viernes, 16 de julio de 2010

> Locus amoenus (lugar placentero)

Regreso a la playa de la Mar Chica, en Marruecos, cerca de Melilla. Hace casi una vida que no voy, pero cuando iba podías comer erizos hasta hartarte y burgaíllos con un alfiler y coquinas con sólo remover un poco con los pies en la arena. No había nunca nadie en kilómetros a la redonda, y el mar siempre estaba cálido, limpio y con suaves ondas. Había arena, pinares que daban sombra y un estimulante monte custodiando uno de los extremos de la laguna. No tenías que preocuparte de nada, y si querías había tortilla de patatas hecha a primera hora de la mañana y piriñaca (lo mejor era mojar el pan).

Por aquel entonces no conocíamos de los terribles peligros del sol, por lo que ni oíamos hablar de cremas, y siempre regresábamos con insolación. A la vuelta nos dormíamos en el seiscientos y amanecíamos en nuestra cama con un poco de arena entre las sábanas y la espalda colorada.

Sin duda hay playas más espectaculares, como las de las islas Phi-Phi en Tailandia. Ruinas entre las que se puede nadar, como en la Heliópolis de Pamukale, en Turquía. Paisajes majestuosos en los fiordos noruegos. Noches estrelladas en Wadi Rum. Un viaje en tren por el Urubamba. La gente en Colombia, la primera visión del monte Saint Michel o el campesino de Siros que sólo con coger un puñado de tierra parece representar una tragedia griega.

Pero nada se puede comparar al sabor de la sal marina, al picor del sol y a hacer un castillo de arena con tu padre, salvo que ahora seas tú el padre.

“Al lugar donde has sido feliz no deberías tratar de volver”.

9 comentarios:

  1. Precioso.
    Muchas gracias.

    Tu último párrafo me ha dejado una sombra de duda.

    Del lugar donde soy feliz no debería de tratar salir.
    ¿Es así?.

    O... la felicidad sólo es reconocible "a posteriori"?.

    O... lo más cerca de la felicidad que llegamos a estar es la añoranza (de aquellos tiempos inconscientemente felices)??.

    Gracias de nuevo. La entrada es muy poética, preciosa.
    Pepi.

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  2. "Del lugar donde soy feliz no debería de tratar salir".

    Quizás lo malo es que algo ó alguien nos saca de allí, a la fuerza ó de algún modo u otro.
    Pepi.

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  3. Gracias. La última frase es de una canción de Sabina ("Peces de ciudad"), que por desgracia suele ser verdad cuando contrastamos la realidad actual con la imagen de la perfección que guardamos en la memoria.

    Volver suele ser un viaje a la decepción. Por eso mejor buscar otros lugares de felicidad.

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  4. Bonita entrada, con recuerdos que podría suscribir en buena parte.
    Sin embargo, no me importa revisitar esos lugares. Con el paso del tiempo todos los recuerdos se desligan inevitablemente de la realidad, los escenarios físicos cambian igual que todos los protagonistas de esos momentos, nosotros mismos ya somos diferentes. Lo único que persiste es el recuerdo, si volvemos a esos lugares siempre visitamos otra realidad.
    Y con suerte podremos sacarle nuevos recuerdos felices.

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  5. Es que parece que vosotros teneis mucho mundo (geográfico) recorrido :)

    A mí siempre me quedarán aquellos lindos lugares exclusivos de mi imaginación,
    a los que siempre puedo volver sin decepción alguna.

    Quizá esa sea una diferencia más entre ficción y realidad...

    ... ó quizás esa también sea la diferencia entre ser adulto y volver a ser niño (unos minutos al día, al menos).

    Quizás no se trate de obtener la felicidad del idiota,
    aunque tampoco está mal volver a aquellas dulces ficciones de la niñez,
    aunque sólo fuera por escapar durante unos minutos cada día del asfixiante pesimismo (¡sí, Josep, otra vez!) que amenaza nuestras cabezas.
    Gracias. Pepi.

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  6. Gracias por aclararme la cita de J.Sabina, que no conocía,
    a pesar de ser uno de mis cantantes preferidos,
    pero no he oído todo su repertorio.
    Y, aunque menos famosa, perdona que siga prefiriendo la mía.
    Pepi.

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  7. "Del lugar donde soy feliz no debería de tratar salir": ojalá, pero me expulsó el tiempo.

    Como cualquier tiempo recordado es mejor, prefiero descubrir otros sitios de los que nunca he sabido nada. Por ejemplo, hace años estuve en Mompós, Colombia, de donde se dice que Gabriel García Márquez se inspiró para su Macondo. El pueblo es exactamente como uno se lo imagina (GGM es un escritor realista), pero... sucumbí a la realidad. Mejor en el libro y visitar Machu Pichu. Vaya: ya me he arrepentido de escribir este comentario.

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  8. Una hermosa entrada para leer a primera hora de la mañana de un lunes de estío. Lugar ya no es lo que era... Hágaselo mirar.
    Abrazo.

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  9. Leer tus reflexiones remueven mis sentimientos y los crsistalizan en lágrimas...
    "la nostalgia, es la alegría de estar tristes"

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