domingo, 31 de julio de 2011

> Twitter

Aunque de principio parece incomprensible, al poco le encuentras todo su sentido.

¿Quién querría estar interesado en un sistema de mensajería que constriñe tu expresión a 140 caracteres? Pues casi todo el mundo: los que no tienen nada que decir, porque tienen la excusa perfecta; los que tienen algo que decir y quieren decirlo, porque igual no les merece la pena invertir más en la expresión. Es muy cansado eso de tener ideas largas y desarrollarlas. Lo largo, lo complejo (léase el esfuerzo) se lleva mal con estos tiempos.

Además, compartir espacio en igualdad los que saben y los que no, tiene un atractivo al que no se puede sustraer ningún ego, si uno no considera que en el mundo Twitter las opciones son seguir a alguien o ser seguido por alguien (pero esto es lo de menos).

¡Ay, ese Twitter que une a David Bisbal con Reverte, a Ana Pastor con lavadoras Whirlpool!

martes, 26 de julio de 2011

> Pisa en el Aljarafe sevillano

La mayoría de nosotros vivimos en un entorno homogéneo hecho a nuestra imagen, y en raras ocasiones la vida nos pone en contacto con personas de otros mundos. Hay algunos trabajos, sin embargo, que por su propia naturaleza te muestran un amplio ejemplo de tipos sociales ajenos a los que uno frecuenta.

Uno de esos trabajos es la atención al público en una oficina de expedición de DNI: todo el mundo pasa por ahí. El desapacible azar me ha acercado a un pueblo en los alrededores de Sevilla. Mientras esperaba, el funcionario atendió en diferentes momentos a tres ciudadanos de unos veinte años calzados con Nike, piercing, tatuaje y camiseta de la selección nacional de fútbol… que no sabían escribir. No que tuvieran faltas de ortografía o rellenasen la casilla equivocada. No. Nada de ancianos jornaleros que no aprendieron lo básico por las penurias de la posguerra. Simplemente no entendían el simple formulario oficial ni mucho menos sabían cumplimentarlo.

Me dijo luego el funcionario que lo peor es que no les daba vergüenza reconocerlo, sino al contrario. Y más, que tenían el título de graduado escolar. Siempre son varones, y para suplir su ignorancia (que ellos valoran como signo de hombría suma) se hacen acompañar por la novia o por su madre para que les haga ‘los papeles’ mientras ellos responden con guturales monosílabos al funcionario.

Las invariantes de la Andalucía profunda con el envoltorio de una Nintendo.

martes, 19 de julio de 2011

> Dos mundos

Cuando Daniel Barenboim visita Sevilla y declara desde el teatro de la Maestranza, a las orillas del Guadalquivir y enfrente de la Torre del Oro, que es una ciudad maravillosa y que sus calles huelen a azahar en primavera, no miente. Cuando Francisco Díaz escupe al suelo junto a los contenedores de basura en el barrio de las Tres mil viviendas, y le dice a su hijo que se suba a casa, que él se va a beber unas cañas al bar, tampoco miente. No hay una Sevilla, ni un París ni un Teruel, pongamos por caso. Hay tantas Barcelonas como habitantes y visitantes, y a veces más.

Paso una temporada en Sevilla, en un piso de un barrio de clase media baja. Hay tiendas, luz eléctrica en las calles e incluso un parque público cercano. Hace años estuve trabajando en esta misma ciudad, en el barrio de Los Remedios. También había tiendas, luz eléctrica y un parque público, pero no eran iguales. Cuando llegaba a casa por las noches veía sacar la basura a los porteros o a los propios inquilinos con chaqueta o vestido largo. Ahora veo que los que sacan la basura en mi barrio van con pantalones cortos y están tatuados con feroces dibujos de dragones y caracteres chinos. Los bares tienen muchos barrotes y las sillas siempre son de plástico rojo de ‘Beba Coca-Cola’. Los dos barrios han cambiado algo, pero siguen siendo mundos distintos en la misma ciudad. No en todo Sevilla huele a azahar, o al menos no de la misma forma.

martes, 12 de julio de 2011

> Perritos calientes

Cuando era niño no conocía esos perros diminutos que ahora se estilan tanto. Bien es cierto que me crié en una ciudad adusta, pero con una burguesía muy dada a las ridiculeces, lo que podría haber hecho esperar que alguna solterona excéntrica, algún niño mimado o algún coronel caprichoso lucieran los tales chuchos en sus paseos dominicales a la salida de misa de una.

Desde hace unos años, muchos para mi gusto, los veo por todas partes (a los perros, digo). Los veo en barrios bien y en barrios obreros (¿existen aún obreros?); se les ve incluso holgando por las mañanas en amplios BMW en las puertas basculantes de las naves de los polígonos industriales.

Primero proliferaron los pequineses, pero eran grandes y diáfanamente malhumorados para su función. Luego llegaron los yorkshire, y los chihuahuas para completar el elenco. El mérito del primero es su pretendido abolengo inglés y su representación en el cuadro de Van Eyck; el segundo, su desvalimiento plebeyo. Sus dueños les visten como si fueran colegiales el primer día de clase, les compran sus comidas favoritas (la sección de animales de compañía de cualquier supermercado supera ya a la de droguería) y les cogen en brazos y arrullan como si fueran bebés recién nacidos. Les hablan, y agradecen y entienden sus respuestas.

¿A qué obedece esta costumbre, si es que tiene algún sentido trascendente? Me recuerdan a niños malcriados. ¿Los perros?

martes, 5 de julio de 2011

> Banderas al viento

Andalucía no es una nacionalidad histórica. La mayoría de los andaluces se sienten más españoles que andaluces. O dicho más claramente: creo que a los andaluces les importa bien poco la bandera, la Junta (salvo si le da de comer), las Cinco Llagas y Blas Infante. Esto es algo que no se debe decir, claro, porque queda feo: parece un demérito para los andaluces, ¡como si los sentimientos fueran objetivables!

Sin embargo vean este vídeo. ¿Se imaginan algo parecido en el País Vasco o Cataluña? , ¿y en Francia, EE.UU., China o Colombia? Yo no, y eso que algo he viajado. A veces se puede encontrar un ejemplo así con la bandera de España, pero ya se sabe que una de las herencias del franquismo fue dejarnos una bandera que no nos gusta lucir mucho porque se ha convertido en la de unos por abandono de los otros.

La imagen la he tomado del parque Amate, en Sevilla. No es producto de un huracán que soplara ayer, sino de una desidia de meses a la que nadie pone remedio porque a nadie le importa un comino.

sábado, 2 de julio de 2011

> Eso nunca pasará aquí

Es lugar común que casi todo lo que sucede en EE.UU. más tarde o más temprano llega a Europa y, en especial, a España. Los pesimistas pensamos, además, que lo que se copia aquí es lo chabacano y no lo que hace a aquel país un gran país en algunas cosas.

Párense a leer este artículo publicado en la edición digital de El País. Sí, yo no digo que no sea censura, pero ¡qué maravilla!, ¡qué autocontrol de los medios!, ¡qué influencia de las audiencias y los anunciantes! Lean el último párrafo con las penas impuestas a contritos y arrepentidos comentaristas: ¡parecen colegiales!

Imaginen por un momento que esos procedimientos se implantaran en España. Al cabo de un mes volvería la carta de ajuste para llenar horas y horas de programación y apenas sólo veríamos los documentales de la 2 y el Teletienda. Los GEO asaltarían a sangre y fuego los estudios de Intereconomía o de Telecinco, arderían los platós de Veo y decenas de Sostres colgarían de las farolas de las ciudades.