domingo, 31 de mayo de 2009

> A martillazos

Quizá fuera un pobre hombre o una mala persona, un perturbado o un ingenuo. En vez de arrancarle el bolso a una anciana o la cartera a un adolescente, este hombre entra en un local de máquinas recreativas con una navaja en la mano. Lo que se encuentra no es lo que esperaba. No hay dinero fácil ni clientes dóciles, y él no sabe qué hacer en estos casos en que todo se tuerce. Está atrapado, los jugadores se le echan encima (¿qué mejor juego que una cacería?). Él podría hacerles frente porque tiene el nombre de atracador en una chapa prendida en la camisa y una navaja, pero no sabe cómo (quizá fuera un pobre hombre o una mala persona, un perturbado o un ingenuo).

Sale huyendo. Los clientes dejan las combinaciones de cerezas y la musiquita dulzona de las máquinas e inician la persecución del conejo. Nadie llama a la policía. Hay que dar un escarmiento. Corren por las calles de este barrio de Málaga sin encanto, donde todo son bloques de pisos, donde hay pocas distracciones. La persecución continúa, el atracador busca el mar. Se unen a la caza otros aspirantes a probos ciudadanos.

Nuestro hombre, agotado por la carrera, decide hacerles frente. A fin de cuentas él tiene una navaja y una chapa prendida en la camisa que dice ‘atracador’. Pero los perseguidores son más, y vienen jaleados por el vecindario (no saben qué ha pasado, pero seguro que se lo merece). Los perseguidores tienen martillos, y los usan. Otros cogen piedras, y las lanzan. Hay muchos ciudadanos que han visto la escena, y a uno se le ocurre llamar a la policía.

La partida ha terminado. Los ciudadanos, aliviados de la tensión, se van a sus casas. El atracador está en el suelo, muerto a martillazos, en la calle Pacífico.


Referencia: http://www.elpais.com/articulo/espana/hombre/muere/apedreado/Malaga/800/metros/negocio/intento/atracar/elpepuesp/20090528elpepunac_17/Tes

viernes, 29 de mayo de 2009

> Pan et circenses

El pasado miércoles el Barcelona derrotó al Manchester en Roma. No soy aficionado al fútbol, por lo que no sé qué copa, recopa, liga, torneo o champion ha ganado: perdón. Lo que sí sé es que el Ayuntamiento de Barcelona ha instalado varias pantallas gigantes en lugares públicos para que la ciudadanía vea el partido. Miles de seguidores se han desplazado a Roma (incluidos el Rey, el Presidente del Gobierno, el Presidente catalán, parlamentarios, senadores…). En el campo donde vivo se han escuchado cohetes y caravanas de coches haciendo sonar el claxon. En muchos trabajos han cerrado antes para que los empleados puedan ver el encuentro. Todas las portadas de los periódicos y las noticias hablan de lo mismo largo y tendido (antes que de Corea, más importante que la gripe, mejor que los brotes verdes).

Las encuestas de la radio y las respuestas de los políticos hablaban sólo del resultado (2-1, 0-1), nadie ha hablado de ver un buen partido, con buenas jugadas: sólo interesaba la victoria, una eyaculación precoz (un amigo me decía que se llenarían los prostíbulos). Después del encuentro, ya relajados y con el pitillo en la boca, los creadores de opinión hablaban de la técnica, de los pases, de la justicia y de la belleza.

Espero que los aficionados a este deporte entiendan que tales excesos provoquen no ya indiferencia, sino hastío beligerante a los que no nos gusta ese negocio inflacionario.

Pero lo que quería hacer era una pregunta. ¿Tiene alguna justificación racional este gasto de energía ante un acontecimiento que a la mayoría no nos proporciona ningún beneficio directo (aparte el orgullo tribal)? Entiendo que Guardiola o Messi estén muy contentos por las primas que cobrarán pero, ¿qué nos va a nosotros? Si esto es por un partido de fútbol, ¿qué no habría que hacer en unas elecciones políticas donde nos jugamos bastante más, aunque no lo parezca? Lástima que a estos sentimientos no se sepa sacarles otro provecho que bañarse en la fontana de Trevi. Mañana no ganará otra vez el Barcelona.

