela Cibeles por Cibeles Fashion Week. No es broma. Supongo que se le quiere dar un aire más internacional, más de altos vuelos. El casticismo ya no vende, y si además se pone un título en inglés sin duda el acontecimiento parece más importante (si no, que se lo pregunten a los consultores). A mí me parece triste, tanto por la claudicación como por lo cateto que me resulta.

Cuando viajamos, ya sea por motivos personales o profesionales, buscamos la diferencia. Si no fuera porque soñamos con ella, nos quedaríamos cómodamente en casa. Los ingleses vienen a España buscando el sol y la cerveza, los italianos la juerga, algunas industrias el precio. Ahora cuando vengan se encontrarán el mismo cartel que en su casa, el mismo idioma, las mismas modelos. Con el tiempo los modistos se cambiarán el nombre si quieren vender algo, porque un Paco pinta tan poco en una Fashion Week como una bailarina del vientre en Helsinki. En el mejor de los casos seremos un exotismo de vitrina, como esa chata reproducción de la torre Eiffel que hay en el centro de Las Vegas.

¡Ay, Francia!

jueves, 18 de septiembre de 2008

> Jeringuillas de la infancia

La nostalgia es el placer de la memoria. Cuando era niño, casi tenía una enfermedad por cada mes del calendario. El nombre a cada una de ellas la ponía un médico del Hospital Militar, y la inyección correspondiente un practicante compañero de mi padre, el capitán Arturo.

Mi madre me acercaba por las tardes a su casa, y él tras unas palabras de circunstancia sacaba una cajita de acero reluciente donde guardaba la jeringuilla de cristal y la aguja. La cajita tenía un pie desmontable que la convertía en hornillo, y con un poco de alcohol, en lo que tardaba en contar un chiste fácil de su gran repertorio profesional, el capitán Arturo conseguía hacer hervir el agua y así esterilizar la jeringuilla y la aguja. Pinchaba en la cápsula que le entregaba mi madre, cargaba el contenido retirando el émbolo, y con un algodón empapado en alcohol culminaba la faena que yo intentaba eludir con el llanto. Como sabía que me dolía más la prevención por la aguja que el dolor en sí, el practicante me golpeaba tres veces con dos dedos en un cachete para despistarme y ponerme la inyección por sorpresa en el otro.

Hoy he visto por televisión un reportaje sobre la vacunación contra el papiloma en las niñas andaluzas. El ATS lo primero que hace es ponerse guantes de látex antes de tocar a la paciente (que se supone aún no tiene ninguna enfermedad, ¿o la tiene el médico?). Luego coge una cajita de cartón donde viene ya preparada la vacuna dentro de una jeringuilla de plástico, también desechable. Le quita el precinto, le pone una aguja (desechable) y la aplica con un algodón mojado en alcohol en el brazo. Todos estos residuos luego los tira a un contenedor amarillo especial de restos biológicos.

Con tan pocas prevenciones no sé cómo antes no nos moríamos en masa. Tampoco los niños hoy lloran mucho; saben que les sirve de poco.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

> Una historia de la posguerra

Ya he dicho en otras entradas de este blog que vivo en una pedanía del municipio casi más pequeño de la provincia de Málaga. Tenemos un colegio rural a doscientos metros de casa, pero desde el principio tuvimos claro que nuestros hijos no lo pisarían, aunque para ello tuviéramos que estar haciendo viajes en coche mañana y tarde. No veíamos mal que los niños, unos veinte, compartieran todos la misma clase aunque tuvieran diferentes edades (excepto los más pequeños, que están en otro aula). Tampoco fue determinante que no hubiera comedor ni, por supuesto salón de actos o gimnasio. A fin de cuentas es un colegio rural y no Eaton.

