viernes, 17 de febrero de 2012

> Vive la France manque pierda

No sé si España tiene un problema de competitividad (seguro que sí), pero lo que desde luego tiene es un problema de competencia: los que trabajan no siempre son los más capaces (digámoslo así). Vuelva usted mañana.

Bajaré al terreno de lo cotidiano, a esa experiencia personal que estadísticamente no representa nada pero que moldea nuestras ideas (las mías no son trascendentes, pero las experiencias personales de Rajoy seguro que influyen más que números y gráficas).

El caso es que salí a comer a un restaurante, y pese a que en la sala había unas veinte mesas y sólo una ocupada, el camarero sólo se acercó para decirnos que si nos importaba ponernos en la mesa de cuatro en vez de en la de cinco. Veinte minutos más tarde ni tan siquiera nos había tomado nota de las bebidas. Nos fuimos.

Nos sentamos en una pizzería donde supusimos que el servicio sería más rápido. Craso error. Estuvimos sentados quince minutos antes de que nos trajeran las cartas, y otros quince esperando que nos tomaran nota: las pizzas tardarían al menos otra media hora. ¿Tardaron tanto porque los camareros estaban desbordados? No, eran tres para quince mesas. También nos levantamos.

Al final nos fuimos a un restaurante chillout regentado por un francés que en menos de un minuto ya nos había puesto las bebidas con unas aceitunas y estaba marchando la comanda en la cocina, y eso que estaba lleno.

Al día siguiente entré en un concesionario de Seat para interesarme por un vehículo que había visto anunciado a un precio ventajoso. Ninguno de los tres empleados me atendió antes de diez minutos, y no porque estuvieran con otros clientes, no, sino porque los tres estaban comentando el golpe que un coche tenía en una puerta. Cuando se dignaron atenderme me dijeron con condescendencia que el modelo ofertado era casi una quimera, que había que pedirlo a fábrica y tardaría más de dos meses... Me he comprado un Peugeot.

Será casualidad, irritación o la semana de Francia en El Corte Inglés. Menos mal que España tiene un buen clima, todavía no nos multan por cruzar la carretera por donde no hay paso de peatones, y que la tortilla francesa es ridícula comparada con la española.

No hay comentarios:

Publicar un comentario