Una victoria deportiva tiene más de victoria que de deportiva. Nos hace ser partícipes de algo grande (quizá haya botín), porque somos más que los otros. La política nos hace mamporreros de lo cotidiano, del precio del pan, por ejemplo.

miércoles, 27 de mayo de 2009

> Musas que planchan

Muchos hombres no buscan una mujer, sino un catálogo de servicios. Los escritores no son distintos del resto de los mortales, pero se les puede presuponer erróneamente una altura de la que algunos carecen.

Ellos estaban cocinando su obra, ensimismados en la forma y la metáfora, pero en la habitación de al lado su mujer les cocinaba los potajes y les lavaba la ropa. La obra de muchos de ellos languideció fría en el escritorio, y la vida de su autor no cambió de pasante en un Ministerio. A otros sin embargo les sonrió la Fortuna en su candidatura a diputado en la República de las Letras, y cuando sintieron el olor del catering puede que le supieran a poco los potajes de su esposa y prefirieran conversaciones galantes y pechos más erguidos y sonrisas cómplices.

No soy un moralista, por lo que esto no es una crítica a algunos escritores que no citaré. Pensaba de algunos que son desagradecidos, pero quién es uno para censurar asuntos privados. La vida conforme la vemos más escasa nos parece más preciada de ser vivida con arreglo a nuestras propias normas y gustos, sin pararnos ante criterios quizá morales. Quien puede y quiere, y esto es humano, muy humano.

A algunos escritores sí citaré como ejemplo de lo contrario: Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti o Miguel Delibes. Y esto es humano, muy humano.

lunes, 25 de mayo de 2009

< Con palabras: Vicente

¿Qué hacen todas esas personas mirando en la misma dirección y a la vez? No están ahí porque les interese el espectáculo (hay muchos a quienes les interesa y están ausentes), sino porque han comprado una entrada y ciertas obligaciones, aunque no lo sepan.

Les han obligado a estar a una hora en punto en un lugar. Algunos pasan calor porque están en el tendido de sol, todos están incómodos porque las gradas son de cemento o el espectáculo está lejos. Pero nadie que haya pagado su entrada dejará de ir a ver los delfines. Si no pasan por delante de los canguros o los lobos siberianos, no pasará nada (nadie les dirá qué pena). Pero a los delfines no se puede faltar porque es a donde van todos, y cuando se acerca la hora de inicio del espectáculo y uno ve que las familias aceleran el paso en una dirección, no puede refrenar el impulso de seguirlos, aunque no sepa a dónde van (pero seguro que merece la pena). Es como no mirar cuando alguien señala algo con el dedo.

Seguro que uno no se equivoca si está donde están todos, ver lo que todos ven, poder comentar al día siguiente lo que todos han visto (nadie habla de los canguros o los lobos siberianos).

Cuánta gente, toda sincronizada. El espectáculo no está en la piscina, sino en las gradas.




Delfinario del Zoológico de Madrid

sábado, 23 de mayo de 2009

> El medio para el mensaje

Mi suegra me fastidió haciéndome notar que yo cada vez usaba más el adverbio ‘antes’: antes escuchaba ópera, antes viajaba, antes leía.

El equipo de música que me compré con mi primer sueldo me contempla desde un rincón, como el arpa. Sólo escucho la radio en el coche y los emepetrés en el ordenador, o en el móvil las noches de dispepsia. Este formato de música no es apropiado para una ópera, si acaso para sólo un aria. Estos ficheros van a lo concreto, un tema, y hay que pasar al siguiente. No admiten un desarrollo. Es como leer una página web: tiene que ser un texto corto y captar tu atención, tiene que ser variado. Por eso usted tiene tanto mérito leyendo esto. Antes, sin embargo, escuchaba mucha ópera, género que descubrí tarde pero a tiempo en mi vida. Ahí están los cedés llenos de polvo.

Los viajes que hacía y que me ilusionaba tanto preparar, ya no los hago. Mi mujer sólo los haría por satisfacerme, y estaríamos discutiendo todo el rato. Los niños, además, me hacen más sedentario y temeroso. Por suerte para mi memoria, antes pude ir a algunos sitios interesantes, y quizá algún día vaya a otros como un viejito viajero y extravagante.