Por una vecina descontenta con el único profesor del colegio, supimos que las clases de inglés consistían en colorear horses y dogs, pero nunca, ni una sola vez, en escribir, oír o pronunciar una palabra. También supimos que la educación física pasaba por salir al patio (una pista de cemento sin ningún equipamiento y sin ningún árbol) y hacer lo que uno quisiera mientras el profesor leía el periódico. Nunca había un dictado, ni una división de más de tres cifras. Cuando pasaban al bachillerato, en un instituto a diez kilómetros de aquí, el porcentaje de suspensos era del 98%, y eso que el instituo no era tampoco Eaton, sino uno de polígono industrial.

Las madres de los alumnos no hacían nada porque el colegio hacía lo que ellas demandaban en su fuero interno: tener a los niños almacenados durante unas horas y que al final salieran como exactas réplicas de sus progenitores. Como una vez dijo el profesor, qué falta le hace a un niño el inglés si luego va a ser cabrero o albañil, o para qué la gimnasia si vive en el campo.

Este curso, el profesor se ha ido y ha venido una nueva profesora. Convocaron a las madres antes del inicio de curso y una nueva vecina que asistió espantada a la reunión nos comentó lo siguiente. No había opción a la clase de religión; si no quería darla, estaba en su derecho, pero el niño estaría durante esa clase solo, en el patio. El inglés no se daría hasta los cinco años, porque a la profesora que da a los más pequeños, según sus palabras, “se le da muy mal el inglés”. Tuvo que proponer esta vecina que, al menos, los alumnos de tres y cuatro años asistieran como oyentes a las clases de los mayores, lo que levantó protestas de las otras madres que veían en esta vecina un elemento perturbador. Ya puestos, la profesora también le reprochó que hubiera advertido a los padres de un niño disléxico de esta enfermedad (confirmada luego por un médico), pese a que el colegio cuenta con dos horas semanales de una psicóloga que durante tres años había diagnosticado los claros síntomas que presentaba como “cabezonería”.

Las actividades extraescolares las da una empresa privada contratada por la Junta de Andalucía (¿por qué no lo darán profesores?) y, de entrada, desde los tres años, incluyen una de apoyo escolar, lo que también de entrada implica que se asume que todos los niños van a necesitar una ayuda especial. Hay, además, varias actividades que paga la Fundación La Caixa, previa apertura de una libreta de ahorros en la entidad. Por absurdo que parezca, estas actividades sólo las pueden recibir los alumnos por debajo de cierta renta, por lo que los demás, ni aun pagándolo de su bolsillo, podrán estar en clase y se tendrán que ir al patio.

En Andalucía gobierna desde hace treinta años el PSOE. Y así estará por los siglos de los siglos mientras la complacencia de la mayoría haga anecdótica la exigencia de unos pocos.

Por si se les ha olvidado, la “S” de PSOE significa socialista y la “O”, obrero. Pero da igual: la “P” del PP significa popular.

martes, 16 de septiembre de 2008

> No ha pasado nada

Estos días atrás se ha puesto en marcha el LHC, y no ha pasado nada. Se ha perdido otra buena oportunidad de empezar a arreglar algo las cosas. No por casualidad el acelerador está en Suiza (vale: y un poquito en Francia, que si no se enfadaban).

Ha costado un piquito, unos 10.000 millones de euros, pero seguro que le sacan provecho (al final de su vida útil podrían utilizarlo para que se tragara el blog de Pío Moa, si es que para entonces no tiene ya demasiada masa para un agujero negro).

Dicen que van a buscar la partícula de Higgs. Como los nombres en honor de alguien se le suelen asignar a muertos, pensaba yo en mi ignorancia que el tal Higgs estaría alimentando malvas en algún nuboso cementerio escocés. Pero hete ahí que veo por televisión al tal saliendo una mañana de casa como si nada y atendiendo a los periodistas que le esperaban a la puerta con la educación propia de otras tierras que no osaron interrumpirle el desayuno llamando al timbre.

Dijo Higgs que estaba muy ilusionado, y que si al final descubrieran que la partícula de Higgs no existe se sentiría, natural, sorprendido (debe tener las cosas claras) y decepcionado (el mundo de las partículas es particularmente injusto). Pero en ambos casos, no pasará nada.

