viernes, 28 de mayo de 2010

> La discriminación positiva

Amables lectores, con motivo de un artículo anterior se preguntan qué tengo yo en contra de la discriminación positiva. Resumamos para los que tienen prisa: todo.

Si por discriminación positiva se entiende tratar de compensar la histórica injusticia cometida contra las mujeres primando ahora como un mérito superior el hecho de ser mujer a ser hombre, se me ocurren, sin ánimo de ser exhaustivo, los siguientes argumentos:

Una injusticia no se quita con otra. El valor de un hombre o de una mujer debería basarse en su mérito concreto, no en su sexo, salvo que se quiera primar la mediocridad, la injusticia y el agradecimiento servil.

La justicia y las reparaciones hay que hacerlas sobre las personas afectadas, no sobre los colectivos genéricos. Las mujeres sobre las que se han cometido atropellos deben tener una reparación, pero no una mujer sobre la que no se ha comprobado ninguna injusticia basándose en que ambas, la que sí y la que no, tienen el mismo sexo.

Una razón personal: soy varón y creo que discriminarme por serlo está tan mal como discriminar a una mujer por lo mismo.

En la expresión ‘discriminación positiva’ la palabra ‘discriminación’ es el sustantivo y ‘positiva’ el adjetivo. No conviene olvidarlo, porque el lenguaje está para algo. O debería.

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