Hay personas que viven con otras que les hacen daño porque prefieren eso a la soledad. En las fiestas se sientan juntas pero cada una mira en una dirección opuesta, y no se tocan. Se marchan en cuanto pueden.
Hay personas que buscan con interés de qué preocuparse, aunque no lo saben, porque no tienen otra cosa mejor que hacer para sentirse en el mundo, para justificarse ante sí mismos, para tener un sentido con el que querellarse con el tiempo.
Hay personas que se pasan la vida sellando impresos en el trabajo y mirando en camiseta por las tardes los coches de la autovía desde el balcón de su piso en el tercero b.
Hay personas con las que nos cruzamos todas las mañanas que nunca han tenido vacaciones, ni han sido aplaudidas en un acto público ni nunca ganaron nada que no fuera su pan de cada día. Si fueran luciérnagas, las noches se harían días.
Hay personas que con cuarenta años ya han hecho lo que venían a hacer a este mundo. Aunque no lo sepan, lo saben, y ya sólo les quedan las fotos y las rutinas de cada día mientras esperan sin saberlo, aunque lo saben.
Hay mujeres en Afganistán, madres de familia cargadas de hijos, que prefieren quemarse con gasolina antes que aguantar a sus maridos y sus condiciones sociales.
Referencias:
http://www.lukor.com/not-mun/asia/0409/14174840.htm
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-25-10-2009/abc/Nacional/afganistan-quemarse-viva-para-huir-de-un-infierno-machista_113924055941.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario