El pasado domingo vi en televisión una entrevista al presidente de Cataluña, Artur Mas, realizada por Jordi Évole en su programa ‘Salvados’. No sé si el presidente catalán es sincero, si esconde ases bajo la manga y etcétera, pero desde luego es algo por aparecer en un programa donde van a sacarte los colores. Y no sólo por eso, sino por decir cosas que a la gente no le gusta oír (más recortes), por su locuacidad, y porque dice cosas con contenido. Artur Mas es un líder, él lo sabe y habla como tal.
Qué distinto del presidente de todos los españoles, Mariano Rajoy. Su verbo se diluye en un sí, pero no, que ya veremos, que haré lo que haya que hacer… Hace real el tópico de la indeterminación gallega. Además, no nos lo imaginamos en un programa como ‘Salvados’ ya de presidente (los riesgos le resultan tan ajenos como hablar en inglés).
Quizá un aburrido contable sea lo que toca ahora después de los fuegos artificiales de Zapatero, pero Rajoy no ilusiona a nadie. La clave la dio Mas en la entrevista: sí, dijo, tenemos muchos problemas (paro, exclusión social, recortes…) pero ahora también tenemos esta nueva ilusión; y España no tiene nada de eso.
España no tiene proyecto ni ilusión, sólo bracea por mantener la cabeza fuera del agua, a la espera de que baje la corriente.
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