A propósito, por si el Gobierno prepara otro paquete de medidas económicas: ¿a nadie se le ha ocurrido la cantidad de pisos que se pueden construir sobre el anillo de 27 kilómetros del acelerador? No lo irán a dejar de pasto para las vacas con la de nuones, priones y bosones que van a estar dando vueltas todo el día por ahí, ¿no?

lunes, 15 de septiembre de 2008

> Juego de palabras

Barack Obama, Joseph Biden. Osama bin Laden
Barack Osama, Joseph bin Laden
Osama Biden. Osama Biden Laden
Osama bin Laden

Y es negro, no tiene experiencia de mando, es joven. Y aun así tiene posibilidades de ser presidente de los EE.UU.

¿Se imaginan a un candidato a presidente del Gobierno de España que se llamara Mustafá Franco, sus padres hubieran llegado en patera a Canarias y él fuera un oscuro diputado por Gerona?

Aún nos falta mucho.

domingo, 14 de septiembre de 2008

> Héroes a la fuerza

Han otorgado un premio Príncipe de Asturias a Ingrid Betancourt. La senadora colombiana ha sufrido un largo y penoso cautiverio en manos de las FARC, ha estado separada de su marido y sus hijos, ha estado enferma, incomunicada del resto del mundo. Sin duda es un gran sufrimiento, pero obligado y no desde luego resultado de una elección de Betancourt. Por lo tanto no entiendo cuál es el mérito para el premio, ya que se le premia por algo a la que ha sido obligada. Lo mismo podría decirse de Ortega Lara o de las víctimas del 11-S, e incluso de los bomberos que intentaron socorrerlas (su trabajo, durísimo, consiste en eso).

Creo que esto forma parte de una falta de rigor general, y de rebajar los límites de lo exigible. No creo que se deba premiar lo que debería ser normal (caso de los bomberos de Nueva York) ni las circunstancias fortuitas en las que nos coloca la vida. Por suerte hay muchas Teresas de Calcuta en el mundo, sólo hay que buscarlas (porque no salen en televisión). Claro que resultaría más difícil justificar y prestigiar un premio otorgado a alguien que nadie conoce.

sábado, 13 de septiembre de 2008

> Los anuncios de alimentación

Cuando era niño, en televisión anunciaban los quesitos de la Vaca que Ríe, Cola Cao, y galletas Chiquilín. Los argumentos de venta eran todos muy parecidos y simples: te ayudaban a hacerte fuerte y a tener energía. Por aquella época la comida se compraba por las mañanas en el mercado (carne, pescado, fruta) y por la tarde en el ultramarinos del barrio.

Ahora sin embargo muchas cosas han cambiado. Pocas personas compran en mercados de abastos y hay tan pocos ultramarinos como linces ibéricos (pero sí supermercados).

Los productos de alimentación que anuncian hoy por la tele son mucho más abundantes y sugerentes. Uno ya no compra un cacao soluble que da energía en el desayuno, sino un estilo de vida. Además, el público al que van dirigidos los anuncios se ha ampliado también a los adultos y se ha hecho mucho más tecnológico. De hecho, los argumentos de venta del pasado se han transformado en remedios contra la pereza (también intelectual). Hay decenas de anuncios de alimentos que parecen medicinas para una sociedad enferma: unos combaten el estreñimiento, otros previenen la arterioesclerosis con su Omega3, el cáncer gracias a los antioxidantes, la osteoporosis… Otros tratan dolencias sociales, como la falta de tiempo (platos preparados), el vivir solo (porciones individuales) o la vejez desatendida (papillas).

