miércoles, 20 de enero de 2010

> Terremoto en Haití

Un terrible terremoto ha asolado Haití. Al poco de ocurrir los periódicos y televisiones ya habían desplazado a la zona devastada un ejército de periodistas en manga corta. Entiendo que ése es su trabajo, y que la excusa formal que se pueden dar a sí mismos es que están contribuyendo a que esa realidad se conozca y se movilice la comunidad internacional.

Sí, lo entiendo, pero a algunos (¿a muchos?) los veo como buitres buscando su sustento. Igual que veo como buitres a María Teresa Fernández de la Vega o a Hillary Clinton cuando se plantan allá con helicópteros y una muralla de guardaespaldas para… ¿para qué? ¿No tienen mejor uso esos medios y su tiempo? ¿Va a ayudar en algo su presencia allí salvo a su imagen pública de solidaridad?

Una guapa periodista de Cuatro (cada vez más Telecinco), vestida informal pero recién planchada, informaba al poco desde Puerto Príncipe con un fondo de edificios derrumbados (quizá con personas vivas atrapadas). Señaló con el dedo, a dos metros de distancia, una pila de cadáveres negros amontonados como escombros. Los haitianos que pasaban por el lugar se tapaban la nariz por el hedor de los cuerpos. La periodista no. Al menos a Liana de las Heras se le quebró la voz en un telediario al informar desde la guerra de Yugoslavia.

5 comentarios:

  1. Ese es el pan nuestro de cada día: el cinismo y el buitrismo, y por desgracia, en casi la totalidad del ámbito social, donde impera con cada vez mayor fuerza el cinismo hipócrita...qué miedo...

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  2. Ahora volvemos la mirada hacia Haití.
    Pero a diario hay dramas humanos por todo el mundo, especialmente en los paises más pobres.
    Todos lo sabemos, pero supongo que individualmente nos sentimos demasiado pequeños para remediarlos.

    Hasta aquí, ahora prefiero guardar silencio en esta situación tan triste.

    Un saludo, y que esto nos haga valorar en su justa medida tanto bienestar que a diario disfrutamos, y que con la rutina de la vida diaría apenas si lo percibimos.
    Pepi.

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  3. Visto demasiadas veces. Afortunadamente y de momento, por la tele. Suscribo el sobrio y elegante comentario de Pepi.

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  4. Por desgracia, la tele es el reflejo de lo que la sociedad demanda, o quizás, la sociedad es el reflejo de lo que la tele demanda...

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  5. Para Pepi: totalmente de acuerdo, pero llegados a un punto el drama no tiene ya escala. Desgracia de muchos no es consuelo de nadie ni mejora el sufrimiento de algunos, salvo el relleno en la programación de las cadenas de televisión.

    Para Micro: sí, pero se puede apagar. Cada vez lo hago más: Demócrito me lo agradece.

    Para Anónimo: como soy pesimista, me quedo con lo segundo. Lo primero sería demasiado bonito para ser cierto.

    Gracias por vuestros comentarios.

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