jueves, 3 de septiembre de 2015

> Por hacer caso

Hice caso a un conocido y decidí probar a comprar los libros escolares en una tienda y no en Amazon. Escogí una cercana, por la huella de CO2, y que además trabajaba con el Banco Solidario. En el escaparate, aparte de los libros, tenían notas informativas quejándose de las prácticas monopolísticas de colegios y editoriales.

Bueno, hice el pedido de unos 400 euros. A la semana, como no me decían nada, les pregunté por Whatsapp: que estaban de feria, que ya me dirían algo el lunes. Sí, vale, tienen derecho a la feria. El lunes me dijeron que faltaban la mitad, y que me irían informando. Me pasé a los pocos días y la situación era la misma (¡malditas editoriales monopolísticas!), pero me llevé los que había. Como era una tienda de barrio no podía ser eficiente, y tuve que estar cuadrando con ellos títulos, precios y listas media hora (falta éste, no, éste ya te lo he dado, éste es igual que aquel, éste me lo has apuntado dos veces, etc).

Otra semana más y los libros sin venir, y el colegio por empezar (y hay que forrar los libros, oiga). Crucé la calle para comprar un libro/impuesto en el colegio y vi que padres felices aunque odiosos compraban todos los libros del tirón sin perder tiempo y además con una camiseta de regalo, pero yo sonreí porque sabía lo que ellos ignoraban, que estaban cavando su propia fosa.

6 comentarios:

  1. No sé si darme por aludido y lamentar que el efecto mariposa de un teclado lejano haya dejado a sus hijos sin tiempo para forrar los libros. Intuyo su dedo acusador (aquí doblemente digital) pero sentirme culpable me resulta excesivo, vea que no soy pesimista pues no puedo dejar de ver la botella medio llena y pensar en la suerte de ese librero que ni se imagina a través de qué carambolas le llegan los clientes.
    Definitivamente soy optimista, su escrito es una puya de principio a fin y sin embargo me ha parecido gracioso y me hace sentir como un niño, con los ojos abiertos de admiración ante tantos pequeños fenómenos extraordinarios.¿Las librerías están cerrando en todas partes y en ese rincón de mundo hay un librero incompetente que no solo aguanta sino que incluso se permite asistir a ferias?¿400 euros?¿pero cuántos hijos tiene vd?¿Por qué le tratan mal en las tiendas, sean de libros o bicis? ¡A ver si resultarà que no es pesimista sino gafe!¿Ve a los otros padres felices por una compra ràpida?¿Acaso no aprecia la media hora de relación personal con su librero? ¡el trato humano es un valor! ¡y no está en el catálogo de amazon!

    Estamos en tiempos llenos de pequeños, quizá triviales, sucesos nunca vistos; todo cambia y ya ni siquiera sabemos realmente lo que significa ser un conocido de alguien. Pero un saludo sigue siendo un saludo... supongo :)

    ResponderEliminar
  2. Esto es lo bueno que tiene el fin del verano: el reencuentro. Y sí, digámoslo sin rodeos: usted es el responsable de esta historia aún sin final. Sobre su conciencia pesará la iletralidad de mi progenie.

    Actualización: aún me faltan dos libros, pero la última vez que me llevé los que habían llegado... ¡se olvidaron de cobrármelos y sólo contaron el material de escritorio! Menos mal que el Whatsapp funciona bien y se lo advertí antes de que se devanaran los sesos por el descuadre.

    Los otros padres, mientras tanto, se hacen cruces y me llaman optimista. Lo que son los puntos de vista... (sí, dése otra vez por aludido). :-)

    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Venga ya, es la segunda vez que me acusa de poner en peligro el futuro de sus hijos. Lo pasaré por alto porque ya se sabe que los pesimistas no confian en sus propias capacidades, pero que sea la última vez, no vaya repartiendo culpas: es en usted en quien recae esa responsabilidad. (Aunque precisamente por ello y aún contando con mi optimismo, cuanto más le conozco más me preocupan sus hijos :-D