Me gustaba más el pescado sobre las encimeras de piedra, la carne colgando de ganchos y el olor rancio del tocino del ultramarinos que los guantes de la sección de pescadería, las bandejas de corcho blanco y el ruido de la abrillantadora del suelo que tienen todos los supermercados. No habrá un Emile Zola de Mercadona como lo hubo del Mercado Central de París.

viernes, 12 de septiembre de 2008

> “Spain is different”, II

No recuerdo a qué político le escuché la frase de que España tiene una democracia asentada. ¿Se parece España a Francia, al Reino Unido, a Dinamarca, a Estados Unidos? Los españoles, cuando estamos en el extranjero (si es que estamos, que eso ya es novedad) solemos estar arrugados y pensamos que en inferioridad de condiciones. Sólo nos falta la boina apretada contra el pecho. (Cuando hablo de “extranjero” me refiero al primer mundo; en el segundo y tercer mundo sí nos sentimos cómodos).

Cuando un español tiene dinero, manda a sus hijos a estudiar al extranjero, se compra un coche de importación y bebe vino y queso francés. La mayor empresa de distribución española se llama El Corte Inglés. Un alemán, un inglés o un francés por el hecho de serlo, ya son alguien en España (así los consideramos). Las clases medias sueñan con llevar a sus hijos al Liceo Francés, al Colegio Inglés o a la Escuela Alemana (no conozco que existan la Escuela Portuguesa o Griega, pero sí la Sueca)… En fin, que lo extranjero del norte siempre es mejor. Su prosperidad parece una consecuencia lógica de su evolución histórica, mientras que aquí (y en otros países) es más bien lo que hay porque es lo que tiene que haber. Por eso el sentimiento de inferioridad, porque somos unos recién llegados y vemos instintivamente las diferencias, y aunque la democracia por sí sola no garantiza nada, la idea de que los ciudadanos son los dueños del cortijo y pueden exigir contribuye mucho a que uno se levante por las mañanas con ganas de hacerlo bien y confíe que éste es el único camino para llegar a alguna parte que merezca la pena llegar. Y además da mucha confianza en sí mismo.

jueves, 11 de septiembre de 2008

> “Spain is different”, I

Unos vecinos ingleses han tenido la amabilidad de invitarnos a una barbacoa en su casa. Había otros invitados, tanto españoles como extranjeros, y como ya estaba algo cansado del esfuerzo de hablar y comprender traduciendo, me senté en una butaca y me dio por observar.

Los anfitriones son de clase media baja en el Reino Unido, ya jubilados, y sin embargo se han ido de su país a vivir a un pueblo del pintoreco sur sin saber ni una palabra de español, se han comprado una casa y viven despreocupados junto a la piscina. Un primo del propietario, australiano, dejó su trabajo allá y se fue a dar la vuelta al mundo con su mujer durante cinco meses; mientras ella está en Holanda haciendo cicloturismo él ha hecho una escapada a Marruecos y ahora está aquí comiendo costillas a la brasa. Otro, poco hablador, se dedica a operaciones de rescate. Otra compra aceite español y lo exporta a Italia para envasarlo con marcas de allí que son las que se venden en EE.UU. Será que aquí se vive demasiado bien, o será que España es diferente y por eso un inglés no puede escribir que ha ido a la barbacoa de un español que… etc.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

> La Haya / Huelva

Hoy el Consejo General del Poder Judicial ha concluido que el juez Tirado es sólo responsable de una falta grave, y no muy grave, y le ha condenado a 1.500 euros de multa por escasa diligencia en ejecutar la sentencia al pederasta Santiago del Valle, que luego asesinó a la niña onubense Mari Luz.

También hoy, el juzgado de primera instancia de La Haya ha dictaminado que el gobierno holandés no es responsable por omisión de la matanza de Srebrenica. Tampoco, por supuesto, fueron responsables de omisión las Naciones Unidas, bajo cuyo mandato actuaban las tropas holandesas, según el mismo tribunal manifestó en otra sentencia. Esta ciudad bosnia se encontraba bajo protección del ejército holandés en julio de 1995 cuando llegaron las tropas serbobosnias al mando de Ratko Mladic y les dijeron que se retiraran o también les atacarían a ellos. El responsable holandés, el coronel Thomas Karremans, llamó a su gobierno y siguiendo las órdenes recibidas dejó la población en manos de los serbobosnios. Murieron más de 8.000 personas. ¿Para qué estarían allí esos soldados holandeses si cuando tenían que hacer lo que se esperaba de ellos se fueron a la comodidad de su hogar?