Siempre he sido de mucho leer, y aunque va por rachas, creo que la tendencia es bajista, como diría un economista. Paso mucho tiempo con el ordenador, y no me gusta leer libros en pantalla, por lo que el último reducto pasó a la cama unas cuantas horas antes de dormir. Pero ahora tenemos televisión en el cuarto, y los erizos buscan compañía con el frío. Antes recuerdo los veranos leyendo a todas horas, o la ilusión de pasar por el escaparate de la librería Boix para ver la colección Austral con sus tapas de distintos colores (ahorraba durante semanas para comprarme uno).

Las suegras no descansan, ni antes ni ahora.

jueves, 21 de mayo de 2009

> Parque Warner Bros.

Tengo mala conciencia al reconocer que he transigido en ir al Parque Warner de Madrid, pero ¡qué sacrificios no hace uno por sus hijos!

Aunque nací en África mi temperamento es muy calvinista, por lo que me llamó la atención la organización del lugar para sacar el máximo dinero posible a la mayor cantidad de gente. Las entradas no son baratas, pero tampoco tan exorbitantes como para ser disuasorias; además atrae la idea de que pagas una vez y disfrutas de todo en el interior: craso error. Pagas una vez y otra y otra, porque no deberías pasar por un rata con tu hijo delante (los señores Warner lo saben).

Es cierto que las atracciones están incluidas en el precio de la entrada. Pero si te quieres subir a las barcas y no pillar una pulmonía tienes que comprar un impermeable (un trozo de tela plástica con un agujero). Si te quieres hacer una foto en la casa de Piolín (o de Bugs Bunny o de Silvestre) tienes que pagar. En el Simulador de Batman, lo primero que te enseñan es un anuncio de Ono. Cuando finaliza una atracción relacionada con un personaje, la salida casualmente atraviesa la tienda de recuerdos de ese personaje…

Et alii: el aparcamiento es obligatorio y de pago. No se puede entrar comida ni bebida, por lo que un público cautivo es presa fácil de los comederos de cartón piedra que se encuentra uno en cada esquina: hay muchas atracciones cerradas, pero ni una sola tienda de recuerdos ni un restaurante pierden la ocasión de sacarte unos cuartos.

Quien no puede llegar a asumir todos estos gastos recurre a meter ilícitamente unos bocadillos y unos botellines de agua, o le pone unas anteojeras a su hijo para que no se fije en las tiendas. Pero según vayamos subiendo por la escala del poder adquisitivo de cada uno se va relajando la vigilancia y aumentando el gasto a cada paso.

Es lo que los economistas llaman ‘segmentación del mercado’: cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades.

martes, 19 de mayo de 2009

> Reseña: “Camella”, de Marc Durin-Valois

Hay libros que los disfrutas porque están bien escritos, otros porque la historia que cuentan tiene algo que ver contigo, o porque no puedes dejar la aventura que narran para otro día. También hay libros que uno no disfruta exactamente, pero que se leen porque hay que hacerlo y punto.

El libro que aquí comento, sin embargo, inauguró para mí una nueva categoría con un solo miembro. El libro no está especialmente bien escrito, la historia nada tiene que ver conmigo ni su aventura te anima a continuarlo la misma noche que lo empiezas. Tampoco es un libro que haya que leer. De hecho, no es un libro agradable de leer.

Cuenta la historia de dos familias que se ven obligadas a dejar su poblado por la sequía. Viven en un país africano donde la guerra, la arbitrariedad y la suerte guían los días, y tienen que escoger entre dos rutas para llegar a su destino. A lo peor lo empecé una temporada en la que estaba muy sensible, puede ser. A lo peor tampoco soy un lector para ese libro, es posible. Pero recuerdo su lectura como un continuo desasosiego que no podía dejar ni quería continuar. Es un libro brevísimo, pero tardé varios días porque las dosis diarias no podían ser mayores.

