martes, 2 de septiembre de 2008

> Paracuellos

Hace unos días leí una entrevista reciente a Santiago Carrillo y el periodista volvió a preguntarle sobre los fusilamientos de Paracuellos. Me pareció una pregunta impertinente, porque creía zanjado el asunto hace tiempo. Aun así decidí averiguar algo más sobre los hechos.

El Gobierno de la República abandonó Madrid camino de Valencia el 6 de noviembre de 1936, dejando la defensa de la ciudad en manos de la Junta de Defensa. Entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936, varios traslados de presos (sacas) acabaron en Paracuellos del Jarama, donde fueron fusilados; el resto de los traslados llegaron a su destino en otras cárceles. Ian Gibson calcula unos 2.400 muertos. El responsable por esos días de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid era Santiago Carrillo, siendo subordinado suyo Segundo Serrano Poncela, delegado de Orden Público, que fue sustituido por Melchor Rodríguez como delegado de Prisiones, momento en el que cesaron los fusilamientos.

Una vez finalizada la guerra, el régimen franquista instruyó una Causa General por estos asesinatos en las que se aportaron testimonios y se asignaron responsabilidades. Curiosamente, el nombre de Santiago Carrillo no es mencionado como responsable directo de estos hechos. Con posterioridad historiadores como Ricardo de la Cierva (cuyo padre murió asesinado en Paracuellos), Ian Gibson y César Vidal han estudiado el caso con disparidad de conclusiones, pero en el caso de la responsabilidad de Carrillo van desde su completa y activa implicación en los hechos hasta el de no hacer nada para pararlo una vez tuvo conocimiento de ellos, y en su responsabilidad creo que estaba el hacerlo. Carrillo argumenta que desconocía los fusilamientos (varios testimonios refieren lo contrario), y achaca las responsabilidades a grupos de incontrolados, a agentes soviéticos y a Serrano Poncela en el contexto de una ciudad a punto de ser tomada por el enemigo.

Carrillo desempeñó un papel crucial en la transición española como Secretario General de PCE, y fue ejemplo de moderación y sensatez desde sus posiciones. Hoy, retirado de la política, es un amoroso abuelo y un ameno contertulio. No estoy yo interesado en hacerlo pero ¿cómo habríamos de juzgarlo? Ningún comienzo es determinante, pero tampoco ningún fin justifica todos los medios.

Referencia: http://es.wikipedia.org/wiki/Matanzas_de_Paracuellos

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