A veces estas casualidades son doblemente tristes, tanto por los hechos a los que se refieren como por lo que las une: si eres alguien ningún donnadie te va a amargar la vida. No pasa nada.


Referencia: http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Srebrenica

domingo, 7 de septiembre de 2008

> Reseña: “Habíamos ganado la guerra”

Esther Tusquets, editora y escritora, cuenta sus primeros veinte años de vida en una familia burguesa de la Barcelona de la postguerra. Como advierte la autora al comienzo del libro, la descripción de la postguerra para quienes no la han vivido viene generalmente de los que perdieron la guerra y se quedaron (los menos: Haro Tecglen) y los que se fueron (los más: Luis Buñuel, Rafael Alberti, Francisco Ayala). Ella no es especialmente crítica con el régimen de Franco, pero habla de un mundo gris, arbitrario y muchas veces absurdo que era sustentado por familias como la suya que tenían artículo en plural delante del apellido.

El libro es ameno, a veces entretenido, aunque no destaca por una prosa original ni brillante (tampoco por lo contrario), pero merece ser leído por el testimonio poco habitual que presenta.

sábado, 6 de septiembre de 2008

> Debe ser masoquismo

Siguiendo un enlace, y de ahí a otro, he llegado a un blog (www.mimesacojea.com) que me gusta y no me gusta. No me gusta por las palabrotas y el sexo explícito (sólo estuve un año en un colegio de curas), pero varios de los artículos que he leído me han parecido originales (y no es una forma de condescendencia) e inteligentes. Lo de “inteligente” viene de que pone a caer de un burro la inteligencia de la mayoría de los españoles, nos retrata gritones y horteras, etc. Es un lugar común que tiene España con Rusia, y que no se encuentra en otros países europeos, algo así como un sentimiento endémico que nos cuidamos de proteger como al lince ibérico. Y este quejarse de nosotros mismos nos gusta.

Por ejemplo, María Escario sigue saliendo en los telediarios tan campante pese a sus desafortunadas palabras comentando la victoria española en la Eurocopa 2008 (1). Pocos salieron en su defensa, pero ahí sigue porque en realidad nos gusta ser cutres, que nos vean cutres y que nos sepamos cutres. Y ahí está la María Escario de turno para recordárnoslo.

¿No están convencidos? ¿Que un error lo puede tener cualquiera? En la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos 2008 (que ya he comentado en este blog), María Escario y su compañero Juan Carlos Rivero tuvieron este breve pero fructífero intercambio (3):

Juan Carlos Rivero: “Todavía no sabemos quién será el último hombre que portará la antorcha. Bueno, o mujer.”
María Escario: “Sospecho que será hombre, por la complejidad del encendido.”


En Radio Manchester, emisora de la BBC, un comentarista desafortunado llamado Chris Price (2) dijo en un partido de fútbol que "la defensa del Bradford tiene más huecos que un avión español". Ahora está en la cola del paro y la BBC pidió disculpas.



(1) http://www.elpais.com/articulo/deportes/Maria/Escario/pide/perdon/Ecuador/Colombia/comentario/xenofobo/elpepudep/20080702elpepudep_11/Tes
(2) http://www.vertele.com/noticias/detail.php?id=20020
(3) http://www.mimesacojea.com/2008/08/el-ciudadano-medio.html?showComment=1220121840000

viernes, 5 de septiembre de 2008

> La entropía avanza

Como siempre se pone a la BBC de ejemplo de buena programación y mejores maneras, algunos ilusos pensábamos que las radios públicas (en este caso RNE 5) avanzaban en esa dirección distanciándose del mal gusto y la chabacanería de las televisiones (públicas y privadas) y de las radios comerciales. Sin embargo ayer escuché en esa emisora a un comentarista que invitaba a opinar a los oyentes sobre si la ministra francesa Rachida Dati tenía que revelar públicamente la identidad del padre del hijo que espera. En el mismo programa, el periodista, claro, comentó que un periódico marroquí había dicho que José María Aznar era el padre de la criatura, pero no añadió más leña al fuego. Y es que no hacía falta: ahora cada vez que vemos a la ministra francesa por televisión pensamos en Aznar, aunque éste lo haya desmentido y no haya ningún indicio de que sea el padre.

