lunes, 22 de septiembre de 2014

> Sic

Ya no se venden brújulas (ni se compran). Dos conversaciones con dos personas a las que acababa de conocer:

- Sí, esas algarrobas no valen nada, son bravías. Yo relleno los sacos por abajo con ésas y ¡zas! se las endoso al mayorista.

Y otra:

- Sí, yo es que estoy fatal en el trabajo, así que estoy viendo a qué partido me afilio para presentarme a las municipales. Para que se lo lleve otro, me lo llevo yo, ¿no?

Y luego nos extrañamos de lo que pasa.

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