Todo el libro es la descripción de una elección con una conclusión en la última página. Pero es mejor no tomar ningún atajo.

domingo, 17 de mayo de 2009

> Achtung: ‘proceso’

Hace unos días hablaba con una amiga que defendía el ‘proceso’ en educación. El proyecto Bolonia era un ‘proceso’ para lograr la excelencia tanto aquí como en Alemania. Las llamadas ‘escuelas bilingües’ en Andalucía eran un ‘proceso de bilingüismo’.

Cuando se declaran ‘escuelas bilingües’ el presidente de la Junta de Andalucía declara que ya son 9.999 escuelas bilingües en la comunidad, pero en realidad lo que son es un ‘proceso’ de versiones de bilingüismo: la 1.0 que apenas es nada, la 1.1 que corrige fallos pero no aporta novedades, la 1.2… Cuando el Liceo Francés o el British Council deciden abrir un centro bilingüe, lo abren y es bilingüe. Pero eso cuesta dinero, personal y criterio que las administraciones públicas no aportan, así que inician un ‘proceso’ para cubrir sin cubrir una demanda social.

En fin, a mi me da que los niños seguirán saliendo con un nivel de inglés que no justifica el bombo ni el dinero invertido, aunque los padres se sentirán responsables de haber podido ingresar a su retoño en un colegio público bilingüe y en agradecimiento pueden haber considerado seguir votando al partido que lo ha hecho posible.

Hay cosas peores. Está el llamado ‘proceso de paz’ (peace process), referido al conflicto israelí. En honor a la honestidad debería llamarse ‘proceso de guerra’, porque hasta ahora es lo que hemos visto, y no la paz, y no se atisban medidas de una voluntad real de poner fin al conflicto.

En España tuvimos también nuestro ‘proceso de paz’ con ETA, que acabó con un aparcamiento del aeropuerto de Barajas volando por los aires.

Ahora todo es una nube 2.0, una mejora continua, un proceso con un fin paradisíaco. Todo tiene un nombre bonito que nos deja tranquilos, una justificación en que todo es un continuo y requiere tiempo y mejoras, pero que al final habrá una playa y una isla.

Pero al final, no nos impacientemos.

viernes, 15 de mayo de 2009

< Con palabras: Por causas operativas


Antes viajaba mucho en avión, todas las semanas. Estuve así años, perdiendo las tardes de viernes y domingos en anodinos aeropuertos, sin nada que hacer salvo mirar los monitores de salidas.

Muchas veces los aviones se retrasaban, a veces unos minutos, otras varias horas. Por los altavoces nunca daban una explicación cabal del retraso, sino que tal vuelo se demoraba “por causas operativas”. Siempre, sin excepción, durante años. Al hastío de la espera se sumaba la certidumbre de la burla, pero no hay que atribuirles maldad donde sólo hay dejadez y costumbre.

Hace unos días, una biblioteca pública cerró porque la bibliotecaria se había puesto enferma. El ayuntamiento no envió ningún sustituto ni mandó a la policía local a colocar una nota en la puerta: era sólo una biblioteca pública. Los lectores llegaban, esperaban media hora en la puerta confiando en que sólo fuera un retraso, y se iban entre malhumorados y resignados a sus casas. No pasó nada más. Varios días más tarde pusieron este cartel, pero no hay que atribuirles maldad donde sólo hay dejadez y costumbre.



Biblioteca pública Vicente Espinel. Puerto de la Torre, Málaga

miércoles, 13 de mayo de 2009

> El soldado ultra

El pasado domingo el periódico El País publicó en portada y a cuatro columnas varios fotogramas del apuñalamiento en el metro de Madrid de un joven. El asesino era un ultra que se dirigía a una manifestación contra la inmigración. La víctima era un joven que con otros amigos se dirigía al mismo lugar para hacer una manifestación contraria.

Se nos dice que el asesino era un ‘soldado ultra’. ¿Es significativo que fuera militar? Si hubiera tenido otra profesión, ¿se hubiera escrito ‘arquitecto ultra’, o ‘funcionario ultra’ o ‘parado ultra’? ¿Por qué sí ‘soldado’?

La agresión ocurrió en 2007. Sin embargo ahora ocupa la portada dominical del diario de mayor difusión en España. El crimen, con ser repugnante, no alcanza para merecer la categoría que le asigna el periódico. ¿Por qué ese tratamiento entonces dos años después de los hechos? Porque ahora hay imágenes impactantes.

