jueves, 4 de abril de 2013

> Cómo educar a nuestros hijos

Hace unas fechas escribía una larga lista (¡y me quedaba corto!) de casos de corrupción, insensibilidad y sometimiento. Nadie educa a sus hijos en estos valores, pero vemos que los que los han practicado con fruición han triunfado y disfrutarán de su (nuestro) dinero, tanto ellos como sus nietos. Y no es sólo cuestión de dinero, sino que estos personajes tenían el poder como para callarle a cualquiera la boca. En televisión, que moldea el sentir popular, vemos algo parecido, y alcanzan la fama y el reconocimiento los muchachos de Operación Triunfo, Gandía Shore (whore!) y otros. No recuerdo haber visto nunca un premio al talento juvenil en matemáticas, a la interpretación del violín o al salto de altura. Los descerebrados, los frikis, los pillos son los que existen.

Lo malo de la corrupción y la desvergüenza impune no son los millones en Suiza, sino el desánimo que le inunda al que escogió el camino largo y pedregoso del esfuerzo. No todos los sinvergüenzas triunfan, pero tampoco todos los que preparan oposiciones a notaría las sacan; sin embargo a los que lo intentan día tras día al menos debería quedarles el sentimiento de no estar haciendo el tonto en el país de los listos.

2 comentarios:

  1. Creo que cuando pensamos en "valores educativos" no incluimos precisamente esos de la lista. Los que aún nos atrevemos a hablar de valores nos referimos a otro tipo de cualidades sin las cuales se pierde la identidad y el control sobre el propio futuro. Y así vamos ahora, sin control en la crisis, a donde nos lleve la tormenta, o sea, hacia las rocas. Y no hay vuelta atrás, porque el primer valor que se pierde es la capacidad de apreciar esos valores.
    En fin, no hace falta dramatizar, así es como funcionan las sociedades, son los ciclos de la historia y ahora estamos en plena caída (renovación dicen los optimistas). Quizá ésta será la definitiva caída del Imperio Romano, al fin y al cabo nunca desapareció, somos su continuación evidente: lengua, leyes, organización social; incluso tenemos senado y circo (éste ahora con balón y fórmula 1 en lugar de leones y cuádrigas ).

    Esos programas de Tv existen, pero nadie nos obliga a verlos. Haríamos mejor en ignorarlos y hablar de otros más dignos. Incluso los hay con "valores": Hermano mayor, supernanny...
    Y en esto mucho podríamos hablar de sí debe existir y qué función debe tener una tv pública, pues parece que dejarlo todo en manos del mercado "audiencia" no es compatible con "los valores".

    En cualquier caso, está en nuestras manos el modelo y el camino que ofrezcamos a nuestros hijos. Lo fácil es dejarlos en el rebaño, pero hay otras opciones mucho mejores.

    Hablando de romanos...
    Epicteto, que fue esclavo antes que filósofo, dijo algo así como
    "sólo el hombre culto es libre"

    Saludos

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  2. De acuerdo con todo (en especial la última frase), veo que al final le he convencido... :-)

    Cuando uno de estos señores que vemos implicados en robos y tráficos de influencia sale a la luz, pienso si sus padres les educaron bien. Si lo hicieron y los hijos hacen estas cosas, debo suponer que el 'factor azar' determina mucho en nuestra vida. Si sus padres, en cambio, les educaron tan mal... ¿realmente unos padres pueden educar tan mal?

    Luego me inclino a pensar que el azar es para bien y para mal muy importante, y que hago bien siendo pesimista.

    Un saludo

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