martes, 14 de julio de 2009

> Moratinos en Malabo

Estos días pasados el ministro de Asuntos Exteriores de España ha ido a Guinea Ecuatorial a ver si puede sacar algo pero sin que parezca que apoya a un dictador como Obiang. Para disimular se ha llevado a Fraga Iribarne, que parece es muy querido allá porque propició la independencia de la antigua colonia española. Obiang, cuando lo vio en tan avanzada edad y desmejorado, le dijo que valoraba el esfuerzo que debía suponer para él el viaje ya que estaba en las últimas. Fraga torció el gesto pero no contestó a lo que desde el punto de vista africano parece que es un cumplido.

Moratinos compareció con el dictador en una rueda de prensa y se puso una bonita banda diplomática de colores como la que lucen los alcaldes italianos. Dijo que había ‘progresos’ en libertades y derechos humanos, dijo que la dirección era la adecuada, y que el presidente Zapatero visitaría el país cuando las circunstancias y la agenda lo aconsejasen. No podía decir más sin aguantarse la risa ni menos sin que Obiang le mandara a Black Beach.

Luego sacó a los empresarios y les recordó cuánto hay que hacer en un país que hace poco descubrió que tenía petróleo. Ale, yo ya he cumplido: vosotros a hacer patria. El constructor Francisco Hernando, llamado ‘El Pocero’ por los envidiosos, se le adelantó hace tiempo y está allí haciendo casas, ya que no le quieren en España (¿cómo se le ocurrió contratar a Alfredo Urdaci de relaciones públicas?).

La crisis obliga a buscar negocio debajo de las piedras, y aunque todos sabemos que Obiang es un dictador, tiene dinero, así que miremos para otro lado como miramos en Cuba, China o Arabia Saudí. Poco a poco aprendemos de Estados Unidos, que no tiene ni amigos ni enemigos, sino intereses.

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