Estos últimos días leo cierto debate a propósito del lanzamiento en EE.UU. del nuevo soporte electrónico Kindle DX, que unido al cierre de centenares de periódicos en todo el mundo y las pérdidas en muchos de los restantes, parece anunciar el fin/inicio de algo.

Los periódicos se han querido apuntar a las relucientes nuevas tecnologías con sus ediciones digitales, y no han hecho más que cavar su propia tumba. Ahora eso es lo que mucha gente espera encontrar en un periódico (vídeos impactantes, gráficos interactivos, encuestas, sonidos) y un periódico como los actuales es la peor forma de servirla.

En el mismo periódico al que me he referido más arriba hay un artículo de Moisés Naím. Si compraron el periódico seguro que lo han leído. Por si no lo compraron, se llama “Sexo, George Clooney y Berlusconi”, pero no habla del actor, ni del político, ni de sexo, y explica el triste porqué. Yo lo leí.

Para otro día: ¿merece la pena esa nueva información?, ¿hay otra?

lunes, 11 de mayo de 2009

> Sarkozy

Es un lugar común de la izquierda decir que Sarkozy es de derechas, y de la derecha mirar hacia otro lado porque le hace el trabajo. A mí el caso es que me cae bien.

Me cae bien, digo, porque Sarkozy parece decir lo que quiere, lo que hoy en día no es poco mérito. Seguro que lo que quiere está bien calculado para el rédito electoral, pero eso es otra cosa. Alguna vez se encara con alguien que le increpa o tiene alguna salida de tono, pero eso lo hace aún más creíble (seguro que también está calculado).

La diferencia con otros (¿otros?) líderes europeos es notoria. Angela Merkel es callada e introspectiva, Gordon Brown prefiere que no hablen de él, Berlusconi está enfrascado con su circo de Mamachichos, y Zapatero.

Los otros días, en el discurso en el Congreso de los Diputados, habló largo rato sin apenas leer, y además parecía creíble y honesto, y algunos dicen que vieron cómo una lengua de fuego sobrevolaba su cabeza.

Hace lo que quiere, y en plena presidencia se separa de su mujer y se casa con una italiana a la que media Europa ha visto desnuda, pero que parece, y acaso sea, discreta y elegante cuando conviene al cargo.

En una Europa descafeinada, un hiperactivo Sarkozy destaca y atrae porque parece lo que imaginamos ser cuando la mirada se nos pierde y no nos damos cuenta que estamos en el vagón del metro.

sábado, 9 de mayo de 2009

> En neolengua: gripe A

Se empezó llamando como quisieron sus padres, ‘gripe porcina’, pero una de las primeras cosas que hizo la OMS fue cambiarle el nombre por las protestas de la industria cárnica.

He visto varias comparecencias de altos cargos de la OMS estos últimos días. La mayoría son desde la sede central en Ginebra, y el portavoz es un hombre o una mujer de mediana edad, bien trajeado, con voz anodina y que utiliza el inglés como segunda lengua. Ignoro su valía médica u organizativa, pero desde luego nunca decían nada que tuviera algo de concreción. Siempre era demasiado pronto para afirmar algo o necesitaban más datos para acotar el vacío de sus palabras. No estaban a favor de impedir los vuelos procedentes de México pero tampoco estaban en contra para no ofender a Francia; les parecía bien que el presidente mexicano recomendara a sus conciudadanos que se quedaran unos días en casa pero parecían incómodos con la simpleza de la medida y enseguida aludían a sus modelos matemáticos.

A la hora de satisfacer a la industria cárnica y de insatisfacer al buen gusto, no pensaron mucho, o precisamente por pensar mucho, dieron con un nombre aséptico, reluciente, que no comprometía a nada ni podía ofender a nadie: ‘gripe A’.

Pero de la misma forma que el paso del nivel 4 al 5 no tranquiliza, ni el vaticinio de que el virus afectará al 40% de la población europea (aunque sea leve), la letra adjetiva que acompaña a ‘gripe’ hace pensar que está escogido con vistas al futuro y a una higienizada economía de escala: ¿habrá ‘gripe G’? ¿y ‘gripe A6’?

