jueves, 8 de septiembre de 2011

> Cuadro de hombre en la ventana

Siempre me han provocado una profunda tristeza esos hombres sin camisa que se asoman al atardecer a la ventana de su piso a ver la calle, con frecuencia con un cigarrillo en la mano.

Me los imagino aburridos de todo. Por las tardes, el tedio de una vida estrecha que saben que no tiene ya remedio les llama hacia ese mundo al otro lado de la ventana. Están cansados de su trabajo, si lo tienen, y creen que se merecen algo mejor que ese piso en un barrio obrero, pero qué le van a hacer.

Sus padres tal vez hicieran lo mismo, pero eran hombres criados en el campo que buscaban el horizonte del trigo por encima de los tejados del barrio. Ellos se han criado aquí, y no conocen ese horizonte, por eso miran las aceras manchadas de contenedores de basura llenos hasta arriba.

Pienso por un momento que a lo mejor sólo están fumando y no tienen esa vida que les imagino. Pero no: en la Moraleja también fuman, y no se asoman a las ventanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario