martes, 22 de junio de 2010

> Nuestro ciego destino

Cuando tenemos hijos ya estamos de más en este mundo (no se asusten, me refiero desde el punto de vista evolutivo). Si estamos aquí es con el objetivo de transmitir nuestros genes a otra generación, se vista como se vista, lo que nos asemeja a hormigas, osos y manzanos. Lo que desde luego nos diferencia de ellos es en cómo lo adornamos y cómo lo vendemos. Y no es poco mérito (recuerden a Bach o a Quevedo).

Pero el caso es que ya sobramos. Puede que tengamos una prórroga para comprarles la Wii o un año escolar en el extranjero, pero definitivamente ya no somos imprescindibles en el mundo. Quizá de ahí deriva la crisis de los cuarenta: se nos ha acabado el guión, ya hemos tenido progenie, y ahora tenemos que improvisar una obra nueva.

La esperanza de vida actual nada tiene que ver con la que ha sido casi siempre en la historia humana. Nos sobra tiempo, nos aburrimos y fíjense lo que hacemos y cómo está el mundo.

10 comentarios:

  1. Algunos días es duro leerte a primera hora de la mañana. Lo de hoy no es lo más indicado para levantar el espíritu. Un golpe de azada en tierra. ¡Predica, fraile!
    Un abrazo.

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  2. Pero la culpa no es mía: ése es el riesgo de leer blogs tan temprano. Es como el vino. En cualquier caso, sursum corda!

    Gracias por el comentario

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  3. Un escrito tan deprimente como errado. La vida no solo es pasar los genes a la siguiente generación, también apoyarla durante la larga etapa de inmadurez que caracteriza a los individuos humanos y asegurar el paso de los genes a la posterior generación. Ese apoyo familiar, social y cultural hace que incluso los individuos ancianos tengan una utilidad biológica, el valor de los abuelos y abuelas en la evolución humana es innegable.
    Solo es inútil quien se siente así. Y no es una frase de autoayuda barata. Es una evidencia que los mayores de 40 son los que normalmente manejan y transforman el mundo. Aburrirse a esta edad es pecado, y como ha dicho micro, ¡Ahora toca trabajar y predicar!

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  4. Touché y chapeau. Pero no estoy de acuerdo en mezclar el ser con el deber ser. Aparte de que el mundo cambia (dejemos 'evoluciona') casi sólo por los jóvenes y que las personas mayores, en el mejor de los casos, sólo gestionan los réditos de las mejoras, aparte, digo, el proceso de tutoría acaba normalmente antes de que los preceptores lleguen a los cuarenta. Y lo que desde luego sí que no: ¡lo de los abuelos!

    En cualquier caso en la conclusión me temo que sí estamos de acuerdo. Mañana ya no me levanto.

    Me ha encantado su comentario, y me gustaría aún más seguir contando con ellos. Gracias.

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  5. Este artículo tuyo me hace imaginar una clase de filosofía en el futuro, quizás en un par de generaciones y con permiso de Sócrates y de Ustedes, voy a hacer un poco de intrusismo laboral metiéndome a ser filósofa, y ya que lo hago lo hago a lo grande y me erijo como máxima exponente de una corriente filosófica contraria a la tuya.
    Imaginemos que hay dos corrientes filosóficas de observar la vida (en principio dos, luego se habrán de sumar más si nos dejan pasar a la Historia de la Filosofía!) la observación teleológica y la axiológica. En la primera se considera la vida en tanto tiene un fin, así: si el fin es la perduración de la especie encaja en tu post (eres el máximo exponente de esta corriente filosófica), al tener hijos se nos acabaría; o el fin puede ser transmitir una cultura, o una civilización o hacer el gasto a la tierra, etc.
    La segunda, la observación axiológica considera la vida en sí misma, no en tanto un fin que se deba cumplir. Así cabría explicar por ejemplo, por qué existen las moscas, si no son de ninguna utilidad, siendo la respuesta que existen en tanto que están y el ser humano honesto debe hacer dentro de lo posible que sigan existiendo. Y aquí se enclavarían las corrientes conservacionistas de especies, la ecología (quizás), incluso se podría contestar a las versiones taurinas vs antitaurinas cuando alegan que si no fuera por la fiesta nacional los toros de lidia no existirían: “El toro de Lidia debe existir pese a no ser de utilidad al ser humano, debe existir en tanto es”. Etc.
    Claro que si en verdad este debate se traspasara a la historia de la Filosofía (donde se ven las ideas ya resumidas y contrapuestas como si se hubieran hecho todas en un mismo simposium de iracundos filósofos). Los teleológicos moderados dirían que el Toro de Lidia debe existir porque los caminos del Señor son inescrutables… lo cual enclavaría con la actual percepción clara y manifiesta de que la extinción de las especies pueden afectar al ser humano en límites insospechados. Es decir, que quizás gracias a que las moscas nos ponen puntitos de caca en el pan, nosotros tenemos inmunidad a la picadura de la araña común…
    Por cierto reivindico mi condición de mujer, siempre me ha dado coraje no estudiar a ninguna como máximo exponente de nada....

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  6. Gracias, pero lo de 'máximo exponente' me hace mirar hacia atrás por si hay alguien detrás mío... Por desgracia para mi ego me temo que la ironía se queda en el diferido.

    Gracias por el comentario, aunque seas de la escuela optimista.

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  7. Los dioses nos dieron un andar erquido y un rostro levantado que mira a las estrellas. (Ovidio). Nuestro destino es alcanzarlas, añado yo, caiga quien caiga y aunque caigamos nosotros mismos. En cuanto a la panecología... Uf... Hermano toro, hermano lobo, ¿por qué no hermano estafilococo o hermano H5N1? Estimulante debate con un tirón de orejas a Lugar por el solecismo adverbio+posesivo. (Es tan difícil pillarle en un renuncio que estos gazapos se disfrutan con la dulzura de una ansiada y cumplida venganza.)

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  8. Micro, ¿lo ves?: hago bien en ser pesimista. Lo que más me duele no es que haya escrito un adverbio más un posesivo, ni tan siquiera que me hayas pillado (lo que ya me da rabia), ni que lo digas en un dietario que lee medio mundo. Lo peor es que no lo sabía.

    Y luego algunos se quejan de que sea duro leerme por las mañanas...: y a los comentaristas, ¿qué?

    Gracias por el comentario. Por el solecismo mi orgullo se abstiene.

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  9. Pues sí, sin duda que la principal crítica a "mi" doctrina ;-) es el tema del valor de la vida. YA que cabría pensar que si la vida vale en tanto lo es, el mismo valor tiene la vida de una araña que la de una persona. ¿Y ahora cómo lo compagina un "axiológico" con el Código Penal? Y peor aún: ¿con sus propios deseos?. Se me ocurrió poner como eximente al asesinato el "asco insuperable" (al igual que lo es el miedo insuperable) con lo cual si matamos a una araña no nos caerían 30 años, pero.... ¿y nuestra moral, es correcto sesgar una vida única e irrepetible por asco? Y, ¿es cuerdo vivir la vida con la casa llena de bichos?. Me parece que esta máxima exponente hará mutis por el foro, a no ser que algún discípulo más brillante reordene su teoría... (espero que las filósofas que me hayan leído no me obliguen a cambiar de sexo...) Marina

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  10. Espero que no a las dos últimas cosas. Por cierto, ya no caen 30 años ni por matar a una persona...

    Gracias por el comentario.

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