sábado, 19 de junio de 2010

> Verdes Colinas Apple

El éxito comercial de Apple se basa en encerrar a sus usuarios en un bello mundo de fantasía. Sus productos tienen el sabor del diseño, la elegancia informal y el optimismo, pero lejos de aceptar el peaje que estos referentes suelen tener, la marca de la manzana vende a su cliente la pertenencia a un cerrado y bello condominio de los que ellos tienen la única llave.

No hay ordenadores tipo Mac de ninguna otra marca, la interfaz de usuario del iPhone sólo la encontrará en ese teléfono, la tienda AppStore o iTunes sólo pone a la venta lo que Apple considera apropiado…, etc. Hace poco Steve Jobs decía que en sus aparatos no tenía cabida la pornografía: “quien quiera porno que se vaya a Android” (el sistema operativo de Google).

Con el IPad ocurre lo mismo. No sólo no tiene ningún puerto externo de conexión (un simple USB), sino que no se le puede ampliar la memoria con tarjetas flash ni tan siquiera se le puede cambiar la batería cuando en unos años se agote su ciclo de vida: Apple prefiere darte un IPad nuevo antes que un destornillador para cambiarle la pila al tuyo. Es tan fuerte el carácter endogámico de la empresa que ni siquiera reparte dividendos a sus accionistas. Todo para adentro.

De la misma forma que el negocio de Carrefour no consiste en vender artículos sino en gestionar el dinero de los pagos a proveedores, el negocio de Apple consiste en vender urbanizaciones cerradas con piscina, zonas verdes y centros comerciales donde puedes sentirte seguro suponiendo que eres distinto. Justo es reconocer que así se vive muy bien, pero a cambio de algo que no nos importa perder, aunque sí nos importa que nos lo quiten y que con frecuencia no sabemos muy bien qué hacer con ello entre las manos.

2 comentarios:

  1. Este artículo es magnífico. No puedo pasar sin decirlo.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, pero que no se entere Steve Jobs o va a tener problemas...

    ResponderEliminar