sábado, 25 de abril de 2009

> Un artículo me manda hacer Violante… sobre Rosa Aguilar

Puedo entender perfectamente que alguien no esté a gusto en su partido, puedo entender que alguien se quiera ir, incluso puedo entender que alguien deje el partido por el que ha sido elegido y no deje el cargo que consiguió (puede argumentar cogiendo las hojas por el rábano que el partido ya no es el que era en los tiempos de elecciones).

Lo que no puedo entender es que alguien en la misma tarde se vaya de su partido (no se sentía a gusto), deje el cargo para el que fue elegida (alcaldesa de Córdoba), le deje un mensaje de voz en el móvil a su presidente Cayo Lara (ella era portavoz nacional para asuntos institucionales), y se vaya nombrada a dedo a un carguito en la Junta de Andasulía con otro partido que hasta el día anterior era el que estaba enfrente (o algo menos) para tener como jefe a un señor que ocupa el cargo porque el anterior en la poltrona después de diecinueve años (sic) en el mismo sitio ha hecho casi lo mismo que Rosa pero sin cambiar de partido. Too much for the body.

De oca a oca y tiro porque me toca. Ya sólo falta el posado en el dominical de El Mundo.

3 comentarios:

  1. Convengo en eso, pero la reacción de su propio partido es un poco hipócrita. Las expectativas de promoción de los individuos en el seno de sus respectivas familias suelen ser bastante racionales. Si eres "la que estábamos esperando", "la gran esperanza roja" "la primera reserva" y en cuanto se produce el relevo te ves preterida en favor de un advenedizo, esa reacción es previsible y tampoco es como para rasgarse las vestiduras. El problema de IU es cómo sobrellevar su objetiva irrelevancia y a la vez dar una respuesta al hambre de silla o sillón de sus santones. Siempre han sido y serán carne de cañón de las Opas hostiles del PSOE. Cayo Lara estuvo en su papel el otro día en T.U.P.P.U., pelín demagógico (o pelón o papelón) y cosechó muchos aplausos. Ahora es muy fácil ser de izquierdas y todos somos de izquierdas. Quizá acaba de ministro de trabajo de Zapatero. No subestimemos la capacidad de este partido hiper-transversal de barrer por los dos flancos. Otro alcalde siempre preterido en su formación estaría encantado de dar el salto. Pero tendría que ser un salto mucho más largo y vertical. Gracias por todo.
    Micro.

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  2. Si el problema de Rosa es su falta de promoción interna, peor estamos de lo que temía. Un partido no es una empresa, o no debería serlo.

    Creo que a partir de ahora voy a hablar de pájaros y flores, porque de política me siento cada vez más triste...

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  3. No sé si es sólo ese problema... El sistema de partidos empieza a resquebrajarse, tengo la sensación.
    Micro.

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