lunes, 15 de marzo de 2010

< Con palabras: Torturas por 9 euros

Por común no deja de ser escalofriante: en Carrefour venden a nueve euros (¡sólo a nueve!) marisco vivo de todo género. Hay bogavantes, langostas, ostras, nécoras, cañaíllas. Todos están sobre una mesa de hielo, aunque ellos no viven en ese ambiente y supongo que les resultará tan incómodo como a ustedes o a mí estar tumbados sobre la cama fría de aluminio de una morgue. De vez en cuando, unos aspersores rocían agua helada sobre sus cuerpos para que con su sufrimiento parezcan más frescos.

Aquellos que andan, tienen las patas trabadas. Aquellos que tienen pinzas, las tienen inutilizadas. Un gentío a su alrededor acerca sus gafas a los caparazones y saca número para la cola.

Estas ofertas de nueve euros suelen ser los sábados, por lo que la gente no madruga y esta tortura se puede prolongar largas horas de la mañana y de la tarde. Su destino es que la pescadera los coja por el colodrillo, los meta en una bolsa y pasen en un instante del hielo del hipermercado al agua hirviendo de la cocina. Durante doce minutos, en el caso de las langostas, para que queden tiernas. Qué rica que estaba.

3 comentarios:

  1. yo suelo pasar rápidamente por la sección del marisco de la pescadería. Estoy de acuerdo contigo: es una cruel tortura. Lo único que puedo hacer por mi parte es no comerlo. Forma parte de mis principios.

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  2. Sí, pero tenemos que comer algo y vestirnos de alguna forma. No sólo me refería al marisco, sino a cómo se hacen los zapatos que calzamos y los vaqueros que vestimos. Triste, pero parece estar en la naturaleza humana.

    Gracias por el comentario.

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    1. Son unos hijos de puta.eso de meter el marisco en agua hirviendo es de depravados.

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