jueves, 24 de julio de 2014

> Portugal menos Lisboa

Vengo de pasar unos días en una casa de alquiler en el centro de Portugal. Vale que han sido sólo unos días, vale que no vivo allí, vale que los visitantes siempre otorgan una ventaja al lugar elegido salvo que las cosas les vayan muy mal...: sí, pero hay diferencia.

Lo ordenado y limpio que está todo. Los contenedores de reciclaje por todas partes, nada de graffiti, y las casas recién pintadas con jardines cuidados. Las carreteras y lugares públicos bien mantenidos. La profesionalidad (el cajero del Lidl, la conductora de autobús, el funcionario público...). Y el sentimiento de que todos construyen algo en común (hasta el Partido Comunista habla de 'la patria').

En España nos consolamos de las comparaciones con Francia mirando a Portugal. Deberíamos aprender y no mirarles por encima del hombro; allí, sobre todo, no he visto ropas de nuevos ricos ni extensas plantaciones de autosuficiencia hasta donde se pierde la vista.

sábado, 12 de julio de 2014

> Aún hay esperanza: LR44

Buscaba un nosequé en una caja olvidada y encontré un podómetro que no usaba desde hacía... veinte años.

Contra todo pronóstico, aún tenía una pila que alentaba su alma, funcionaba. Contra todo prejuicio, a los pesimistas nos alegran especialmente las buenas noticias, los felices encuentros insospechados. Me alegró la mañana.

Veo en televisión a Pablo Iglesias en una tertulia en el Ritz. Tengo un saco de reservas sobre 'Podemos', pero cuando pensaba que todo estaba perdido surgieron estos cinco eurodiputados de los que no paran de hablar en la 'TDT Party': ¡con sólo cinco diputados!

Quizá sea una semilla, un aldabonazo. Pero a los pesimistas sólo los hechos nos alegran una mañana, no las esperanzas, y eso requiere tiempo.