domingo, 1 de marzo de 2009

> El principio de Hanlon

El señor Hanlon no ha aparecido en ninguna parte, ni siquiera firmando una pintada, pero lo que se le atribuye seguro que ya lo conocemos de una u otra forma: "Nunca le atribuya a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez".

Varios autores han escrito en los mismos términos, pero que yo sepa ninguno lo ha aplicado en beneficio propio, y bien empleado podría ser una fuente magnífica de descartes (con minúscula).

El ministro Bermejo podía haber sacado a relucir a Hanlon para explicar lo de su cacería con Garzón, pero se fue al término medio y dijo “inconveniente”. Soraya o Rosa Díez podían hacer lo propio para justificar sus posados íntimos en “El Mundo”, pero confiaron en el silencio y en el tiempo (al menos la primera, la segunda no sé si me leyó el dietario).

También lo podían haber utilizado los espías de Madrid, la ministra o el boticario. Pero todos sin excepción prefirieron quedar de malos en vez de estúpidos. Esto debe tener un significado y ser una revelación en estos tiempos de inflación de tontos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario