miércoles, 21 de mayo de 2014

> Dos señales del apocalipsis: ni reciclo ni voy a ir votar

Siempre he pensado que haber leído a Platón en la adolescencia me ha condicionado el resto de mi vida: me hizo ser compulsivamente responsable y racional en una etapa en la que por salubridad se debe uno dejar llevar por las hormonas y la inmediatez.

Me ha costado muchos años renunciar a esa herencia, pero lo voy consiguiendo. Siempre he mantenido que una persona debe implicarse en los asuntos públicos, y también que es de personas civilizadas contribuir al orden y limpieza del viario y no malgastar lo que puede aun usarse. Pero no todo a cualquier precio.

No al precio de sólo poder escoger el mal menor, que esto es lo que hay. No al precio de que mi esfuerzo privado sirva para mantener los beneficios de una empresa 'sin ánimo de lucro'.

Propongo: echar los votos en el contenedor azul y los envases en las urnas. Así cada cosa estaría en su sitio, aunque sea una pena. Y bien que lo siento.

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