miércoles, 14 de septiembre de 2011

> Sueño

La 2 es un lujo de cadena que, vistos sus niveles de audiencia, no sé si podemos o nos merecemos tener.

Hace unos días vi un documental sobre una rara enfermedad hereditaria que se manifiesta en que el enfermo no puede pasar de la fase 1 del sueño. Es una enfermedad terrible, devastadora, que se cobra siempre la vida del afectado a los pocos meses de manifestarse cuando éste, agotado su cerebro, entra en coma y muere.

Para más perversidad, la dolencia es hereditaria, dominante, y sólo se manifiesta en la madurez tardía, cuando ya has traspasado tan cruel herencia a tus hijos. En un proceso similar al de las ‘vacas locas’, el hipotálamo de los afectados se va haciendo cavernoso y acaba por sucumbir, sin ninguna cura ni paliativo posible. Por suerte, esta encefalopatía espongiforme es muy rara, y sólo se conocen cuarenta familias que transmiten el gen defectuoso. Terrible.

Sin embargo, ninguna de esas familias ha sido encontrada en los campos de refugiados de Somalia y de Etiopía, por ejemplo, donde se amontonan decenas de miles de personas malnutridas, humilladas y desarraigadas por la hambruna y sus gobiernos. Estas familias, por poner otro ejemplo entre muchos, no se reducen a cuarenta (¡ojalá!), y sus problemas no son un reto científico. Su destino tiene solución, y no es ni hereditario, ni contagioso ni dominante, y no hace falta un costoso análisis de sangre para detectarlo. Pero si medimos los medios por los resultados, también es incurable.

“El sueño de la razón produce monstruos”.

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