miércoles, 4 de diciembre de 2013

> Uno de los nuestros

Hace unos días el gobierno valenciano cerró la televisión pública Canal 9 porque parece que no hay dinero para mantenerla. Cuando algunos trabajadores de la cadena supieron de estas intenciones hace un par de semanas, tuvieron un ataque de sinceridad: viéndose en el paro, dijeron que habían manipulado información para favorecer los intereses políticos del gobierno valenciano, dijeron que no habían sido ecuánimes en las informaciones, etc.

El ex ministro de economía Pedro Solbes ha presentado estos días un libro en el que reconoce sin pudor que no dijo toda la verdad sobre la crisis porque la proximidad de unas elecciones no es el momento idóneo para la honestidad. Ni los periodistas de Canal 9 ni el ex ministro dimitieron cuando debían, quizá por motivos distintos, pero por el mismo fin: mantener el puesto a costa de lo que sea.

Hace unas semanas Jordi Évole entrevistó al escritor Arturo Pérez Reverte. Se confesó pesimista, y adelantó que la ciudadanía quiere que pase la crisis… para volver a los desmanes anteriores que tanto les favorecieron.

Es otro apunte de por qué los casos de corrupción y pillaje no tienen un coste electoral (ni, de hecho, casi ningún coste): muchos son los beneficiarios de EREs, facturas falsas, IVA, subvenciones, contratos amañados… y el resto, que lo hay, “son buenas gentes que viven, / laboran, pasan y sueñan, / y en un día como tantos, / descansan bajo la tierra”. Pero antes, pagan las facturas de otros.

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