sábado, 3 de enero de 2009

> Lista de deseos para este año que ya ha perdido la inocencia

Hay muchas cosas que quisiera que fueran distintas a como han sido hasta ahora. Hay muchas cosas que quisiera que fueran, porque nunca han sido hasta ahora. Hay muchísimas cosas que quisiera que no fueran, porque han estado con nosotros demasiado tiempo (más de unos minutos de dolor es demasiado). Una lista con estos deseos sería tan larga, ay, como ingenua, y hablaría de países (Israel, EE.UU., Rusia, China, Congo), de personas (mujeres, niños, ancianos), de sucesos (la enfermedad, el Ibex, la educación). Con frecuencia tienen palabras largas, problemas viejos, hábitos asentados.

También habría una lista más corta, más modesta pero igual de ingenua, de pequeños placeres que me harían escribir un artículo en el dietario: que Chaves deja la Junta de Andalucía, que Pío Moa se enamora o que el Papa se calza las sandalias del pescador.

Y ya por último habría una tercera lista de deseos personales que ustedes disculparán y mi timidez se reservará.

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