miércoles, 16 de junio de 2010

> Adiós a Helen Thomas

Una ancianita de 89 años que podría haber estado haciendo calceta resulta que era la única que tenía asiento con su nombre en las ruedas de prensa de la Casa Blanca. Más que una periodista, era una tradición, a la que tanta querencia tiene la clase media norteamericana. Era como el pavo del Día de Acción de Gracias o el guante de béisbol que te regaló tu padre antes de morir en un incendio.

Esta buena señora, un día, en vez de hacer preguntas, dio las respuestas que consideró oportuno. Dijo que los israelíes deberían irse de Palestina, que deberían volver a Polonia o Alemania. Ser una tradición implica no moverse y salir siempre bien en las fotos, y ella se movió. Su presencia a partir de ese momento no estaba justificada: ya no era una tradición y sus 89 años no le permitían reinventarse y pedir perdón en una entrevista con Ophra Winfrye. El pavo se quemó y el guante tenía una etiqueta de ‘made in China’.

Dimitió y se ha ido a su casa. Sus compañeros de profesión le dan la espalda. Toda una vida resumida en este triste final sin haber matado a nadie. Al justo no se le perdona ni un desliz, si es que lo fuera, mientras que al sinvergüenza todas las oportunidades que se le dan representan una esperanza que todo lo justifica.


Referencia:
http://abcblogs.abc.es/fiebredelpotomac/2010/6/7/el-triste-final-helen-thomas
http://www.elpais.com/articulo/internacional/larguen/Palestina/elpepuint/20100607elpepuint_14/Tes

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