jueves, 16 de septiembre de 2010

> Aprendices

Esta temporada se estrena una película totalmente prescindible protagonizada por Nicholas Cage (lo siento) y titulada ‘Aprendiz de brujo’. En el anuncio por televisión el estudiante le dice al maestro (Cage, qué cosas): “¡Esto es una locura!”. Y el brujo responde con ese deje como ausente: “Sí, pero es divertido”.

Ya sé que es una película estúpida, un diálogo estúpido y unos actores. Pero ¡hay tanta gente estúpida!

Este verano me enteré que en los hoteles de sol y playa algunos jóvenes jugaban al ‘balconing’: se tiraban a la piscina desde las terrazas de sus habitaciones. Algunos han tenido suerte y les han grabado con un móvil, otros han muerto y otros han quedado paralíticos (a estos dos últimos parece que nadie les grabó con el móvil). Esto es una locura, pero hay que reconocer que es divertida si uno se abstrae de las consecuencias (que no es poco). Y eso sin hablar del feliz acuñamiento de la palabra ‘balconing’.

La diversión justifica la locura.

2 comentarios:

  1. "La diversión justifica la locura".

    Pero la locura no es nada divertida.

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  2. Las locuras que no tienen consecuencias atroces, como ésta, sí pueden ser divertidas. El 'balconing' parece hijo aventajado del 'todo vale', 'no pasa nada', 'porque yo lo valgo' y 'merecidas vacaciones'. La idea es de la película, no mía.

    Gracias por el comentario.

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