viernes, 10 de julio de 2009

> Porque yo lo valgo: Bibiana Aído

Hace unos días escribía sobre Carme Chacón, que en cierta forma, y no sé si a su pesar, ha creado escuela. Bibiana Aído, ministra de Igualdad, no sólo supera a su compañera de gabinete, sino que podría darle clases para subir nota.

Fue nombrada por Zapatero para un ministerio que no existía (acaso aún no exista), que no tenía ni personal propio ni dotación, y con unas competencias que cuadraban en cualquier otro ministerio menos en éste. Para un cargo así sólo podían nombrar a alguien con un currículum acorde: la directora del Instituto Andaluz del Flamenco. Ele, ele, arsa, arsa, y tiro porque me toca.

El caso es que ella debía justificar el sueldo y el cargo, y no teniendo otros activos para hacerse notar se le ocurrió aquella ‘boutade’ de ‘miembra’, que hasta en la RAE, tan comedidos, estuvieron rascándose durante semanas.

Después de aquello, en dura competencia con las empanadillas de Móstoles, le recomendaron que mantuviera un perfil bajo, y durante un par de meses apenas se la veía y nunca se la escuchaba (ni se la oía). Luego le buscaron una competencia, que era la de ‘pilotar’ la nueva ley del aborto: tuvo dos comparecencias públicas, un cameo en un programa matutino para señoras, y otra vez con el perfil bajo. Si hay que hablar de la nueva ley del aborto, sale Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad. Ahora ella sólo sale en las cabeceras de las manifestaciones en representación del gobierno.

No hay nada como los padrinos, las cuotas y las ideas brillantes para despertar a quien todavía debería estar durmiendo.

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