viernes, 17 de abril de 2009

> He hecho limpieza

A dónde irán a parar todos esos recuerdos que atesoramos en la vida, los libros, los álbumes de fotos, los diplomas, los dibujos que hicimos en nuestra infancia. Todas estas cosas ocupan mucho espacio, y haría falta casi toda una vida para repasar lo que hemos escrito, las fotos dedicadas, lo que nos gustaba leer o escuchar. Así que por necesidad todo irá a la basura tras nuestra muerte. Nuestra viuda quizá guarde muchas cosas, nuestros hijos quizás conserven el sable del abuelo, pero nuestros nietos perderán la herencia en un traslado, en una casa abandonada en la que los niños vecinos entrarán a gulusmear y a fumar a escondidas.

Nosotros nada sentiremos, nadie sufrirá nuestra ausencia, el mundo seguirá rodando. Un día, una tarde, un niño le preguntará a la madre “¿este señor quién es?” Y ella responderá “el abuelo”.

Eso será todo lo que quede de nosotros; y a la siguiente generación, ni el recuerdo.

5 comentarios:

  1. Eres afortunado: La tristeza es un lujo para jóvenes.

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  2. Estoy de acuerdo en lo segundo, pero entendiendo 'lujo' como algo que no deberíamos permitirnos. De esta forma, no puedo estar de acuerdo con lo de afortunado. Pero como para casi cualquier roto hay un descosido, me considero algo afortunado (aunque no lo parezca a menudo), por lo que lo del lujo...
    Gracias por el comentario.

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  3. Sí, eso es exactamente, algo que no podemos ni deberíamos permitirnos. Gracias a ti (sin tilde) por seguir en la brecha.
    Micro

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  4. ...bueno, así creo que es.

    ...Y no obstante, y a pesar de que al final no quede nada, ni si quiera el recuerdo, todas esas cosas son la manifestación material de nuestra alma, su tacto, olor e impresión sensorial(y en especial la de los libros y papeles viejos) nos recuerdan a nosostros mismos, a nuestra experiencia vital... Piensa en algunas de la sensaciones que deja un fichero word, uno es ascii o un pdf... A esos "recuerdos" le falta la "impresión sensorial de la materia"...

    Gracias por recordarme escribir algo de vez en cuando,
    ...aquel anónimo

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  5. Aun a riesgo de parecer pedante, creo que a esa impresión sensorial la llamaba Marco Aurelio 'epifenómeno': la irregularidad de la corteza del pan puede parecer desmañada, y sin embargo es lo que nos enternece.
    Gracias.

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