martes, 30 de septiembre de 2008

> Como no pasa nada ni el dinero es mío

Cuando viajo al extranjero me sorprende que las calles estén más limpias que las de mi ciudad, que los macizos de flores no se los lleven a casa y que las riadas no arrastren las casas construidas en cauces secos.

Hace un año, la Junta de Andalucía valló primorosamente la ribera de un río cercano. Eran cientos de postes de madera y centenares de metros de tela metálica, varios grupos de obreros con maquinaria moderna. En una semana estuvo terminado. Al cabo del mes, en una mañana, plantaron centenares de árboles en el terreno cercado. Ya habían acabado el trabajo y se fueron. Nadie se preocupó de regarlos, y ahora todos están secos.

A apenas un kilómetro de allí, a alguien del ayuntamiento se le ocurrió la feliz idea de hacer un merendero público justo detrás de unos contenedores de basura que siempre tienen a su alrededor más de la que les cabe a ellos. Vinieron los obreros y levantaron una cerca de piedra muy bonita, vinieron los carpinteros y colocaron bancos y mesas, vinieron los jardineros y plantaron cuatro grandes árboles. Hoy los árboles están secos hasta la raíz y nadie ha tenido la ocurrencia de tomarse un bocadillo mientras huele la basura a veinte metros de distancia.

El gestor que decidió estos planes estará contento porque serán actuaciones en la memoria de actividades que haga a fin de año, los contratistas estarán contentos porque han tenido trabajo, a la gente que pase por allí le dará igual porque no está peor de lo que ya estaba (y si estuviera peor, daría también igual, es la costumbre). A nadie le pasará nada malo, nadie pensará que con su dinero se ha pagado eso. A algunos nos seguirá sorprendiendo el extranjero.

2 comentarios:

  1. Hola, voy a utilizar tu espacio para contarte una pequeña curiosidad mía. Vivo en el mismo lugar desde que nací, con vecinos a los que sinceramente nunca me llamó la atención conocer y con los que apenas cruzo algunas palabras, como mucho hola o adiós y con otros ni eso porque ni siquiera te responden cuando los saludas. Es un barrio en el que nunca pasa nada y cuando pasa casi siempre es malo, pero a los vecinos no les importa nada y creen que con los amiguismos se solucionan los problemas. Hace algunos años que llegaron unos cuantos vecinos nuevos cuando yo era pequeña, parecían distintos de los demas vecinos e incluso me causaron curiosidad por saber quienes eran, a que se dedicaban, etc., pero nunca surgió la ocasión, hasta hace poco, cuando pasó una de esas pocas cosas de las malas que pasan por aquí ¡estabamos sin agua!¡y a casi nadie le importaba!, pero bueno ¡pa' que queremos el agua si tenemos fiesta!... a raiz de este problema y de leer tu blog se confirmó mi teoría de que los nuevos vecinos eran algo distintos de los demás y si le importaban las cosas.
    Ya te habrás dado cuenta de que esos vecinos sois vosotros, ademas de otros cuantos más.
    Espero que sigas escribiendo con tanta sinceridad como hasta ahora y no dejes de hacerlo sobre ciertos temas porque yo lo lea, como ya he dicho me alegro de tener vecinos a los que si les importan las cosas.
    Enhora buena por escribir tan bien.

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  2. Muchas gracias por el comentario. Aún tengo mis dudas de si vives en el mismo sitio que yo...

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