Parece que la OMS quiere que esto sea el inicio de una larga amistad, aunque con un poquito de suerte los telediarios antes encontraran otro apocalipsis en otra esquina.

jueves, 7 de mayo de 2009

> Qué buenos siervos si tuvieran buen señor

Leo en la prensa los comentarios acertadísimos del periódico L’Avvenire, dependiente de los obispos italianos, sobre Berlusconi. Hasta ahora parece que miraban a otro lado cuando éste decía o hacía alguna tontería, porque favorecía sus intereses. Y seguro que es casualidad, pero cuando la mujer del primer ministro italiano, Veronica Lario, ha dicho que se divorcia, los obispos han desenterrado el sentido crítico con el poder. Lo de los gitanos, las mamachicho, los sobornos… todo eso es disculpable, pero ¿el divorcio?

Hablan de “tanta basura” y de “la política y el espectáculo, en un abrazo mortífero”, en referencia a incluir mujeres guapas, por el hecho de serlo, en las listas a las elecciones europeas. Esto ya lo habían dicho otros antes que ellos, pero en sus labios parece que el problema es serio.

Más vale tarde que nunca. La oposición viste solideo.


Referencia: http://www.elpais.com/articulo/internacional/obispos/atacan/Berlusconi/denuncian/abrazo/mortifero/politica/espectaculo/elpepuint/20090505elpepuint_9/Tes

martes, 5 de mayo de 2009

> Segundo intento

Los del PP parecen tener un interés personal en el ejercicio del poder.

Los del PSOE parecen carecer de interés tanto personal como público.

Los de IU*.* carecen.

Los de UPyD sólo tienen a Rosa (omito el apellido por el posado de El Mundo).

Los de Ciudadanos tienen lo que dijo el profesor Espada.


¿Qué hacer? ¿Alguna sugerencia para no ser un mal ciudadano? Por favor, no quiero meterles prisa, pero para antes del 7 de junio.

domingo, 3 de mayo de 2009

< Con palabras: Comunicación


Pintaron la fachada y al poco la chiquillería del barrio había dejado aquí sus trazos. El primero manchó, pero el centésimo…Todo está revuelto, confuso, sólo descifrable por sus autores, que dirán: mira, ahí estoy yo. En los barrios ricos no pasan estas cosas, salvo cuando los hijos imitan a los pobres y se bajan los pantalones a medio culo y calzan playeras.

El extremo tiene un cierto atractivo. El exceso, aunque nos empacha, también nos seduce. No nos dejan indiferentes, porque nos quieren decir algo, aunque a cada cual una cosa diferente y quizá opuesta.


Barriada 25 Años de Paz. Calle Federico García Lorca, Málaga

viernes, 1 de mayo de 2009

> Día del trabajo

Tenemos la suerte de vivir en un país que no exige actos de heroísmo para reivindicar libertades o derechos. Puede que la respuesta a la reivindicación sea el silencio, la burla o el desánimo, pero no la cárcel, la amenaza o la muerte.

No siempre fue así. Tampoco en todos los países del mundo es así. Hoy se celebra el día del trabajo, y es más una jornada festiva desprovista de significado (como un lunes de Pascua) que la conmemoración consciente y sentida de la muerte de trabajadores en la fábrica McCormik de Chicago en 1886.

Arriesgar la vida por unos derechos, comprometerse, son actos que en estos tiempos de El Bigotes nos suenan (si es que nos suenan a algo) a ingenuidades de adolescente o a estériles esfuerzos. Sin embargo gracias a esas miles de personas que se jugaron lo único que tenían hoy una gran cantidad de ciudadanos podemos arrellanarnos en el sofá delante de la televisión para criticar a Belén Esteban o irnos al Museo del Prado a contemplar “El jardín de las delicias” de El Bosco. La elección es nuestra (a grandes rasgos).

No quisiera que volvieran esos tiempos, pero sí echo en falta (¡ay, será la edad!) la pasión y los ideales que animaban aquella lucha, ahora tan lejos de nuestras vidas.

Los tiempos en algunos sitios cambian las cosas, y aquí las pasiones (salvo las bajas) están en retroceso.