miércoles, 8 de mayo de 2013

> Ejercicios

Veo en televisión los magníficos entrenamientos que la Armada española ha hecho en las costas de Cádiz. Cada ejercicio estaba programado y cuidado en todos los extremos: se aseguró la playa tras el desembarco, los helicópteros transportaban tropas que no fallaban un tiro y se descolgaban con pericia por interminables cuerdas sobre tejados. Su panoplia incluía ametralladoras de última generación, gafas de visión nocturna (pese a que el ejercicio se desarrollaba a plena luz del día), trajes inteligentes… Las cámaras de televisión se recreaban en su efectividad y nos transmitían un mensaje de seguridad y de estar en buenas manos.

Hace unos años, sin embargo, unos zarrapastrosos piratas somalíes consiguieron huir del secuestro de un barco español con el botín de casi tres millones de euros. El helicóptero que los debía capturar no los detuvo, los tiradores erraron el blanco, y no los persiguieron más para no causar ‘bajas colaterales’. En comparecencia pública Julio Rodríguez, el jefe de Estado Mayor, con todas sus medallas en la pechera, aseguró que para la Armada se convertía en prioridad la captura de los malhechores, y que no repararían en esfuerzos hasta conseguirlo. Seguimos esperando; en España la mala memoria es una bendición para evitar la úlcera gástrica.

Los piratas no tenían helicópteros, ni blindados de desembarco, ni ametralladoras de última generación, ni trajes inteligentes, ni hicieron nunca prácticas para la televisión que salen tan bien. Sólo tenían las ideas claras.

Si hay que ir, se va; pero ir para esto…

Referencias:
http://elpais.com/diario/2009/11/18/espana/1258498801_850215.html
http://www.libertaddigital.com/sociedad/uno-de-los-infantes-de-marina-parece-que-ibamos-a-repartir-caramelos-1276377394/

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