viernes, 9 de enero de 2009

> La primera casualidad de este año

Este pasado domingo estuve a punto de no coger el coche para ir a comprar los periódicos. En mi caso eso supone no leer los periódicos, porque hacía frío y no iba a caminar catorce kilómetros. El caso es que al final me animé.

Soy un lector de periódico esporádico (sólo domingos) pero metódico (mandan las esdrújulas). Primero ojeo todas las páginas, y separo las secciones que no me interesan para hacerme idea del volumen que voy a leer. Luego hago montoncitos. El pasado domingo, sin embargo, me leí de un tirón primero “El Mundo” y luego “El País”. Entrada ya la tarde, cuando casi me incorporaba del sofá tras haber pasado a la última página, me encontré con la columna de Manuel Vicent.

Lo anterior viene a propósito de decirles que por una desgana casi dejo de leer el mejor artículo que recuerdo, y que por una falta de método, bien que esporádica, el destino me lo reservó para el final. Espero que el destino no obre así con el resto de cosas buenas que me queden por vivir, y me aventuro a desearles a ustedes lo mismo, empezando por el artículo de Manuel Vicent.

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