Aznar no es santo de mi devoción, pero resulta indignante que se publiquen estas cosas cuando no se ha cotejado ninguna información y lo que se busca no es la noticia sino el cotilleo y el desgaste del afectado, que queda ya identificado por una imagen para siempre. Al menos en sus ediciones digitales, los periódicos El País y El Mundo publicaban la noticia, y a partir de ahí, todo el patio la comentó.

Un día antes, en El País se escribía que Gabriel García Márquez sufría por la calidad del periodismo escrito.

jueves, 4 de septiembre de 2008

> Incomprensibles: el polvo

Desde que era niño quise tener un despacho, una biblioteca, un lugar privado donde leer, escribir, tener todos mis libros. Cuando compré mi primera casa, en realidad un apartamento, esa habitación tenía tres metros cuadrados y estaba junto a la azotea, por lo que el frío o el calor no animaban a su uso, y leía y escribía en la cama.

Mi segunda casa estaba en el campo, pero era muy pequeña y siempre en obras. Cuando éstas acabaron, cinco años después, por fin tenía un sótano de casi veinte metros cuadrados con todos mis libros, mis discos y mis bagatelas. Este santuario tenía que ser respetado y lo menos frecuentado por otras personas, aunque para ello tuviera que pagar el precio del polvo y algunas telarañas. El caso es que éste se empezó a acumular y a verse claramente sobre las superficies negras: el equipo de música, la carcasa del ordenador… No hubiera tardado ni media hora en limpiarlo todo y en fregar el suelo, pero reflexioné que llegado a cierto punto (por desgracia próximo), el polvo no podía sobrepasar cierto grosor.

Todos hemos visto una capa de polvo que cubre los muebles tras la ausencia por vacaciones o por un descuido en la rutina. Sin embargo, si aumentásemos esas vacaciones o esa desidia la capa de polvo no aumentaría en la misma proporción. Nadie ha visto nunca una capa de polvo de tres centímetros de espesor, ¡ni tan siquiera de medio centímetro! Y sin embargo si sumásemos la de veces que hemos desalojado una fina capa de ese mueble, el espesor acumulado debería permitir la utilización de skís. Si no me creen, pregúntenles a sus madres (no sobre los skís, sino por la de veces que ellas han limpiado el polvo de ese mueble).

Este curioso fenómeno físico que afecta al polvo sirve de gran consuelo a los que reflexionamos antes de ponernos a destruir esa maravilla no explicada de la Naturaleza.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

> Inicio de año

Desde hace mucho tiempo el inicio de año viene de la mano de los anuncios de colecciones (principalmente ahora, menos en navidades). Acaba el verano, se regresa a casa, se vuelve a madrugar, pero antes uno ha hecho firme propósito de enmienda, de cambiar su vida, ¡y qué mejor forma que empezando una colección! Un día rellené una encuesta de una casa editorial en la que se preguntaba sobre mis gustos en este terreno. Me dio apuro contestar por lo específico de mis aficiones (fotografías históricas, batallas célebres), pero eso es nada en comparación con lo que hay en los quioscos.

Las colecciones no conocen límites. En esta temporada me han sorprendido dos. La primera es para decorar una casa mediterránea. Viene a ser una casa de muñecas encalada de blanco y celeste a la que hay que ir añadiendo sillas de enea, cama con dosel, alfombrillas de esparto… La verdad es que es muy buena idea, porque si uno ha pasado las vacaciones en un ambiente neo-rústico a orillas del mar, no resultaría nada raro que se desease continuar el ensueño en medio de la rutina y el tráfico.

