lunes, 6 de julio de 2009

> Otra de cacerías

Hace unos meses dimitió, caso insólito, el ministro de Justicia por una cacería. Ahora le toca el turno al director de CNI por una jornada de pesca. Aparece él tan ufano en la popa de un barco de lujo exhibiendo un pobre y enorme pez como el ministro Bermejo con gorro tirolés y loden. Un subordinado (o a lo peor él mismo con Photoshop) se dedicó a cambiarle la cara por la de un guardia civil, por aquello del qué dirán. Pero los de “El Mundo” estaban ahí y no cayeron en el despiste. Vaya espías que no confunden ni a periodistas.

Se le acusa de usar fondos públicos para disfrute personal (caza y pesca en países exóticos), de mandar subordinados a limpiar su piscina, de contratar a familiares e incluso de pincharle el teléfono a la chacha de un amigo con problemas: vicios muy hispanos. Él lo ha negado todo de principio a fin, pero ha dimitido, lo que quiere decir que es culpable porque ha hecho lo que tiene que hacer para parecerlo. Es el precio que quizá tenga que pagar para no ser juzgado si el informe que ha pedido Chacón no le es favorable (sólo el hecho de pedirlo ya resulta inculpador).

Para evitarse disgustos futuros el Gobierno ha decidido nombrar a un general para el cargo, ya que es de sobra conocido que no tiene piscina ni aficiones cinegéticas. Para el próximo hueco llamarán a un cura, que tienen placeres más baratos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario