martes, 11 de septiembre de 2012

> Jellyfish

Muchas miles de personas habían ido ese domingo de agosto a la playa en Torremolinos. Miles venían de otras ciudades, incluso miles de otros países: habían gastado mucho dinero con la esperanza de disfrutar del mar.

Ese día hacía calor, pero nadie se atrevió a bañarse. Todo el mundo estaba en la orilla, mirando. No había tiburones, ni una mancha de gasoil, sino medusas, miles, y por eso nadie se metió en el agua. Era el segundo domingo de agosto con el mismo panorama, y no me quedé a averiguar si iba a haber un tercero.

En ciertos países cuando esto ocurre despliegan unas redes que acotan zonas de baño seguras. Pero aquí no. Serán esos países los que viven del turismo y no se pueden permitir el lujo de que los turistas se vuelvan a su país y comenten a sus amigos que con el calor que hacía no se podían bañar, sólo mirar desde la orilla cómo las medusas disfrutaban de sus vacaciones.

2 comentarios:

  1. Pues se comen, incluso crudas. En los super chinos las venden bien caras. ¿Por qué quedarse mirando con los brazos cruzados?

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  2. Mmm... porque los bañistas querían bañarse, no comer ni hacer negocio... :-)

    Gracias por el comentario.

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