    Yo tengo la progenie en un colegio y un instituto, el curso empieza el lunes y para que vea, en ninguno de los dos casos tenemos los libros. Sin embargo puede incluirme en la categoría "padres felices y odiosos" porque los centros se encargan del tema: en un caso por la reutilización de libros y en el otro por el uso de licencias digitales; en ambos solo debo pagar unos 100 euros en el cajero de la calle y olvidarme de todo (¡incluso de forrar!!!). Queda alguna reminiscencia de tiempos pasados, unos cuadernos que debo recoger en una librería determinada y no acaban de llegar; pero no hay mal que por bien no venga, gracias a ese detalle de imperfección usted no se sentirá del todo mal y con ello el retraso adquirirá unas connotaciones positivas de las que carecía (aquí ponga musica de Monty Phyton: ...always look on the bright side of life...!)

    ResponderEliminar
  4. Ah, me habla usted del desarrollado norte... Por aquí aún estamos con el papel, los bolis y los libros con forro. Los optimistas son insaciables y encima se quejan. :-)

    ResponderEliminar
  5. ¿Soy yo el que más se queja? Diría que es muy al contrario; a usted lo que le pasa es que le falta un poco de empatía y no se pone en mi lugar, me lee en su código pesimista y no suele entenderme porque ve quejas donde hay descripciones.
    Como ejemplo le cuento, alegre, -y no con la indignación que debería- que ayer, por fin, llegó a la librería el último material escolar pendiente. Ya ve, y usted preocupándose por no tenerlos una semana antes. Con todos mis respetos, ¡es un quejica!. En mi caso estaba todo perfectamente diseñado: encargo por el colegio en una gran librería de una supercadena de 40 tiendas, con aviso por sms para pasar a recoger el material sin desplazamientos innecesarios. Todo invitaría a pensar que el retraso ha sido un problema con "las malditas editoriales" si no fuera por un pequeño detalle: todo el mes he visto precisamente esos libros en el escaparate de una librería cerca de mi casa, un pequeño establecimiento que conmigo se ha permitido lucir su modestia con gran orgullo. Curiosamente ahora ya no están, a saber si la gran cadena ha recurrido al modesto establecimiento...

    Diría que tenemos una falsa sensación de proximidad pero vivimos en mundos no exactamente iguales, así que otra vez no se deje influir por lo que hagan extraños en su otro mundo, y compre en amazon o donde le venga en gusto; allà usted si imita al primer alienígena desconocido que le deja un comentario. Alienígena o catalán, ¡a saber que es peor!
    Y ahora en serio: el pequeño comercio aquí siempre ha sido toda una institución, es posible que funcione algo mejor que allí, si no es así no entiendo lo que le ocurre a usted.

    En cuanto a mi primera experiencia con licencias digitales, veremos, de momento solo he pagado 68 euros por un curso, pero hay que añadir 300 del ordenador para -teóricamente- toda la ESO. Estamos en el "desarrollado norte" intentando hacer lo mismo que otros, aunque no somos tan ricos ni avanzados como éstos:

    http://www.juntadeandalucia.es/educacion/nav/contenido.jsp?pag=/Contenidos/GabinetePrensa/Notas_de_prensa/2010/Enero/nota_prensa_120110_AlumnosPortatiles

    Ande, dígame algo, que yo leo eso y lo veo raro, raro...

    ResponderEliminar
  6. Sí, sé que tengo un problema: empatizo en exceso con las opiniones ajenas y luego ando apesadumbrado. Pero ¡soy tan maravilloso!

    Sí, lo de los portátiles en Andalucía fue una campaña de mercadotecnia algo cara. Los portátiles sí que se repartieron a los más mayores, pero desde hace unos años ya no veo ninguno. La Junta se quedó sin dinero y los padres no estaban dispuestos a prescindir de la PlayStation4 con 1Tb y FIFA 2016 en beneficio de algo con Guadalinex. Ya ve por qué soy pesimista.

    Sí, el jueves pasado recibí los últimos dos libros que faltaban. Ya ve por qué soy pesimista.

    Un saludo de su alter ego.

    ResponderEliminar