sábado, 14 de marzo de 2009

> ¿A quién votar?

Dentro de poco habrá que votar en las elecciones europeas, aunque éstas no son como para movilizar los sentimientos de (casi) nadie.

Siempre he pensado que ejercer el derecho a voto es imprescindible para ser considerado un ciudadano y no un súbdito por decisión propia. Ahora, sin embargo, me encuentro ante un problema de difícil resolución, porque los partidos que se presentan son limitados en número pero ilimitados en incompetencia.

No puedo votar al PSOE porque creo que en los últimos tiempos está haciendo más tonterías de las necesarias y de las que estábamos acostumbrados a leer en los periódicos. El presidente Zapatero creo que tiene la mejor de las intenciones, pero no llega. De esto he hablado aquí, aquí y aquí.

Tampoco puedo votar al PP, porque aunque Rajoy me cae instintivamente bien, la sonrisa de Camps me rechina, el verbo de Aguirre me preocupa y el traje de Trillo me aterra. Y hasta aquí puedo escribir.

También Izquierda Unida me cae simpática, pero se me hace difícil confiar en un partido que no sé dónde está y que cada vez tiene un nombre más largo para aglutinar a todos los que no están en ningún sitio.

Hace tiempo creí que UPyD, que todo el mundo conoce como ‘el partido de Rosa Díez’, podría ser una muy buena opción, sobre todo cuando la vi acompañada en ese viaje de personas a las que aprecio como Fernando Savater o Álvaro Pombo. El problema es que no es un partido, sino una extensión de Rosa Díez, y ese personalismo me recuerda al de Ana Rosa. Y menos aún me gusta después de verla en un ‘posado’ banal en ‘El Mundo’ o cómo actualiza su Twitter.

Pues ya me dirán ustedes qué hacer ante este panorama. Como tengo aprecio a mis pocas ideas, estoy seguro que votaré eligiendo no una buena opción, sino la menos mala. La abstención será alta, los políticos dirán que hay que reflexionar sobre la escasa participación, y pasarán otros cuatro años.

Y lo peor no será esto, sino que empezaré a disculpar a los que se quedan en casa ese día viendo la tele o haciendo una barbacoa con los amigos.

4 comentarios:

  1. Tú los empiezas a disculpar y yo a envidiar. Pero allí estaremos con una mano en la papeleta y tapándonos la nariz con la otra.
    Micro.

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  2. Sí, a veces uno los puede envidiar, pero "¡es que me han dibujado así!".

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  3. La verdad es que el razonamiento es impecable, así de real es la situación del votante "medianamente preocupado" español !!!

    ...ahora bien, creo que en "nuestro caso", el voto en blanco es lo más apropiado. Aunque reconozca su casi inútil recpercusión, no es en absoluto lo mismo que abstenerse...

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  4. Coincido en lo del voto en blanco, pero para escuchar primero tendrían que prestar atención y tener oídos, y no es ese el caso. Cuando llegue el momento intentaré buscar una alternativa menos triste.

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