jueves, 22 de octubre de 2009

> Ruta por los concesionarios de coches

Perdónenme la anécdota personal. Salí a ver coches para comprarme uno. Había oído que la industria del automóvil estaba en crisis, que no se vendía nada, e inocente supuse que mi sola presencia en los concesionarios animaría sus largas y solitarias mañanas de ventas inexistentes.

Cierto, porque en los cinco concesionarios que estuve no había ni un solo cliente. Falso porque los vendedores preferían ordenar sus mesas a atender a la clientela. En todos los casos tuve que dirigirme a las mesas a buscar al vendedor, después de deambular por la sala abriendo y cerrando puertas de coches relucientes. En uno me dijeron que enseguida estaban conmigo, pero siguió mirando papeles cinco minutos antes de levantarse de la mesa. En otro me dijeron que el modelo que buscaba se había agotado y que si lo pedía (sin verlo) tardarían cinco meses (sic) en traerlo desde fábrica; cuando le di las gracias y me dispuse a irme, ni tan siquiera hicieron el esfuerzo de ofrecerme otro modelo o marca. En otro lugar, el vendedor no sabía qué equipamiento tenía el coche y lo tuvo que leer del folleto acompañando la lectura con el dedo índice. Sólo un vendedor mostró eficiencia y profesionalidad: vaya, era de origen francés.

Que baje dios y lo vea, pero así no se vende ni un coche ni una magdalena. Salvo que todos hagan lo mismo y yo necesite un coche con urgencia.

Me voy a Francia.

7 comentarios:

  1. Perdonado. Resulta revelador. ¿Será por lo del elefante? No merece la pena empezarlo para un bocadillo sólo.
    Saludos.
    Micro.

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  2. Era un chiste malo de hace años. No me lo tomes en cuenta.

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  3. Entra un señor en un bar y pide la carta.

    Ve que hay carne de Elefante y le dice al camarero que quiere un bocadillo de Elefante y una caña de cerveza.

    Y el camarero le responde que para un bocadillo no le vale la pena empezar el elefante.

    Saludos.
    Pepi.

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  4. Gracias a Pepi y a Micro tanto por los comentarios como por el chiste. La verdad es que no lo conocía...

    Micro, lo que no acabo de ver es la relación. Aún estoy falto de reflejos (aparte de los años, acabo de pasar la gripe).

    Sed condescendientes.

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  5. Si antes tenían 100 visitas diarias y vendían 2 ó 3 coches y ahora tienen 10 visitas al día, la esperanza matemática de hacer una venta un día concreto es casi 0. Empezar el elefante es atender en serio al cliente, presunto mirón. Bueno, un poco traído por los pelos. Disculpa el retraso y el retardo.
    Micro.

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  6. Micro, totalmente de acuerdo, pero la inercia es muy difícil de contrarrestar. Además, los argumentos lógicos para no hacer nada son infinitos y pesados. Lo que no entienden es que el acto de compra es casi siempre sentimental, y si no veamos unos cuantos anuncios.

    A mí me han perdido como amante.

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