El segundo anuncio de colección es aún más peregrino, y nunca mejor dicho. Se trata de decenas de rosarios (cincuenta y nueve, para ser exactos). Reconozco que no soy entendido en el asunto, pero me pregunto qué variedad pueden éstos tener para llenar una colección de tantas entregas. Anuncian el rosario de Juan XXIII, el de Nuestra Señora de Lourdes, etc. Además subrayan que están hechos a mano (sin duda por un chino o un indio), y por sólo 2’95 euros. Y luego dicen que la religión está en declive.

martes, 2 de septiembre de 2008

> Paracuellos

Hace unos días leí una entrevista reciente a Santiago Carrillo y el periodista volvió a preguntarle sobre los fusilamientos de Paracuellos. Me pareció una pregunta impertinente, porque creía zanjado el asunto hace tiempo. Aun así decidí averiguar algo más sobre los hechos.

El Gobierno de la República abandonó Madrid camino de Valencia el 6 de noviembre de 1936, dejando la defensa de la ciudad en manos de la Junta de Defensa. Entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, varios traslados de presos (sacas) acabaron en Paracuellos del Jarama, donde fueron fusilados; el resto de los traslados llegaron a su destino en otras cárceles. Ian Gibson calcula unos 2.400 muertos. El responsable por esos días de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid era Santiago Carrillo, siendo subordinado suyo Segundo Serrano Poncela, delegado de Orden Público, que fue sustituido por Melchor Rodríguez como delegado de Prisiones, momento en el que cesaron los fusilamientos.

Una vez finalizada la guerra, el régimen franquista instruyó una Causa General por estos asesinatos en las que se aportaron testimonios y se asignaron responsabilidades. Curiosamente, el nombre de Santiago Carrillo no es mencionado como responsable directo de estos hechos. Con posterioridad historiadores como Ricardo de la Cierva (cuyo padre murió asesinado en Paracuellos), Ian Gibson y César Vidal han estudiado el caso con disparidad de conclusiones, pero en el caso de la responsabilidad de Carrillo van desde su completa y activa implicación en los hechos hasta el de no hacer nada para pararlo una vez tuvo conocimiento de ellos, y en su responsabilidad creo que estaba el hacerlo. Carrillo argumenta que desconocía los fusilamientos (varios testimonios refieren lo contrario), y achaca las responsabilidades a grupos de incontrolados, a agentes soviéticos y a Serrano Poncela en el contexto de una ciudad a punto de ser tomada por el enemigo.

Carrillo desempeñó un papel crucial en la transición española como Secretario General de PCE, y fue ejemplo de moderación y sensatez desde sus posiciones. Hoy, retirado de la política, es un amoroso abuelo y un ameno contertulio. No estoy yo interesado en hacerlo pero ¿cómo habríamos de juzgarlo? Ningún comienzo es determinante, pero tampoco ningún fin justifica todos los medios.

Referencia: http://es.wikipedia.org/wiki/Matanzas_de_Paracuellos

lunes, 1 de septiembre de 2008

> Reseña: “Mi último suspiro”

Éste es el título de las memorias del cineasta Luis Buñuel, que las escribió en colaboración con Claude Carrière. Un libro muy recomendable por varias razones, pero sobre todo porque es entretenido y retrata sin pretensiones buena parte del siglo XX. Su estilo es tranquilo, sin artificios, abundante en digresiones, y que nos lleva de España a México pasando un buen rato en París y un descanso en EE.UU., países donde vivió el director. En sus páginas aparecen decenas de personas conocidad, como Lorca, Borges, Breton, Dalí, Max Ernst….

El último capítulo del libro es el más personal, porque describe con austeridad cómo se sentía a sus ochenta y un años, mientras escribía esas últimas líneas. Detalla cómo es un monótono día cualquiera de un anciano que espera la muerte, que ya no tiene proyectos, que apenas oye ni ve, y que además es ateo convencido (aunque piensa en gastarle una broma a sus amigos llamando a un sacerdote en su lecho de muerte para que le absuelva de sus pecados).