domingo, 10 de agosto de 2008

> Una noticia muy triste

He leído en el periódico que un profesor universitario, Jesús Neira, acudió a socorrer a una mujer a la que un hombre estaba golpeando en la calle. Entró en un hotel cercano y llamó a la Guardia Civil. El agresor, Antonio Puertas, le siguió y la emprendió a golpes con él. Lo triste de la noticia no es que un energúmeno le pegara a su pareja, lo triste tampoco es que ese energúmeno le pegara a un ciudadano ejemplar y valiente que ahora está en estado de coma en un hospital, lo triste tampoco es que la mujer no haya denunciado al energúmeno, y lo triste, en fin, tampoco es que la mujer agredida ni tan siquiera le haya dado las gracias a su defensor. Lo más triste de todo eso, aun con ser las circunstancias anteriores muy tristes, es que esta noticia servirá a muchos de argumento para no meterse donde dicen que no les llaman.

“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío.

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.”

Martin Niemöller. Atribuido por error a Brecht.



La noticia en El País: http://www.elpais.com/articulo/madrid/marido/coma/le/ha/dado/gracias/elpepiespmad/20080810elpmad_6/Tes

2 comentarios:

  1. "El País" ha dado la debida relevancia a la triste noticia

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  2. Creo que en frio sí se puede pensar así, pero luego en caliente, quisiera pensar que hay más valientes, cuando uno no se lo espera y ve que alguien lo necesita, pienso que acude en su ayuda.
    Así también hubo un muchacho que sin pensar en el riesgo para su vida, salvó a una vecina que se había caído por el patio interior y estaba asida a unas cuerdas de tender la ropa.
    Aunque, siempre me sobrecogerá el asesinato de una muchacha en Barcelona que estuvo llamando al telefonillo de unos pisos pidiendo socorro y nadie la contestó, ni llamó a la policía, ni dio un grito para asustar al agresor.
    Siempre pensé que la fiscalía debería de haber inculpado a esos vecinos, aunque fueron todo un bloque, por no socorrer.

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