viernes, 21 de agosto de 2009

> Nuevas realidades

Hace unos días vi en televisión un documental sobre los fondos oceánicos. Había escenas con ballenas que me sorprendieron por su eficacísima realización: qué profesionalidad y cuántas horas de rodaje para conseguir esos planos, pensé. Pues no: todo era falso. Cuando no tenían imágenes de lo que querían mostrar, las generaban con ordenador. La calidad y la precisión eran tan notables que hasta pasado un buen rato no distinguí las tomas reales de las ficticias.

En un mundo donde la mayor parte de la información llega a la inmensa mayoría de las personas a través de imágenes, el que éstas puedan ser generadas con un ordenador sin conexión alguna con la realidad y que sean indistinguibles de imágenes tradicionales, debería preocuparnos: de las ballenas pasaremos a las personas, es cuestión de poco tiempo.

Pero aunque nunca se llegara a esa perfección técnica, debemos preocuparnos de otros aspectos de la generación de noticias, como los apuros económicos que pasan casi todos los periódicos y que los hacen más vulnerables a sucumbir al atractivo del dinero a cualquier precio y a los intereses de quienes lo gestionan, y la concentración en grandes grupos empresariales de los creadores de noticias y de opinión, la pluralidad y la veracidad de la información que nos llega, fundamentos de la libertad y la democracia, no sólo no están asegurados, sino que parecen condenadas a una rápida extinción de la que por supuesto no tendremos ni noticia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario