miércoles, 20 de febrero de 2013

> Tonterías las justas: ‘Está muy bueno, pero no puedo más’

Venga, hombre, que siempre hay un hueco. Esa excusa sólo cuela si el anfitrión nunca se ha dejado deslizar por los placeres de la carne. Por ejemplo, nunca vale con las suegras, que insistirán e insistirán hasta que el yerno repita plato.

Por definición, uno nunca se cansa del placer, o la humanidad se hubiera extinguido hace tiempo en un gran bostezo. A lo peor, descansa. Eso vale tanto para comer jamón del bueno, que le rasquen a uno la espalda, como para rebujarse entre las mantas de la cama justo antes de que suene el despertador en los albores de un día frío. Y si uno deja voluntariamente estos placeres sin atender a la gota, a las laceraciones o al despido, su final está cerca, la vida no le da alicientes, o los mide.

En cualquier caso, si su suegra no ha reflexionado sobre estas cuestiones, la próxima vez diga que se lo ha prohibido el médico. Aún respetan a las batas blancas.

1 comentario:

  1. Es una ley universal de la física subjetiva: las suegras siempre nos ven flacos. Para ellas es una necesidad hacernos repetir; seamos comprensivos y hagamos un pequeño esfuerzo de vez en cuando. Y sin quejarnos, porque la verdad, reconozcámoslo, a veces incluso tienen razón y está muy bueno.

    Así que "uno nunca se cansa del placer"...
    ¿un pesimista diciendo eso?
    ¿No será usted en realidad un victimista?

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