miércoles, 4 de enero de 2012

> Refranes: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”

Soy yo, campeón del despliegue, y ya me cuesta trabajo leer dos páginas seguidas. De niño y adolescente leía cuanto caía en mis manos (con el escaso aprovechamiento que ustedes pueden observar). La lectura, además, la compaginaba con aficiones y obligaciones. Ahora, que gracias a la agricultura dispongo de mucho tiempo, se me consume como humo de paja, y ni perspectiva de echarme en la cama con un buen libro (claro que el último está siendo ‘Los ensayos’ de Montaigne).

Pero como en la descripción no está la explicación, he buscado un responsable (obviando la pereza, que es la consecuencia). Les ahorro los pormenores de la introspección: la tecnología y la televisión en el dormitorio son los culpables. ¿Cómo resistirse al correo electrónico, a los contertulios del Canal 24 Horas, a la prensa (breve) en Internet, a los ‘posts’ de Arcadi Espada?

Pero todas estas distracciones tienen un punto en común, son ‘piezas de información’ (piezas pequeñas, quiero decir). No más de cinco minutos cada bloque, y rápido pasamos al siguiente para no aburrirnos. Introspézcanse.

Y el corolario, terrible, es: ¿hay algo que dure más de cinco minutos que merezca la pena? Sí, sin duda, pero cada vez menos cogerán ese tren.

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