Nissan ha anunciado una reducción de plantilla que deja en la calle a más de mil trabajadores argumentando que la crisis está reduciendo drásticamente la venta de coches. Podríamos pensar que tal vez no sería mala idea que los ciudadanos boicotearan los productos de esta empresa. Hace años, Gillette se fue de Sevilla y aunque todo el mundo aquí habló muy alto, nadie hizo nada para impedir su marcha. En Francia, unos meses más tarde, la misma empresa anunció lo mismo que aquí, y bajaron tanto sus ventas en el país vecino que renunciaron a sus propósitos.
Sin embargo en el telediario veo que Ford en Almusafes, Citroën en Vigo, Open en Zaragoza y Seat en Barcelona van a hacer exactamente lo mismo que Nissan. Y porque no hay más empresas de fabricación de coches en España, que si no también se apuntarían. La gente compra ahora muchos menos coches, pero si hicieran un boicot socialmente responsable apenas podrían comprar ninguna marca que no fuera Jané (creo que ya los fabrican en China).
En este mismo sentido de responsabilidad hace no mucho tiempo yo mismo mantenía una actitud inflexible con la compra de productos fabricados en países de dudosa catadura laboral. Ahora sin embargo no es que sea más flexible, sino que apenas hago un esfuerzo salvo el de mirar besugamente la etiqueta, porque a un ciudadano normal no le queda más remedio que comprar menaje hecho en China, muebles de Indonesia y esterillas de la India, porque estas cosas ya no se fabrican aquí salvo las de lujo. A esta lista habría que añadir zapatillas de deporte, ropa, productos electrónicos, y un largo etcétera que rodea nuestras vidas.
En fin, que ser responsables cuesta cada vez más trabajo, y algunas veces es casi imposible.
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