martes, 24 de julio de 2007

> Los Núñez IV

En verano en Los Núñez hace mucho, muchísimo calor. Los días de terrá (un viento cálido del norte) ni cantan las chicharras, y el resto del tiempo todo el mundo permanece en casa salvo a primera hora de la mañana o cuando el sol ya empieza a caer. A esa hora cada vecino sale a la entrada de su casa y charla animadamente con los amigos (a menudo a gritos), riega la parcela o sale a la puerta de su casa a mirar si no tiene ninguna de las otras dos cosas.

viernes, 13 de julio de 2007

> Los Núñez III

Aparte la que está en construcción en lo más alto de Los Núñez, hay otras casas sobre las que hablar. Por ejemplo, a media altura hay una casa espléndida, de planta semicircular, con unas vistas estupendas, de la que todos los vecinos recelan, y no sin razón: cuando construían el muro de contención de la casa de más arriba, trajeron enormes piedras de Ronda, auténticos megalitos, y al colocar una de ellas el terreno cedió y una gran piedra de varias toneladas rodó ladera abajo hasta empotrarse en la parte posterior de la casa, abrirse paso a través del muro y colarse en el salón. Por aquella época la casa estaba vacía y en venta, y no hubo que lamentar males mayores; en cualquier caso, viendo la situación de la casa y del muro, y considerando la ley de la gravedad, no hay muchos argumentos para ser optimista. Es cuestión de tiempo.

jueves, 12 de julio de 2007

> Los Núñez II

Los Núñez se extiende (es un decir) por las faldas de la sierra en la que está Almogía, a unos 9 kilómetros.

Son casas unifamiliares, algunas modernas y otras tradicionales, y todas diferentes; la mayor parte son pequeñas, pero en otras sus dueños las han ampliado con intención de convertirlas en chalés. Las casas más recientes recrean el arquetipo de construcción andaluza de clase alta, que no es precisamente el habitual por esta zona de la provincia. Lo corriente eran las casas de una sola planta con teja plana, pequeñas y con poca división interior. Por el precio del terreno y el poco espacio disponible para construir según la normativa, las construcciones ahora se van esquinando, comiendo terreno a las colinas y ganando altura. Por suerte todavía no han aparecido los chalés adosados, aunque por desgracia esto cambiará dentro de muy poco gracias a la preocupación de nuestro alcalde por el desarrollo (pero que no se vea desde su casa).

Las casas tienen orientación sur, y aunque tradicionalmente estaban encaladas, cada vez más saltan a las fachadas los tonos ocres y pastel. En algunas han aparecido las balaustradas prefabricadas de hormigón; aunque por ahora, que yo sepa, nadie ha puesto una piscina aparte las de quita-y-pon que venden en los centros comerciales. Todavía en varias se pueden rastrear sus orígenes de secaderos de pasa o de habitaciones de aparceros; son justamente estas casas las que compran e intentan conservar los recién llegados a Los Núñez, porque estas casas y sus parcelas ni pueden comprarlas los vecinos ni creo que, puestos a elegir, no prefieran echarlas abajo y construirlas de nuevo.

miércoles, 11 de julio de 2007

> Los Núñez I

Vivo en la provincia de Málaga, en el municipio de Almogía, que es de los más escasos y poco poblados de la provincia, en la barriada de Los Núñez, una mínima parte del municipio, sin ninguna relevancia y sumida en el olvido de sus propios vecinos.

No los he contado, pero no creo que seamos más de 150 vecinos, unos 200 perros, 30 caballos y cuatro docenas de huevos frescos diarios. Lo que sí hay y alivia otros recuentos son algarrobos, que dan un poco de sombra cálida y algo de verde en verano cuando cantan las chicharras.

Hay asfaltados algunos caminos que hasta no hace mucho se embarraban cuando llovía, un bar regentado a ratos, y una escuela de primaria. No hay tienda alguna de nada, y la más cercana es el colmado de Manolo, que está al otro lado del río, a unos tres kilómetros, ya en el municipio de Málaga.

Hace cosa de un año se instalaron dos viveros, y parece que van a más. Sin embargo, a mí se me antoja que tiene que haber gato encerrado, porque nunca jamás vi a nadie comprar ni una brizna de hierba en ninguno de ellos, y eso que tienen un horario de apertura germánico por lo exacto y griego por lo generoso. También hay algunos picaderos de caballos (puede que sea una redundancia) pero sin vocación comercial alguna, más bien de los que se usan para pasear a los sobrinos y sorprender a los cuñados los fines de semana.