lunes, 16 de mayo de 2011

> ¿A quién votar?

Cómo cambiamos, ay. Hace apenas quince años no hubiera suscrito este artículo: antes me habrían asado a la parrilla como a San Lorenzo, mártir. Pero hay que aprender a vivir con nuestras limitaciones, con la abundancia de la tontería y con la insoportable levedad del ser (y la peor aun de la nada).

Si fuera riguroso, cosa que ya ni intento, no tendría a quién votar en estas elecciones, pero por aquello de imitar el recuerdo de un buen ciudadano me vería en la obligación de votar en blanco, que es como gritar muy bajito que quiero pero no puedo. No siento ninguna afección por ninguno de los tres partidos que presentan listas en mi municipio. Una desafección que se vio reafirmada, en fin, tras asistir a un pleno municipal: es peor lo vivo a lo pintado porque acaba con la imaginación, benévola. Trasponiendo lo local, que es lo que se vota ahora, a lo nacional: ¿cómo votar a un PSOE de erráticos adolescentes?, ¿cómo a un PP de aprovechados en beneficio propio?, ¿cómo a una IU que habla de molinos de viento?

Por otro lado, no votar es decir que no quiero conductor, y conductor va a haber nos guste o no (a lo peor, un demente). El voto en blanco es lo más higiénico, pero no sé si lo más útil, que de eso se trata en la cosa pública. Así que ustedes decidirán.

Recuerdo a Chaves comentando la alta abstención de las últimas elecciones: había que hacer, decía, un gran esfuerzo para movilizar a la población. ¿Explico el chiste o nos reímos todos un rato?

3 comentarios:

  1. Casi podría firmar todo lo que dices, y y creo que medio país diría lo mismo; el otro medio siempre lo tiene claro. Al menos ahora sabemos que esto es algo natural desde que los neurocientíficos han descubierto que la gente de izquierdas tiene un cerebro más permeable a las dudas.

    A la hora de votar, las municipales son una historia algo distinta. Los candidatos son tus vecinos, si no vives en una gran población probablemente los conocerás más o menos personalmente y eso es una ocasión de practicar democracia directa, la mejor de todas. Y si, como es de esperar, no tienen ideas, pues votas a quien te caiga mejor como persona.
    Para las grandes votaciones, antes del voto blanco me decantaría por la abstención. En blanco dices que no sabes escoger pero aceptas el sistema. Si crees que todos son iguales “porque ninguno vale la pena” entonces hay que pensar que el problema es el sistema (no la democracia sino el funcionamiento de nuestro sistema político). Ante la falta de opción válida para votar, mejor abstenerse. Una abstención muy por encima del 50% deslegitima a los elegidos, y creo que haría reflexionar a los partidos ( o al menos a algunos con cerebros más sensibles a las dudas )

    Y también tenemos una magnífica opción: “Escaños en blanco”: el partido que dejará vacíos todos los escaños que consiga: puesto que no podemos cambiar el sistema, al menos vamos a reducir gastos inútiles y contribuir de paso a reducir el déficit público.


    Por cierto, vengo esta noche de pasear por la acampada de Barcelona y creo que este movimiento no va a cambiar nada. Al principio me hice ilusiones, pero se están esfumando. Hay gente con ganas pero la mayor parte es un popurri sin liderazgo, más fiesta que revolución. El detalle definitivo ha sido ver el huerto que han montado en un parterre de la plaza Catalunya, esos caballones de tierra abierta en el césped me han llegado al alma. Apaga y vámonos. Los mercados van a comerse España con patatas.

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  2. Sí a casi todo, excepto en lo de la abstención. Mejor el voto en blanco porque no hay otro sistema mejor: la abstención favorece a los que no necesitan de los votos o no los quieren porque se bastan a sí mismos.

    Apaga y vámonos. Pero ¿a dónde?

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  3. ¿Que a dónde nos vamos?
    Pues a dónde nos llevan: al paro, a la prejubilación, los jóvenes al extranjero o a vivir de los padres hasta que puedan vivir de sus hijos... bueno, esto último era la broma que se decía hace unos años, ahora los padres suelen estar hipotecados, en el paro o en un ERE, así que la pensión congelada del abuelo adquiere una dimensión vital nunca antes imaginada...

    Y sobre lo del voto en blanco, no vamos a discutir, para gustos los colores, pero como soy del Barça, pues lo blanco... como que no me va, sabes?
    Aunque también hay otras razones menos emocionales: el voto en blanco favorece a los grandes partidos porque se computa en la cifra de participación como voto válido y eleva el mínimo de votos necesario (5% del total) para que una candidatura entre en el reparto de escaños. El voto nulo en cambio computa como participación pero no como válido y no cuenta para establecer el 5%.
    Por tanto, el voto blanco dificulta la entrada de nuevas opciones políticas.
    No me gusta, antes prefiero un buen voto nulo, de esos con los que te desahogas a gusto.

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