jueves, 25 de abril de 2013

> El placer de ‘Salvados’

Hay un placer oculto en seguir el programa de televisión ‘Salvados’. La televisión empezó siendo entretenimiento y noticias sustentadas por la publicidad. La mayor parte de la población enciende el aparato para distraerse, y hay algunos (pocos, que se lo pregunten a Telecinco) que encuentran distracción en los documentales, la divulgación científica y los debates.

Es más difícilmente explicable los altos niveles de audiencia que tiene el programa que dirige Jordi Évole en la Sexta. Debe ser un placer masoquista, porque semana tras semana escuchamos que las eléctricas nos timan, las farmacéuticas nos engañan, las alimentarias nos usan de cobayas y, por supuesto, que nuestros políticos son unos inútiles que derrochan y se enriquecen a nuestra costa. Todo esto ya nos lo sabíamos (al menos los más ingenuos lo barruntaban), pero eso de verlo en un programa tan bien realizado y en alta definición mientras uno se indigna orondo en el sillón de casa tiene su punto.

Lástima (pues soy pesimista) que al día siguiente haya que madrugar y la realidad nos devuelva a cada uno a su sitio en el pesebre. Hasta dentro de cuatro años.

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